« ¿Y si en vez de planear tanto, solo voláramos más alto? »
Athanasia
El comedor es caótico, en parte gracias a el ritual de bienvenida.
Los instructores y cuidadores hablaban con voces atronadoras, el ambiente rebosaba de calidez.
Siendo sincera no me imagino en otro lado, la sensación es similar a estar en Hogwarts.
Los chicos se ven alegres pero confundidos, aunque en la que más he visto un cambio es en Clara. El cambió de ambiente y de personas ha logrado quitarle esa aura de seriedad.
Las puertas del comedor se abrieron de par en par. Un hombre fornido hizo su aparición, enfundado en un grande y oscuro traje de cuero espeso.
Resultaba elegante a primera vista, el cabello negro con hebras blancas peinado hacía atrás le otorga cierto aire de respeto. En su ojo izquierdo cruza una cicatriz de tres garras, gracia a ello resulta imposible no fijarse en el intenso ámbar de sus ojos.
Solo por el porte es fácil deducir su cargo, apenas cruzo el umbral el silencio reino en el comedor.
Henry Ridgebit.
Director del Santuario de Dragones Rumano.
Miré a mi alrededor.
¿En qué momento se levantaron todos de sus asientos?
Los únicos que aún no se levantaban de sus asientos éramos los nuevos.
— Iniciados — Espetó el director con voz grave — De pie.
La orden retumbo con fuerza en las cuatro paredes, no tardamos en acatar.
— Para los que no me conocen, mi nombre es Henry Ridgebit. Director de este Santuario. — Hizo una pausa, su mirada cayo en los nuevos — Han elegido unirse a nuestra noble misión de cuidar, preservar y defender a todas las especies de dragones. Aquí en Rumanía creemos en los actos de valentía y el coraje que impulsa a un cuidador a defender a estas criaturas . . . respeten eso.
El silencio reino, su voz era profunda e imponente.
— Enorgulleceros.
Finalizó y el comedor rompió en ovaciones de voces barítonos, aquel sonido atronador con el que recibieron al director.
Ridgebit alzó su copa hacia nosotros, con un asentimiento dio su aprobación para que empezara el festín.
Nuestra primera cena en el santuario termino siendo un momento agradable. Los chicos nos presentaron a sus compañeros de cabaña al igual que nosotras.
Nos despedimos antes de que terminaran de comer.
Clara, Max, Alex y yo nos fuimos juntas a nuestra cabaña, a pesar de que acabamos de conocer a esas peculiares gemelas resultan distantes.
El camino de regreso fue silencioso por parte de las hermanas Knox. En realidad, son calladas, por lo menos en nuestra presencia.
Sigo recordando esa sensación de incomodidad cuando nos presentamos.
Es un difícil diferenciarlas, físicamente son idénticas pero lo que me hace identificarlas es su comportamiento.
Alex tiene una expresión alegre y despreocupada, Max resulta su opuesto.
Sera difícil lograr una buena convivencia, pero como mi madre siempre dice "Nunca juzgues a un libro por su cubierta".
Al llegar a la cabaña me dirigí a mi habitación.
Ni siquiera me despedí de Clara, estaba tan extenuada que a penas toque la cama me deje caer en los brazos de Morfeo.
Charlie
Bueno . . . no es tan malo.
La cena de bienvenida estuvo increíble, claro que de saber lo que estaríamos haciendo el día siguiente me hubiese cohibido de comer como lo hice.
El día de un aspirante en el santuario empieza desde las cinco de la mañana, fue un desastre.
Ninguno de nosotros estuvimos preparados para el horrible grito amplificado que resonó en las cabañas.
Instantáneamente al escucharlo desperté de golpe y salí casi disparado fuera de la cabaña, todos estaban fuera de sus cabañas.
Miré alrededor y vi Evan parado al inicio de nuestro sendero, en su hombro acababa de subir un Jarvey.
El jarvey se asemeja a un hurón cubierto de maleza, es capaz de hablar como humano, aunque una verdadera conversación con él es imposible. Utiliza declaraciones y frases cortas, generalmente groseras, muy fluidamente, algo que resulto notable al despertarnos de esa manera.
Por lo que veo ese Jarvey parece agradarle Evan.
— Los quiero a todos en la muralla en cinco minutos. — Vociferó con tranquilidad y se marchó de inmediato.
No espere más, corrí de regreso a la cabaña, en un instante estaba uniformado.
Clint estaba listo cuando salí de nuestra cabaña.
¿Por qué esta tan entusiasmado?
Esperamos a los chicos y corriendo lo más rápido que pudimos llegamos a la muralla.
Al bajar la velocidad, observé que las chicas ya estaban allí y, con quien . . .
— Bien, ya que están todos es hora de aclarar las cosas — Bramó Luke McLaggen por encima de todos. — En toda su estadía su entrenamiento se dividirá en dos.
Su mirada se recargo un momento en . . . ¡Oh, que sorpresa! Las chicas.
— El primero será físico — Espetó Evan con voz dura al llegar al lado del rubio. — Pondrán a prueba el conocimiento que les será impartido según su año, forzará a sus cuerpos al límite para demostrar su destreza en maniobras de combate, defensa y control de magia.
Por detrás de ambos apareció un tercer instructor. Alto, castaño y con tantas cicatrices en uno de sus brazos como para contar.
— El segundo . . . será mental — Esbozó una sonrisa arrogante. — Nuevamente los llevará al límite, la segunda fase se llevará a cabo en su último año. De esta dependerá si se gradúan . . . o no. — Siseó con sorna.
Evan se adelantó a sus compañeros.
— El día de hoy empezarán con condicionamiento físico . . . Al máximo. — Indicó y señaló el camino fuera del castillo. — Se enfrentarán a un sendero repleto de obstáculos que deberán enfrentar, hoy será por equipos de cabaña, la próxima será su evaluación física individual.
Se oyeron murmullos de sorpresa.
— Se les dará un tiempo máximo de veinte minutos, pero — Espetó Evan volviéndose a nosotros — Hay ciertas condiciones.
— Los equipos no deben llegar a la meta si les falta un integrante, de ser así serán sancionados — Dijo el otro instructor — El último equipo en llegar será recompensado con una bienvenida al estilo rumano.
Los tres instructores sonrieron con malicia. Empezaron a hacer señas cerca al inicio del sendero.
Rápidamente con los chicos nos posicionamos en espera a sus indicaciones.
Evan empezó la cuenta regresiva.
— Preparados . . . — Tanteó Luke con suspenso — ¡Ahora!
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Mi Novia es un Dragón
Fanfic‹‹ Todos tenemos problemas pero los míos tienen unos ojos muy bonitos ‹‹ Ella es caótica e impredecible. Nunca sabes si te va a amar o te odiará, si va a huir o te pedirá que no te vayas. Y es por eso por lo que debo amarla; porque en sus idas y ven...