El joven Jungkook había comenzado a caminar a paso lento mientras su mano temblaba con ligereza siendo estirada hacia adelante guiándole en su camino. Realmente tenía temor, mucho más al saber que podía alucinar y ver cualquier cosa allí dentro que pudiese traumarlo de por vida.
Arrastraba sus zapatillas contra la tierra acumulada en el suelo de aquel sendero preguntándose cuántas personas habían hecho esto y si realmente habían salido de allí. Pudo haber impuesto la regla de poder entrar con su amigo pero no, hasta para eso había sido lo suficientemente lento, de lo contrario podía estar tomando con fuerza otra cosa que no sea esa miserable caja que apenas podía llenar su palma por completo.
¿Cien metros? Él no tenía idea de cuánto era eso y no podía preguntarle a nadie si faltaba mucho para llegar, ni siquiera se animaba a hablar o girar su cabeza hacia algún sector que no fuese el frente por temor a ver algo que no le gustase o que le genere ganas de salir corriendo.
Un buen rato había pasado y se le ocurrió pensar que tal vez la luz no funcionaba y que jamás llegaría a la salida, tal vez el único pase libre a ella era la entrada por la que Yoongi había decidido ingresar pero después de puros martirios, quejas, pensamientos e ideas de escape por algún imprevisto, la luz roja se encendió.
Sabía que debía encender aquel fósforo pero por un segundo quedó estático y aturdido ante aquella situación, olvidó las reglas, quiso salir corriendo pero sus piernas no respondieron al igual que su cuerpo. No supo si la luz podía llegar a apagarse o si quedaría prendida hasta que él finalmente se digne a encender aquel objeto de una vez.
Con sus manos temblorosas abrió esa cajita tomando un cerillo, rozándolo contra uno de los laterales del diminuto cuadrado pero un oleaje helado le invadió sintiéndose aún más tenso que antes. Casi por instinto cerró sus ojos y no quiso hacer nada, no estaba listo, para qué había accedido ingresar a ese lugar desconocido con historias imposibles de relatar.
—¿Kookie? —Una voz familiar había hablado lo suficiente cerca de él como para ganarse su atención casi al instante.
—¿Alex? —Una sonrisa se asomó en sus labios pero dudó en ir a abrazarlo, qué se supone que debía hacer.
Aquel chico era uno de sus mejores amigos desde la infancia, era proveniente de Inglaterra, habían compartido el jardín, la primaria e incluso parte de la secundaria antes de mudarse algo lejos de él por nueva adquisición de trabajo por parte de su padre y tener que abandonar la escuela. Ambos se habían mantenido en contacto por todo lo que duraron los estudios e incluso hasta hace unos pocos meses pero de todas maneras Jeon le extrañaba, habían sido dos personas muy apegadas.
—Creí que no volvería a verte. —Sonrió y dejó un objeto, al parecer punzante, sobre una especie de piedra para poder ir a abrazarle con felicidad. Dudó unos segundos pero no pudo contenerse mucho tiempo ante aquella muestra de afecto. Por un instante quiso llorar pero el propio estado de shock se lo prohibía. —¿Qué tal tu vida?
Ambos se alejaron y su amigo volvió a su lugar mientras él decidía sentarse en el suelo intentando no quemarse con el palillo entre sus dedos.
Sonrió recordando su vida esos últimos dos años y realmente le había ido mejor de lo que él lo pudo haber esperado alguna vez. —Ingresé a la universidad, estoy estudiando letras.
Alex lució sorprendido, él sabía lo mucho que le encantaba escribir al morocho, siempre se había ocupado de halagar cada una de sus obras improvisadas porque sabía realmente narrar cada idea que su mente creaba o aquello que quería expresar por cuenta propia desde el fondo de su corazón.
—Wow, realmente me parece increíble y bien merecido —comentó mientras palmeó sus manos en un fuerte aplauso y continuó jugando con aquel objeto que minutos antes había hecho a un lado.
—¿Qué tal tu vida? ¿Lo lograste?
Jungkook sabía que el sueño de su amigo se resumía en el diseño gráfico pero su padre solamente deseaba que estudie negocios como todo su linaje familiar. Antes de irse le había prometido al morocho que hablaría con aquel hombre con anticipación a su ingreso a la universidad. Asintió con la cabeza mientras la sonrisa de Jeon crecía poco a poco.
—El ingreso fue más complicado de lo que esperé. —Se enfocó en el suelo pero Jungkook palmeó su pierna dándole ánimo.
—¡Pero lo hiciste! ¿Tu papá te entendió? — Su sonrisa fue desvaneciéndose de a poco ante la mirada perdida de su amigo.
Por un momento sintió temor, quería preguntar algo al respecto pero no sabía qué, tal vez cualquier palabra emitida en ese momento pudiese resultar mal intencionada o incómoda para él. No quería arruinarlo aún más.
Se limitó a sonreír pero cuando decidió mover sus labios para formular alguna otra pregunta acerca de su vida el cerillo se consumió. Por un segundo había olvidado que se encontraba en un lugar encerrado y lejos del mundo con tan solo un pequeño fuego que logró consumirse en dos minutos de veinte que estuvo caminando.
A decir verdad, seguía sintiéndose algo agobiado, necesitaba saber qué pasaba con su amigo, tal vez su padre había fallecido y él había tenido el tupé de preguntar. De todas maneras la frase de Nam seguía patente en su cabeza, este lugar podía producir alucinaciones.
Deseaba que su querido Alex logre pasearse por sus delirios un poco más seguido, tenía muchas cosas para contarle.
ACLARACIONES
Estos capítulos no van a ser muy largos, así que tal vez suba otro en un ratito pero eso. Les mando un besito. 🥰
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❛❅Sept Noms | Vkook.
FanfictionLa cueva de los siete nombres es el lugar al que nadie desea acercarse por causar severas alucinaciones de las cuales jamás nadie ha hablado. ¿Qué sucedería si Yoongi y Jungkook son retados a entrar allí? -GANADORA DE LA CATEGORÍA ESCONDIDAS EN LOS...