—¡No, no no, Lisa! Vete, en cualquier momento Alex puede entrar. —Le dijo Jimin alarmado.
La joven de cabellera castaña sonrió sádica esperando el gesto de horror de Jimin. Es que estaba tan cansada de ser la segunda de Jimin. Le gustaba el dinero fácil, nunca diría que no, podía conseguirlo sin tener que hacer nada y a costas de otros.
—Como si me importara eso, idiota. —Le murmuró acercándose.
—Lisa, por favor, harás que todo se vaya a la mierda. Vete.
—No... —Le murmuro.
Jimin se levantó cabreado y la empujo contra la puerta que acababa de ser cerrada por Lisa.
—Si, te vas a ir. He trabajado duro por esto y no dejare que lo arrui-...
—¡Cállate! Lo único que hiciste fue acostarte con ella ¿lo entiendes? No eres más que... ¡un puto! Si, solo eres eso Jimin.
Las piernas de Lisa flaquearon al decirle eso, tal vez había bebido dos o tres tragos de más.
—Maldita sea Lisa, calla y vete... Todavía me debes una explicación.
—¿Qué...? — Le dice bajando la cabeza.
—Si, se supone que tienes que estar en Corea.
Jimin la quito del camino y abrió la puerta.
—Ahora lárgate... —La tomo del brazo y la sacó del palco—. Te llamaré.
Lisa estaba a punto de volver a entrar cuando Jimin le cerró la puerta en la cara, lastimando su nariz, ella maldijo por lo bajo e intento abrirla de nuevo, encontrándose con que Jimin le puso el seguro a la puerta.
—Maldito cachetón... —susurro para después marcharse—. Lo lamentarás...
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