Chaos [C.R.O]

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𝘕𝘢𝘳𝘳𝘢 𝘛𝘰𝘮𝘢𝘴.

—¿Que pinta hoy?.— Ibamos caminando por los callejones del barrio.

—Hay juntada en la casa de los Rivero.— Chulu saco un cigarro de su bolsillo.

Vi como una de las hijas mas chicas de la Doña Pelusa estaba afuera.

—¿Que haces afuera a estas horas?.— me acerque a la wachita.

—Mi mamá no viene todavía.— Tenia toda la cara sucia y los pelos se le pegaban en la cara.

—¿Y?, metete adentro no son horas para que andes afuera.— Ella negó.—¿No que?, metete.—

—Tengo hambre.— sus ojos se cristalizaron y un pequeño flashback me agarro.

Volví a los 9 años cuando lloraba por hambre o porque no encontraba a mi mamá.

—Vayan.— le dije a los chicos.— en 10 voy.— ellos asintieron y siguieron caminando.— veni, vamos a comprar acá a la vuelta.— ella me sonrío tiernamente y me agarro de la mano.

Llegamos al kiosco y le pedi un par de paquetes de fideos, un par de frutas y salsa de tomate.

—¿Tus hermanos están en tu casa?.— pregunté cuando llegamos al portón de su casa.

—No.— salto en su lugar, estaba feliz.

—¿Con quien estas?.— volví a preguntar.

—Com nadie, se fueron todos con mamá.— solté un suspiro.

—¿Y como haces para comer?.— ya me estaba poniendo de mal humor.

—Se cocinar un poquito.—

—¿Cuantos años tenes?.—

—10.— miro la bolsa con las cosas que compre.

—Entremos.— empuje el portón y entramos.

No me podia ir tranquilo sabiendo que ella se podia quemar mientras cocinaba.

— A ver.— dije viendo lo que había para cocinar.

No era el mejor en la cocina pero me manejaba.

Mientras hervía los fideos mire a la nenita, estaba sentada en la mesa de brazos cruzados mirándome atentamente.

—¿No sabes donde fue tu vieja?.—

—A comprar pero no volvió mas.— bostezo.

Todos sabían lo mala madre que era la doña Pelusa, tenia como 10 hijos y no se hacía cargo de ninguno. En un tiempo atrás se decía que a las nenas las usaba para prostituirlas pero nunca se supo si era verdad o no.

—Bueno, la comida ya esta.— deje la olla arriba de la mesa.— comes y te vas a dormir, ¿okey?.— ella asintió.— no salgas por nada del mundo y cerra con llave.—

—Gracias Cenfe.— me abrazo.

—De nada nena.— me acerque a la puerta.— cerra con llave.— le volví a decir.

Cerré el portón atrás mío y comencé a caminar hasta la esquina donde siempre nos juntamos con los pibes.

—¿Que onda?.— H pregunto cuando me vio llegar.

—Nada, ¿que tienen?.— vi que estaban tomando algo pero no pude distinguir bien.

—Vino.— Troca me paso la caja y la agarre.

El cielo se empezó a cerrar y el frió aumento.

—Mírala.— me gire y vi a Maritza apoyada en el portón de su casa.— desde hace rato entra y sale.—

Asentí y volvi a poner mi atención en Troca que estaba hablando.

—Esta esperando a que vayas, guampudo.— los chicos se rieron y yo la volví a mirar a ella.

Estaba con un buzo negro de lana y un pantalón de jean.

—¿La vas a hacer esperar?.—Chulu se burlo ahora.

—Cállense.— camine hasta la casa de enfrente.—¿que onda?.— Maritza bajo la mirada.

—Yo... queria pedirte perdón por lo de la otra vez.— vi como sus labios estaban tirando a violeta, tenia frio.

—No pasa nada Maritza.— ella me sonrío.— anda adentro hace frio.— ella alzo una ceja.

—Si...— se dio vuelta para irse pero volvió a ponerse en la misma posición de antes.— no creo que seas malo, en serio.—

—Todo bien Maritza.— mentira, estaba resentido por sus palabras.

—¿Q- que vas a hacer mañana?.— abri los ojos con sorpresa.

Casi me doy vuelta a mirar a los pibes y decirle que la wacha que me ignora hace como 10 años me esta invitando a salir.

—Eh, nada.— sonreí y baje la mirada.—¿me vas a invitar a hacer algo, mami?.— ella se sonrojo y tuve que aguantar las ganas de agarrarla y comerle la boca.

—¿Tomas mate?.— asentí.— bueno, mañana te invito a tomar mates con tortas fritas, si queres.— parecía una nena de 10 años hablando nerviosamente. Esta no era la Maritza de siempre, tan segura de sí misma.

—Dale, ¿a que hora?.—

—A las 5.—

—Dale de una, nos vemos mañana.— espere a que ella entrara, como siempre y me fui de vuelta con los pibes.

—¿Y esa sonrisa guampa?.— H me codeo.

—Nada gil.— recibí la caja de vino y tome. Tenia que celebrar.