Capítulo DOS

100 21 0
                                    

Jimin sentía la mirada penetrante de su madre sobre su delgado cuerpo, haciéndolo tambalear y poniéndole más nervioso de lo que estaba.

Pero aún continuaba, a sus oídos llegó la dulce melodía que estaba sonando del violín, movía sus manos y suavemente pasaba el arco por las cuerdas del aparato, viendo atentamente hacia la pantalla frente a sus ojos, que enfocaban a un peligris captando la atención de todos los espectadores, incluso la de Jimin, que era la primera vez que lo estaba viendo.

Namjoon era ese ídolo por el que cualquier hombre se declararía homosexual, era considerado todo un dios griego, sus piernas eran envidiables y su cuerpo también, a veces solo bastaba verlo para que te baje la autoestima con tanta belleza que desprendía su figura sobre el hielo.

El peliazul jamás había tocado bajo tanta presión, sintiéndose cansado luego y dejando a un lado el violín junto a su arco para poder recargarse tranquilamente en el espaldar de la silla, respirando profundamente y cerrando los ojos, relajando sus músculos que habían estado tensos por casi toda la presentación.

En cambio, el peligris, se metió a los camerinos una vez se habían apagado todas las cámaras, su rostro aún sudado demostraba lo mucho que se había esforzado por obtener el primer lugar aquella noche.

Mas el espejo que se encontraba a lado suyo reflejaba una amplia sonrisa en su rostro, que hacía exponer a claridad sus hoyuelos, sus cabellos grises estaban pegados a su frente sudada y al pasar de los segundos el traje comenzaba a brindarle calor, así que había optado por darse un baño relajante en lo que Seokjin salía a la pista de patinaje para su presentación.

___^ Angel On Ice NamMin^___

-Te espero en el hotel, no tardes- la voz autoritaria de la mujer resonó en la blanca habitación mientras salía de esta sin siquiera cerrar la puerta, escuchándose solo el sonido de sus tacones alejarse sobre el suelo y perderse entre el pasillo.

Jimin soltó un bufido y se levantó de golpe, dirigiéndose hacia la puerta, dispuesto a salir hacia la pista de hielo para poder apreciar un poco del último participante, y poder deshacerse del letargo en el que había entrado hacía varios minutos gracias a su madre.

Caminaba lentamente por el pasillo mientras escuchaba a las personas gritar eufóricamente en la pista de hielo, no había nadie recorriendo ese lugar así que se dio la libertad de caminar más relajado, seguro de que ninguna cámara lo estaba grabando.

-Kim Seokjin, representando a Korea-.

Los gritos incluso se hicieron más fuertes, haciendo estremecer el delgado cuerpo del peliazul, que comenzó a caminar con mayor rapidez, sus pasos eran firmes sobre el suelo y sus zapatos hacían ruido al chocar contra este.

De la nada, una puerta en el pasillo se abrió, dejando ver a un peligris salir apresurado sin percatarse de que Jimin estaba delante de él, atropellándolo y cayendo al suelo, ambos.

-Auch-.

-Oye ten más cui...- Namjoon ni siquiera pudo terminar con la frase, porque al levantar la vista sus ojos chocaron contra los del peliazul, quien estaba con la mano en la cabeza. -Lo... Siento ¿Te lastimaste? -.

-Oh, estoy bien, gra...-.

-Déjame ver- El peligris apartó la mano del chico frente a él y posó sus frías manos sobre sus mejillas del menor, revisando de que verdaderamente estuviera bien.

Ninguno de los dos intercambió palabra alguna, mas Jimin solo sentía los fríos dedos del peligris sobre sus sonrojadas mejillas, al menos estuvo así hasta que el mayor se alejó de él, y sus ojos se encontraron nuevamente.

Pronto, Namjoon se perdió entre los negros ojos del peliazul, cautivándose por lo sonrojado que estaba, y aun así sus dedos posaban sobre las mejillas color carmesí del menor, quien también lo miraba, perdiéndose en los ojos del mayor.

Ninguno cruzaba palabra alguna, solo se miraban, Jimin tan solo sentía el frío tacto del mayor sobre sus mejillas y no se atrevía a romper el juego de miradas a pesar de eso, a pesar de sentir sus mejillas calientes, a pesar de que la mirada del peligris era penetrante y estaba perdido en ella, a pesar de que su delgado cuerpo se reflejaba en las pupilas del mayor, a pesar de ello, ni siquiera quiso quitar su mirada del mayor.

- ¿Dónde está Namjoon? ¿Viste a Namjoon? -.

-No lo sé, de seguro está en su camerino-.

Unos pasos comenzaron a acercarse y el peligris automáticamente apartó la mirada de Jimin, confundiéndolo totalmente, poniéndose de pie y estirando la mano para que el peliazul la tomara.

-Vamos, no nos pueden ver aquí- Susurró el mayor ante la mirada confundida de Jimin, quien no dudó en tomar la mano de su hyung, siendo llevado dentro de la habitación de donde minutos antes el peligris había salido.

Ambos entraron en silencio y cerraron la puerta con sumo cuidado para no hacer ruido, se sentaron juntos en la banca que estaba frente al espejo de la blanca habitación, esperando a que la puerta fuera abierta nuevamente.

Y efectivamente la puerta fue abierta con mucha brusquedad, dejando ver a un pelirrosa en el marco de esta, lucía completamente cansado y su rostro estaba sudado.

-Kim Namjoon que mal amigo eres- Dijo el chico pálido apuntando al peligris.

-Yo... ¿Yo? - Preguntó torpemente el acusado, sintiendo como su mano se soltaba de Jimin.

- ¿Hay otro Namjoon en esta habitación? ¿Él también se llama Namjoon? - Preguntó esta vez, apuntando al peliazul que yacía sentado en la banca, totalmente ausente en aquella conversación.

-Escucha yo no quise ha...-.

-Igual sucedió ayer. ¿Qué te está pasando Namjoon? Soy tu amigo, debiste ver mi presentación-.

-Yo lo sient...-

- ¿Otra vez lo sientes? ¡Siempre lo sientes, y vuelves a hacer lo mismo! -.

-Lo siento yo... Debo irme- Habló Jimin con voz temblorosa, levantándose de golpe ante la mirada atónita de ambos chicos y salió casi disparado de aquella habitación, dispuesto a ir al salón principal para buscar su violín y regresarse al hotel, estaba completamente cansado, sus piernas le dolían por la estrepitosa caída que había sufrido anteriormente, pero eso ya poco le importaba.

Angel On Ice 《NAMMIN》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora