Creí que lo sabías

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Las memorias de un fin de semana maravillo de pronto parecieron escurrirse entre sus dedos al ver a la forense parada frente al amor de su vida. Jane sintió en ese instante como la ira, el miedo y los celos se deslizaban por su espalda cruelmente, arrasando con todo a su paso sin dejar rastro alguno de felicidad.

I- ¿No vas a saludarme?- pregunto el muchacho con una sonrisa sin entender porque Maura, la dulce y siempre cordial Maura no corría de inmediato a sus brazos.

M- Lo siento, no es un buen momento Ian, me has caído de sorpresa y no esperaba encontrarme contigo.- dijo con un ápice de voz rezando para que la detective no se hubiese percatado de la presencia de aquel hombre.

I- ¿A caso estas con alguien?

M- Si, estoy con alguien y tú no deberías estar aquí, Jane sabe que tienes una orden de captura internacional.

I- Tu amiga no va a delatarme Maura

J- Si lo hará- dijo la morena saliendo de detrás del muro que la resguardaba.

Ian clavó su mirada en ella al tiempo que Jane lo hacía en la de él, de pronto la pelirroja se sintió atrapada en medio no solo de una guerra, sino también entre la espada y la pared, entre quien creía era el amor de su vida, y la mujer que había logrado que lo olvidase todo.

I- Me iré, estaré en el hotel de Beacon Hill, quiero verte antes de regresar a África- dio media vuelta y se perdió en la calle.

Maura cerró la puerta tras ella aún desconcertada notando luego la mirada irascible de la mujer frente a ella. Sabía que la presencia de Ian siempre traía desgracias a su vida, pero lo último que quería ahora era generarse un problema innecesario con la detective, quien de seguro ya se fabricaba toda una película del asunto.

M- ¿Vas a reportarlo?- pregunto con un poco de temor, no quería que Ian fuese a prisión, a pesar de lo que sentía por Jane aquel hombre había sido parte de su vida durante mucho tiempo.

J- Sabes que tengo que hacerlo, si se descubre que oculto a alguien que busca la Interpol puedo ir a prisión.

M- No te importó la última vez.

J- La última vez era diferente- respondió con sequedad sintiendo que el corazón se le hacía añicos. Tomo sus llaves y caminó hasta la puerta pasando frente a Maura sin siquiera voltear a verla.

M- Vamos Jane, no tienes que irte- pero el portazo retumbo en toda la casa antes que acabara la frase.

Esa noche ninguna de las dos pudo dormir, ambas se preguntaban si aquel sujeto que sólo aparecía una vez cada algunos años, sería capaz de romper lo que había nacido entre ellas durante las últimas semanas.

En la mañana del lunes Maura no apareció a trabajar, en su lugar se encontraba el nada agradable Dr. Pike, Jane no pudo más que resoplar de frustración al verlo acomodar los utensilios de trabajo sobre la mesa compulsivamente. Un caso había caído en puerta y lo último que necesitaba era tener que lidiar con aquel hombre que le crispaba los nervios.

Volvió a la comisaría casi dos horas después, sin pensarlo fue por más cafeína al bar, no había reflexionado en el hecho de que ella y la forense se fugasen todo el fin de semana, y mucho menos en que su muy poco sutil madre estaría aguardándola con miles de preguntas.

A- ¿Qué le ha pasado a Maura?- dijo la mujer dejando la taza de café frente a su hija.

J- Nada que te incumba mamá.

A- Vamos Jane, la he visto salir esta mañana muy apurada y tenía mala cara, ¿habéis peleado?

J- Ya para- exclamo tratando de contener las ganas de ponerse a gritar- no estoy para tus interrogatorios, podrías simplemente una vez dejarme en paz.

Tú y Yo somos..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora