Harry Potter y la cicatriz del rayo

34. el cementerio y el sin nariz

Harry Potter y la cicatriz del rayo

El traslador depositó a Harry bruscamente sobre tierra dura y rocosa. Solo la mayor fuerza y ​​los reflejos otorgados por su forma animaga y el ritual del Cazador le permitieron mantener sus pies; sin embargo, inmediatamente se arrojó hacia un lado, alejándose de la zona de caída en caso de que el enemigo hubiera preparado una emboscada. Su aturdidor medio lanzado por suerte se había esfumado hasta la nada; habría sido problemático si un destello brillante de hechizo hubiera anunciado su llegada.

Como parecía que a Harry se le había concedido un poco de tiempo, sacó su capa de invisibilidad y se la puso. Se agachó junto a una lápida, aparentemente estaba en un cementerio, y sacó su espejo.

"¡Sirius, responde ahora!" susurró con urgencia. Harry fue recompensado de inmediato, mientras la cara de Sirius se enfocaba en su espejo. Claramente, había mucha actividad en Hogwarts: Harry podía escuchar a Dumbledore y Amelia Bones amenazando a Moody, y Remus estaba maldiciendo en voz alta por haber sido traicionado nuevamente.

"¡Harry, gracias a Dios que estás bien!" Sirius prácticamente gritó. "¿Dónde estás? ¿Y por qué no puedo verte?"

"Estoy debajo de la capa, Sirius", respondió Harry, y luego miró a su alrededor para tratar de responder la otra pregunta. Estaba en un viejo cementerio cubierto de maleza, con una niebla espesa y húmeda que se elevaba ominosamente del suelo. A unos cien metros a la derecha de Harry, una pequeña capilla estaba eclipsada por un gran tejo. Alrededor de un cuarto de milla a la izquierda de Harry, una vieja casa señorial coronaba una gran colina que comenzó a elevarse justo más allá de la puerta del cementerio. "Algún viejo cementerio", dijo Harry con tristeza. "No tengo idea, de verdad. Hay una pequeña iglesia aquí, y una gran casa vieja en una colina".

"Bueno, aparecete en casa o usa el traslador para regresar", dijo Sirius. "No se sabe lo que te espera allí".

Harry bajó la mirada hacia el medallón, que había dejado caer para sostener el espejo. Ya no se parecía a un medallón; ahora, era más como un montón de arena plateada.

"No se puede hacer con el traslador, está roto", susurró Harry. "Déjame intentar aparentarme".

Incluso mientras enfocaba su voluntad de aparecer, sabía que no funcionaría: había la misma sensación de ser pesado que Harry sabía de Hogwarts; claramente, se había colocado una sala o hechizo sobre el lugar, y la Marca Oscura escrita en el medallón lo había metido dentro. La apariencia de Thunderbird podría funcionar ... pero entonces, podría no funcionar, y seguramente llamaría la atención. Harry consideró brevemente llamar a Winky para transportarlo de regreso, pero descartó la idea cuando se le ocurrió que cualquier sala que lo estuviera bloqueando podría matar a un elfo doméstico no autorizado.

"Lo siento, Sirius", dijo Harry. "Algo me está bloqueando. ¿Qué pasó en Hogwarts?"

"Después de que Moody te envió, Dumbledore, Bones, Remus y yo lo sorprendimos. En este momento lo están interrogando. Resulta que no es Moody, sino Barty Crouch, Jr., quien se suponía que había muerto hace una década. Lleva a Moody prisionero y usa Polyjuice todo el año, y mató a su padre en el Bosque Prohibido ".

Harry asintió, sin sorprenderse. En los momentos antes de que llamara a Sirius, se había preguntado qué podría haber hecho que Moody lo atacara. No podría haber sido la Maldición Imperius: Alastor Moody había escrito literalmente el libro (o, al menos, el Manual de Campo de los Aurores) sobre resistirlo, y no tenía una familia viva a la que amenazar. Realmente, Harry no podía pensar en nada que pudiera causar que el hombre traicionara su causa jurada tan profundamente, y la única posibilidad real que quedaba era que no era Alastor Moody en absoluto.