Despertó en mitad de la noche, confundida. Le dolía el cuello y se sentía desorientada en la oscuridad de su habitación. Todavía no se había acostumbrado a andar a oscuras allí. Extendió la mano hasta su mueble de noche y encendió la luz de una cálida lámpara antigua, iluminando su cuarto de manera tenue. Se frotó los ojos suavemente con el interior de su brazo, y abrió la mano para descubrir la fotografía, arrugada.
Al verla, recordó el sueño profundo en el que se había visto a sí misma. Corriendo por el bosque, pequeña y grande al mismo tiempo, la luz del sol a través del follaje bañando su rostro en tonos púrpuras que parecían provenir de la misma nada. El bosque que había tenido en la mente antes de caer dormida se le había presentado en sueños y en él se había sentido como en casa. Una extraña sensación recorría su pecho aún despierta, y se preguntó por primera vez, cómo había imaginado un lugar así. Porque había sido eso; un lugar que su yo del pasado había creado con tan solo su mente, y vivía en sus sueños y recuerdos. No comprendía cómo lo había siendo tan pequeña, pero se imaginó que esa es la maravilla de la mente de un niño.
Se puso de pie lentamente, y se descubrió a sí misma todavía en la ropa que había utilizado durante el día. Al darse cuenta de lo tarde que era, optó por cambiarse a su ropa para dormir, poniéndose un camisón delicado color medianoche, de fina seda, breteles angostos, y largo hasta las rodillas. Más cómoda, contempló la cama con una extraña mirada, debatiéndose entre seguir durmiendo o buscar algo para hacer. Se sentía ya completamente lúcida, y tras tantas horas de aquél profundo sueño, no se creía capaz de volver a dormir. Torció el gesto, pues era tarde, y no acostarse le costaría una buena mañana. Pero aun así se sentó en el borde del colchón y miró su biblioteca personal, cavilando sobre qué podía hacer para distraerse.
Mientras su mirada recorría los numerosos volúmenes y sus distintos títulos (libros que había terminado de trasladar hacia unas semanas) e intentaba decidirse por qué libro tomar, una idea la tomó por sorpresa. Intentó borrársela de la cabeza, varios minutos debatiendo consigo misma para olvidar esa estupidez, pero hiciera lo que hiciera era en vano pues seguía allí, seduciéndola.
Era tarde, se decía, su viaje a la biblioteca podía esperar hasta el día siguiente. No podía perder tiempo, ni recorrer la mansión en la oscuridad de la noche. Pero una parte de sí misma le pedía a gritos que acudiera, que tomara un libro no de su propia biblioteca, sino de entre aquellos incontables tomos que impregnaban el salón al que acudía tan seguido. Dudaba, y así pasó varios minutos, intentando resistirse a lo que le pedía todo su ser. Pero al final, fue débil, y se maldijo a sí misma a la vez que temblaba de emoción tras tomar una linterna que guardaba en su cajón y salir de la habitación.
Hizo el mismo recorrido de siempre, pero en la oscuridad de la noche y bajo la tenue luz de su linterna, todo se veía distinto, misterioso y atrayente. Se sentía extasiada, casi que no podía contenerse, sus pies dando rápidos pasos y saltos apresurados cada tanto. Era como una niña, y estaba segura que de pequeña, en algún punto, se había sentido de aquella manera.
Abrió las puertas de la biblioteca y sonrió. Estaba a oscuras, excepto por su linterna y un deje de la luz que brindaba el hogar de la sala al fondo. No habría sido la primera vez que se preguntaba cómo era que se mantenía así hasta que ella llegaba, pues siempre estaba encendida sin nadie alrededor, pero en ese momento no se lo preguntó, ni le importaba; lo único que había frente a ella eran los libros, el hogar y un lugar para pasar la noche en vela de la mejor manera.
Apagó su linterna y prendió una de las luces, la más pequeña para ser exactos, que iluminaba solo lo suficiente como para que pudiera leer los títulos y los textos sin lastimar su vista, pero nada más. No le molestó, pues su idea era aquella; no quería arruinar un escenario perfecto solo por buscar más luz de la que necesitaba.
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Fantasia
FantasyGina se encuentra en una situación difícil en su vida; tras la muerte de su madre, ella junto a su hermano, JC, son enviados a vivir con su padre. Años pasaron desde la última vez que alguno de los dos vio el rostro de aquel hombre, y la tensión pue...