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𝘕𝘢𝘳𝘳𝘢 𝘔𝘢𝘳𝘪𝘵𝘻𝘢.

—¡Jodeme!.— Ambar me agarró del brazo para que dejara de caminar.

—Enserio tonta.— dije ocultando la sonrisa.

—¡Ay!.— gritó haciendo que la mirara.—¿como besa?, ¿te apoyo?, ¿¡la tiene grande!?.—

—Sos re atrevida Mansilla.— dije mientras negaba con la cabeza.

—Uh y vos sos re aburrida Wolhwend.— rode los ojos y seguimos caminando en silencio.—Bueno al menos decime si te beso bien.—

—Si.— me mordi el labio.— besa re bien.— sin querer recordé los besos que me dio y sentí como mi corazón se aceleraba.

—¡Esaaaa!.— hizo un bailecito.— yo ya quiero verlos juntos.— hizo una cara rara.

—Basta Ambar.— deje la bici y le puse el seguro para que nadie me la robe.— no me estas ayudando a no hacerme mucho la cabeza con Cenfe.—

—¿Y?, ¿quien dijo que no podes hacerte la cabeza con cenfe?, apobrecha wacha, sos joven, sos hermosa, tenes un re culo... como dice esa frase.— penso.— ¿mientras esperas al correcto disfruta al equivocado?.— dijo.

—No se si es asi la frase.— me sente en el primer banco.— cambiando de tema, ¿viste que se mudaron unos vecinos en el barrio?.—

—No tenia idea.— los alumnos empezaron a entrar al aula.— y que onda?, hay alguno pibe lindo?.— la mire y alce una ceja.

—¿No estabas con Chulu vos?.— pregunte en voz baja.

—No.— solto un suspiro.— me dijo que solo me queria para cojer, y bueno, yo tambien pero no se, que se maneje... el se pierde de esta mami.—

—Te gustaba mucho.— dije adivinando su suspiro.

—See.— miro la hoja de su carpeta.— era obvio igual que me queria para eso ee, yo siempre lo supe pero igual me ilusione.—

—Ya vas a encontrar a otro chico, que te quiera y te sepa valorar.— le sonreí tratando de hacerla sentir mejor.

—Si. Gracias, te amo.— apoyo su cabeza en mi hombro.—¿por que sera que nos enganchamos con el pibe que no nos quiere?, o que no nos conviene?.—

—Si supiera Ambar ya me hubiera ahorrado muchas cosas.— ella asintió de acuerdo conmigo.— y volviendo a tu pregunta, si, hay dos chicos y una chica creo.—

—¿Y son lindos los chicos?.— me presto atención.

—No los vi bien.— Ambar hizo puchero.

(...)

—¿Estas segura que no queres que te acompañe Maritza?.— mire otra vez la calle y asentí.

—Te juro que te mando mensajes apenas llegue.— Ambar me miro y resoplo.

La clase se había alargado porque nos cambiaron dos talleres que teníamos el viernes a hoy y entonces salimos 4 horas mas tarde de lo normal y ya estaba oscuro.

—Llama un taxi Mari, no quiero que te vayas sola.— parecía una nena chica golpeando los pies en el piso.— o al menos deja que te acompañe.—

Si Ambar me acompañaba ella despues tenia que volver sola y prefiero que ella vaya ahora a su casa a que después cruce dos de los barrios mas peligrosos sola.

—No tengo plata ni aca ni en casa.— me subi a la bici.— Dale Ambi, anda.— le hice una señal para que caminara.— te aviso apenas llegue y vos igual ee.— ella asintió.

—Chau hermosa, te amo.— Ambi me tiro un beso y empezo a andar en su bici en direccion a su casa.

Imite la acción de mi amiga y empece a pedalear en las calles oscuras de Cutral Co. No voy a decir que no tengo miedo porque si tengo y mucho pero no había otra cosa que hacer.

Cuando a lo lejos vi el puente de entrada al barrio donde vivía mi estomago se removió. El puente era conocido por las veces que asaltaron a las personas que pasaban por ahi y no solo de noche, sino también de día.

Empece a aumentar la velocidad y mi cuerpo se tenso completamente cuando entre al puerta, era alrededor de 100 metros de largo el puente y cada vez se me hacia mas largo. Una vez que llegue al fin pude respirar con normalidad.

A lo lejos pude ver mi casa, ya que quedaba a dos cuadras del puente. Me baje de la bici y comencé a caminar al lado.

La noche estaba oscura y es normal, ya estamos entrando a invierno y el frió se esta haciendo notar.

Iba llegando a la cuadra de mi casa cuando de la nada me agarraron la bici de atrás. Lo primero que pensé fue en correr, en gritar o pagarle con lo primero que encuentre.

—¿Viniste sola Maritza?.— escuche su voz y mi cuerpo se relajo al instante.

—¿Como vas a hacer eso?, ¿estas loco?.— dije histérica. Cenfe me miro y se rio.

—Bue, perdón.— yo negué tratando de regular mis palpitaciones.—Vos sos la loca, mami.— dijo acercándose a mi.— ¿como vas a venir sola a estas horas?, la próxima me llame y te voy a buscar.—

—Ni tengo tu numero, por empezar.— el sonrio cuando le hable así.— y vine sola porque no tenia otra opción o vos te crees que me gusta andar corriendo peligro así?.—

—Bueno mami bájame el tonito.— le arrugue la cara.— y anota mi numero.— saque mi celular y el me dicto el numero.— ahora si, cuando necesites me llamas.—

—Okey.— iba a irme pero me volvió a agarrar la bici.—¿Que?.— dije con vergüenza.

—¿No me vas a dar un beso?.— se me escapo una sonrisa sin querer.

—No, déjame irme.— la verdad es que estábamos en el medio de la calle y si alguien nos veía juntos iban a empezar a hablar y no quería eso.

—Te dejo ir pero con una condición.— sus ojos me miraban tan atentamente que me derretía bajo sus ojitos.— que aceptes ir mañana al rio conmigo.— alce una ceja.

—¿A que hora?, tengo clases hasta las 4:30 mañana.—

—Te paso a buscar a las 4 en tu colegio de tinchos.— me tiro un beso y dio unos pasos lejos de mi.

—Chau tarado.— dije por lo ultimo. Mi colegio no era de tinchos, era publico como todos pero con la diferencia de que es técnico y no es fácil de entrar porque es muy difícil.

Chaos [C.R.O] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora