𝘕𝘢𝘳𝘳𝘢 𝘔𝘢𝘳𝘪𝘵𝘻𝘢.
—¿A donde vas?.— mi mamá me pregunto cuando fui a abrir la puerta.— afuera esta lleno de milicos, no se que paso pero andan por todos lados.—
—Voy a salir a mirar.— dije y le sonreí y salí.
Me apoye en el portón y vi como Cenfe me vio. Le paso algo a uno de los chicos que estaba con el, que supongo yo era un cigarro y camino hasta donde estaba yo.
—¿Que onda Reina?.— dijo con una sonrisa suave. Sus ojos estaban chiquitos y un poco rojo, así que no creo que haya sido un cigarro.
—Todo bien.— aunque sabia que estaba drogado y eso no me gustaba no pude ocultar la sonrisa.—¿Vos?.—
—Igual.— se metió las manos al bolsillo.
—¿Que paso?.— pregunte cuando vi como una camioneta de la policía paso rápido por la calle hasta el fondo del callejón.
—Encontraron a una piba muerta y violada en el pabellón.— la sonrisa se me borro y el sentimiento de tristeza me lleno.
—Que feo.— mire al fonde del callejón.—¿no saben quien fue?.—
—Uno de los Gabrieles supuestamente, son rumores, todavía no dicen nada oficial.—
—Cada vez se pone peor.— dije recordando que hace menos de una semana entre un par de pibes abusaron de una de las hija de la Doña Pelusa.
—Los pibes de la nueva generación no tienen respeto por nada, están podridos por dentro.— dijo mirando un punto fijo en la calle.
—Si.— dije totalmente de acuerdo con el.
—Sali Maritza, no aguanto las ganas de comerte a besos.— dijo y yo solté una risita.
—No me van a dejar salir.— hice un puchero. Yo también quería estar con el.
—Un ratito, 10 minutos.— volvi a decir.— no se, deci que tenes que ir a comprar o algo.— me reí y lo pensé unos segundo bajo su atenta mirada.
—Ahi vengo.— dije y el sonrío.
—Ma.— la llame.— voy a comprar acá a la vuelta.—
—Anda con cuidado amor.— asentí.
Después de todo no le estoy mintiendo, ¿o no?, voy a comprar quitaesmalte.
Me puse un buso y salí otra vez.
—Vamor Reina.— dijo pasando su brazo por mi hombro.
—Vamos al Rocco.— dije y el asintió. Cenfe era como una cabeza mas alto que yo, entonces cuando lo miraba tenia que alzar un poco la misma para verlo bien. El tenia la pera en alto, iba caminando seguro de si mismo y eso era algo que siempre me encanto.
—¿No tenes frió?.— dije tocando una de sus manos, las tenia frías.
—No, ganas de comerte a besos tengo linda.— dijo y de un rápido movimiento me puso contra la pared de una casa. Mire para todos lados y todo estaba oscuro, no creo que nadie nos vea.
—Tonto.— dije y lo atraje a mi agarrándolo de la nuca.
—¿Me extrañaste?.— pregunto rozando sus labios con los míos, haciéndome desear.
Hace una semana que no lo veía.
—Puede ser.— jugué con su pelo.
—¿Ah si?.— bajo un poco su cabeza y beso mi cuello.— yo si te extrañe.— sonreí.
¿Como puede ser que el pibe que esta todo el tiempo en la equina con cara de malo sea tan tierno?, nunca me imagine que Cenfe fuera tan dulce y delicado.
—Yo tambien Cenfe.— agarre su rostro y lo bese.
Así estuvimos como 10 minutos hasta que le dije que fuéramos a comprar.
—Un quitaesmalte.— le pedi al hombre que atendía.
—¿Como andas nena?.— el hombre me conoce desde que soy chica.
—Bien, ¿ y usted?.— escuche como Cenfe tocio atrás mío.
—Bien.— me paso el quitaesmalte.— 60 seria.— le pase la plata, me despedí y salimos del kiosco.
—¿Mañana tenes clases?.— asentí sin mirarlo. A lo lejos vi uno de los Gutierrez y por lo que sabia Cenfe tenia bronca con ellos.
—Eeh, ¿vamos por ahi?.— pregunté. Quería desviarnos de camino.
—¿Por que?, por ahi esta lleno de perros.— miro el camino.
—Es que quiero ir por ahi.— lo mire y el me miro raro.
—Bueno, lo que la nena quiera.— sonreí a medias y lo seguí a el.
Llegamos a la esquina donde el siempre se juntaba y Cenfe saludo a los chicos con un movimiento de cabeza.
—Gracias.— le dije cuando me dejo en el portón.
—De nada mami.— me tiro un beso.— nos vemos reina, cuídate.— asentí.
—Vos igual.— le sonreí y entre a mi casa.
—¿Por que tardaste tanto?.— Mamá estaba en la esquina de la mesa tejiendo.
—Había mucha gente en el Rocco.— entre a mi habitación y me tire en la cama, ya eran las 11:37 de la noche y mañana tenia colegio así que me tenia que dormir.
