Me encuentro con Penelope en un rústico café cerca del centro y paso la tarde con ella y su hermoso bebé, conociendo su vida y su mente después de haber conocido cada parte de su cuerpo anoche. El suyo y el de su esposo.
—¿Hacen mucho ese tipo de cosas? —le pregunto después de soltar a su hijo por primera vez desde que me lo puso enfrente. Y solo porque me trajeron mi segundo pedazo de pastel de queso y no me puedo resistir a comerlo, ni siquiera por esa pequeña criatura tan maravillosa. Penelope le da un sorbo a su triste café negro y sonríe ante mi pregunta, asintiendo con la cabeza.
—Nos gusta mantener las cosas interesantes, siempre hemos buscado ser aventureros. Y desde que empezamos a salir hace cinco años, ese ha sido nuestro pasatiempo favorito de los fines de semana —contesta y me observa con los ojos muy abiertos cuando acerco el tenedor con un pedazo de pastel a su boca. No podía seguir viéndola pretender que está satisfecha con café negro. Penelope duda por un segundo, pero solo toma una sonrisa de mi parte para que se atreva y lo coma— Oh, dios, es delicioso.
—¿Quieres más? —le pregunto, sin poder detenerme. Penelope me sigue por un rato y toma todo lo que le doy, pero antes de seguir y seguir hasta que esté llena, me tomo un segundo para reflexionar y me obligo a parar.
Este ya no es mi trabajo y Penelope me cae bien. No quiero ser solamente una mala influencia en su vida. Quiero que sea mi amiga de verdad, una vez que sea mortal como ella.
Quiero ser ella tan pronto como me sea posible, con un esposo que me adore ciegamente y un bebé humano en mis brazos a quien pueda cuidar y amar... pero esos son solo deseos escandalosos que no me dejaré tener hasta que mi mortalidad sea una realidad.
Camino hacia la casa de Penelope cargando al pequeño Mateo y observando su frágil cuerpecito en mis brazos, capaces de destruir sus huesos en cuestión de segundos.
Mi nueva amiga solo ve una mujer joven, delgada y más baja que ella cuando me mira. No tiene ni idea del peligro que corre su hijo con alguien como yo. Y sinceramente tiene mucha suerte de que yo solo tenga una adoración por los niños y no tenga gusto por hacerles algo malo... si supiera lo que mis hermanos hacen con los niños, estaría corriendo hacia una montaña para protegerlo.
—Gracias por acompañarme, Agatha —dice Penelope, abriendo la puerta de su casa y empujando la carriola vacía hacia dentro para quitarme a Mateo de los brazos— me encantó pasar el día contigo... ¿Nos vemos en el club, la próxima semana?
—No me lo perdería —contesto con el mismo tono bajo que ella y me acerco a darle un beso en la boca antes de irme. Quiero ser su amiga... pero eso no quiere decir que vaya a dejar de desearla. Penelope sonríe y me despide con un movimiento delicado de sus dedos antes de cerrar la puerta.
Solo entonces me doy cuenta de lo tarde que es y maldigo antes de casi correr hacia mi casa. Hoy es noche de sexo tántrico. Mi noche favorita, incluso más que la noche de intercambio de parejas o noche de BDSM.
El sexo tántrico puede sonar poco interesante para los no-conocedores, pero de hecho es una de las noches más intensas y mas cargadas de energía, me hacen sentir incluso más afectada que cuando consumo drogas reales. Por eso me esfuerzo y me pongo uno de mis vestuarios nuevos, con unas larguísimas botas de latex hasta los muslos y un par de guantes del mismo material.
Ya sé que me he quejado de la moda actual, pero la verdad es que cada vez me gusta más, en especial la ropa fetichista. Cada vez estoy más segura de que fue creada para mí.
No tengo mucho tiempo, pero arreglo mi cabello a la perfección y aplico un labial más oscuro en mis labios antes de correr hacia mi auto sin siquiera averiguar si Belzat necesita algo de mí.
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Devil In Disguise
Storie d'amoreSE BUSCA: HUMANO DEMONIACO Me llamo Agatha y hace años fui condenada a pasar una eternidad en el infierno. Estaría todavía quemándome en el infierno en este preciso momento si no fuera porque mi hermano me rescató para su beneficio propio. Y ahora...