Finalmente las declaro...

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¿Quieres ser mi novia?, las palabras de la morena se clavaron en el corazón de Maura de inmediato, sus manos recorrían delicadamente la pieza de joyería que brillaba despampanante en la pequeña caja, sabía que Jane planeaba algo pero nada la había preparado para esa pregunta.

M- ¡Oh Jane!, ¿estas segura que quieres darme esto?

J- ¿Esas es tu forma de decirme que si?- exclamo la morena sonriente con un brillo en sus ojos poco usual.

M- Claro que si- de inmediato los brazos de Maura se abalanzaron sobre la detective para abrazarla fuerte contra si misma, sus labios se encontraron justo en medio de la mesa mientras sentía una euforia que le recorría de punta a punta su cuerpo. - ¿Y has hecho todo esto solo para preguntarme eso?

J- La sutileza no es algo que se te de bien y pensé que quizás sería apropiado algo despampanante- rio a carcajadas mientras se dejaba perder en los perlados dientes de la pelirroja que le devolvían una sonrisa cada vez mas radiante.

M- ¿Vamos a casa?

J- De inmediato- contesto al tiempo que se ponía de pie para sujetar la mano de su ahora novia para ayudarla a incorporarse.

Jane condujo tan a prisa por las calles ya desiertas de Boston que antes que pudiese darse cuenta ya estaban aparcando fuera de la casa de la forense. Descendieron a toda prisa y se aventuraron de inmediato dentro del edificio hasta llegar a la habitación de Maura quien había perdido parte de su ropa en el camino ya que la morena simplemente no lograba contener la euforia del momento. La seda egipcia de las sabanas se fundió de inmediato con sus pieles desnudas, Jane sentía cada segundo que había tomado la mejor decisión de su vida al aventurarse a tener un compromiso serio con aquella mujer que hacia años la volvía totalmente loca y que ahora se encontraba jadeando a su lado mas satisfecha que en toda su vida. Apenas si podía creer que le hubiese tomado tanto tiempo darse cuenta de sus verdaderos sentimientos hacia la pelirroja, pero ahora el tiempo había pasado y ahí la tenía, a la mujer de su vida, enroscada entre sus piernas respirando su mismo aire.

La mañana llego lenta y silenciosa, el sol apenas si se dejo ver por entre las cortinas de la habitación de Maura, que aún aferrada al cuerpo de la mujer a su lado, dormía profundamente.

J- Maura despierta- susurro en un tono casi inaudible sin estar del todo convencida si quería despertarla en realidad. La forense se retorció bajo la seda blanca al tiempo que se acurrucaba un poco mas entre los pliegues del cuerpo de su novia, Jane rió embobada y se dispuso a ponerse de pie pero unas manos la retenían impidiéndole moverse con facilidad.

M- No te vallas- dijo aun entre dormida sin soltar la cintura de la morena

J- No quisiera irme pero ya es de mañana Maura, tenemos que irnos a trabajar

M- ¿No puedes pedir el día?

J- ¿Y para que se supone que necesito el día?- pregunto intrigada esperando en silencio el argumento que de seguro lograría retenerla en la cama.

M- Para quedarte en la cama con tu futura esposa- Mauro sonrió abriendo apenas sus ojos para contemplar el rostro de Jane que la observaba boquiabierta.

J- ¿Apenas si te he pedido ser mi novia y ya quieres que nos casemos?- exclamo desconcertada sin entender aún a que quería llegar la forense.

M- ¿Por qué no? Jane sabes todo de mi, se todo de ti, no hay nada mas que debamos conocer una de la otra, llevamos juntas cuatro años, vives prácticamente aquí, ¿Por qué perder mas tiempo?

J- ¿Maura me estas hablando enserio?- el rostro de la morena se torno arrugado y las marcas de expresión de su miedo se hicieron demasiado evidentes para la pelirroja como para ignorarlas.

Tú y Yo somos..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora