Capítulo 8

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Llegue a mi casa a las 6 de la mañana lo único bueno fue que mi madre estaba completamente dormida, entre a mi habitación me di una ducha baje a la cocina y tomé una manzana, regrese a mi habitación no había comido nada y la manzana logró calmar mi estómago dadas las 3 de la tarde me quedé dormido y terminé despertandome a las 9 de la noche después de un largo pero muy cansado sueño,mire al cielo y la luna hablaba conmigo ¿como es esto posible? Ya se, se están preguntando eso, pero no es ficción, no es fantasía es la realidad, una triste, mentirosa y cruel realidad, ¿cómo me atreví a decirlo? Fácil, a todos en algún momento nos ha llegado el momento de hablar con la luna, pero no es cualquier platica no, eso no, está es una platica profunda, con miedo, con coraje, a una a la que todos hemos llegado alguna vez, ¿porque?  Dime que miento cuando digo que le has hablado a la luna pidiéndole a gritos el porqué se fue, dime que miento cuando digo que has hablado con la luna pidiendole explicaciones del porqué dejó de quererte, llorando en tu cuarto, al lado de la ventana pidiendo con gritos, con llanto que te den una respuesta, que te explique el porqué pasó, o has subido al techo de tu casa a contar tu propia versión de tu situación, porque todas las personas en algún momento hemos roto a otra y de la misma manera lo han hecho con nosotros, creeme que no miento cuando yo te digo que también le he dicho a gritos, a llanto, con malas palabras que me de una respuesta, todos hemos hablado con ella, admito que también al diablo le pedí una respuesta,vino a mi habitación y solamente me observó se sentó frente a mi pero al igual que la luna solo se sentaban, me escuchaban y me observaban, ninguno me dio su ayuda y decepcionado pedía que se fueran, quizás pedía demasiado, quizás no era la forma de hablarles, pero que podía haber hecho, el mundo cada vez más y más rápido se me venía abajo, no podía quedarme quieto, necesitaba desahogarme, pero no lo conseguí, deje de frecuentar a la luna, sabía que ella solamente podía ver a los locos, tristes asesinos y por supuesto a los enamorados, ella ya había visto más de una vez todo lo que nos pasaba y solamente se quedaba en el punto más alto quizás se reía y pensaba que todos somos una pequeña obra de teatro por supuesto cada quien con sus propios dolores y problemas quizás lo entendía y tenía alguna respuesta pero no decía ninguna palabra, era como si solamente estuviera analizando, para no estar aburrida, después de todo eso yo solo me contaba y me aconsejaba, al final de cuentas todos estamos solos, o al menos eso estoy pensando yo, deje de ver y de buscar a Amber desde hace 2 o 3 años, ya ni siquiera la recuerdo, tampoco hablaba ni soñaba con la luna, creía que era el momento de dejarlas en paz, y así lo hice, hasta apenas ayer, cuando ella me busco, prácticamente estaba molesta porque deje de adorarla por las noches, ya no le contaba nada, ni siquiera le sonreía, o le dedicaba mi último pensamiento, hable con ella por última vez, no porque la odiara, si no porque eran tantas preguntas y dudas que aún tenía, que pensar en ellas dos fue un martirio para mí, la que podía darme respuestas cada vez se alejaba más, y la que me escuchaba jamás me aconsejaba nada, me sentía estúpidamente roto y solo, pero ahora me siento más que hundido en mi propio y triste diario de un patético escritor olvidado, estoy encerrado en mi propio dolor y aunque me encantaría salir no tengo el valor de hacerlo porque siento que si salgo alguien vendrá de nuevo a hacerme daño quizás hasta a burlarse de mi y prefiero vivir en la oscuridad a arriesgarme más

versos olvidados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora