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‹‹ La gente te amará por lo que eres y otros te odiarán por la misma razón, acostúmbrate ‹‹















Athanasia







La voz de Clara me sacó de mis pensamientos

— Artie . . . Athanasia? . . . ¿Me estás escuchando? . . . — Exclamó Clara, exasperada. — Tierra llamando a Artie.

Sacudí mi cabeza volviendo al presente.

— . . . ¿Qué era lo que decías Clara? . . . — Pregunté sintiendo mi cara arder.

Clara soltó una sonora carcajada, al parecer no estaba molesta.

— Hoy debemos dormir temprano, mañana sale el expresó de regreso a casa a primera — Contó Clara con desgana.

— No tan temprano, aún podemos quedarnos hasta tarde — Dije intentando alejar de su mente esa tristeza.

Cosa que, por cierto, no logré.

— Observarlo de este modo, podremos visitarnos — Conté con una sonrisa — Y si todo sale bien . . . nos iremos juntas.

Clara parecía escuchar lo que dije, pero no procesarlo, su mirada estaba fija en su plato.

— Si eso es cier . . . espera, ¿Cómo que juntas? — Preguntó extrañada.

Reí con nerviosismo.

— Es una historia graciosa ¿sabes? . . . Estaba dándole mi carta a Aska y fue cuando vi la tuya encima de la cama . . .— Empecé con pausa, sentí la mirada fija de Clara todo el rato. Le miré y ella parecía imaginar muchos escenarios distintos a la vez. — Te conozco perfectamente, sé que tú jamás la enviarías, sin ayuda claro . . . Pensé, que necesitabas un ligero empujón, entonces una cosa llego a la otra y la otra a la otra, para resumir, actualmente llegaron dos cartas de solicitud para ingresar al Santuario de Dragones más grande del mundo — Para este punto mi voz se había apagado por los nervios.

Me arriesgue a mirar a mi amiga. Por favor Merlín, que no me odie . . .

El rostro de Clara estaba inexpresivo, hasta que de pronto un surco de lágrimas empezó a correr por su rostro.

— Eres la mejor amiga que he tenido. — Exclamó hipando por el llanto, me abrazo con tanta fuerza que ambas caímos al suelo atrayendo la atención y risas de quienes estaban en el gran comedor.

Algunos de los chicos de nuestra casa nos ayudaron a levantarnos del suelo.

— Artie, creo que es mejor que subamos a empacar nuestras cosas — Espetó Clara mientras se levantaba del asiento del comedor.

Me levanté para irnos juntas a la torre de Gryffindor. Salimos rápidamente del gran comedor.

Faltaban unos pocos escalones cuando de repente . . . Aquella extraña sensación volvió.

— Clara adelántate . . . Te alcanzaré en un rato — Dije tratando de no mostrarle lo mal que me estaba sintiendo.

Clara se detuvo unos escalones arriba, se dio la vuelta.

— De acuerdo, pero . . . ¿A dónde irás? — Preguntó curiosa, al parecer no se dio cuenta.

Una repentina punzada en el pecho casi me hace descomponerme, inmediatamente disimule con una sonrisa nerviosa.

— Estaré cerca, solo quiero recorrer el castillo una última vez — Clara parecía no convencerse — No tardaré mucho.

Otra punzada.

 Mi Novia es un Dragón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora