Sus piernas dolían pero comenzó a moverlas velozmente, ya entendía el punto de ese lugar y quería que termine lo antes posible, le era inaudito estar encerrado entre paredes y con su imaginación atormentándolo ante cada luz roja.
Tal vez era un conejillo de indias bajo un túnel mientras personas desde un cuarto presionan un botón para analizar su creatividad y sus reacciones ante dicho ente creado por un holograma.
No entendía el fin de aquello, si querían hacerlo dudar acerca de su propia salud mental, lo habían conseguido sin demasiado esfuerzo. Aún así siguió a paso rápido pero siempre teniendo cuidado de no hacerse daño en aquel suelo invisible pero también recreado por su hermosa e invencible cabeza.
El cansancio de a poco comenzaba a hacer efecto debido a sus lágrimas saladas que yacían secas en sus mejillas o al menos aquellas que él no llegó a secar a tiempo con su delgada mano.
Un bostezo se hizo presente en el mismo momento en que la luz roja le encandiló. No sentía emoción, realmente planeaba encender los últimos tres cerillos y apagarlos sin siquiera darle tiempo a consumirse.
Tomó la caja de cartón y prendió el elemento de madera recargando su peso en una de sus piernas.
—Al fin.
Siquiera se dio la vuelta, cerró los ojos dispuesto a esperar unos tres segundos, nada de distracciones, no iba a entablar conversación con nadie más.
—¿Kookcito?
Como por mero instinto giró la cabeza y su expresión cambió a molestia pura. La única persona capaz de llamarlo de esa forma había sido Jin, uno de los mejores amigos que tuvo hasta los dieciséis años pero a quien aborrecía por completo.
Aquel joven decía poder ver el futuro y el maknae le creyó muchas veces hasta que decidió meterse en su propia relación de ese entonces.
—Sé que me odias pero realmente necesito explicar cómo fueron las cosas.
Iba a continuar con el discurso que Jungkook tanto odiaba y amagó a soplar el cerillo pero las manos de Jin taparon su boca.
—Por favor, no lo hagas.—Sus ojos se veían suplicantes y el morocho asintió dándole a entender que no le apagaría. —Gracias. —Con lentitud quitó su mano.
—Espero valga la pena. —Con frialdad en sus palabras decidió apoyarse contra una de las paredes mientras Jin se sentaba en el suelo aplastando un objeto extraño en sus manos.
—Yo fui a hablar con él, no quería que te hiciera daño.
Una sonrisa seca se formó en los labios del menor que movía su pierna exasperado.
—¿Y por eso decidiste deshacerte de él?
—No me deshice de nadie. —Jin pasó sus manos por su cabello manteniendo sus nervios algo escondidos.
—Después de hablar con vos desapareció, hasta la policía le buscaba y como no lo encontraron lo dieron por muerto.
No le parecía algo bueno para recordar, odiaba esta situación y la había guardado bajo siete candados en el baúl de su memoria hacía ya años.
—Jungkook, él no desapareció.
—¿Acabas de escuchar lo que dije? —inquirió el maknae bastante molesto y observó que gracias a Dios no faltaba mucho para que ese cerillo se consuma.
—Por supuesto que lo hice, él quiso que crean eso —dijo poniéndose de pie para poder estar cara a cara con aquel chico —. No mentí respecto a mi visión, él estaba dispuesto a hacerlo.
—¿Ya terminaste? No quiero perder mi tiempo con vos.
Jin suspiró, se había dado por vencido.
—Me alegra verte, Kookcito. —Sonrió y le dio un abrazo fugaz y asustadizo.
—No opino lo mismo, ni siquiera sé qué haces aquí cuando este espacio se conforma con las personas más importantes en mi vida —resopló y rió de forma sarcástica —. Lo entendería si me hubiese topado antes con este lugar pero hoy lo único que siento por vos es asco.
Logró ver como los ojos de Jin comenzaban a llenarse de lágrimas pero que su sonrisa seguía completamente intacta y no entendió por qué.
—Tal vez sigo ocupando un ligero espacio en tu corazón. —El mayor apoyó su mano abierta de par en par sobre el pecho del menor y este estuvo pensando en quitarla con todo el desprecio del mundo pero cuando quiso actuar quedó bajo la completa penumbra.
La sensación de aquella mano seguía en su cuerpo y se sintió molesto. Guardó el cerillo en su bolsillo y continuó andando, ¿cómo podía ser posible que en aquel lugar haya aparecido su mayor enemigo? Bueno, no sabía con exactitud si era esa la palabra pero realmente le aborrecía.
Hasta donde sabía, él detestó todo lo que su amigo realizó e incluso el punto al que habían llegado las cosas pero si Jin se había situado frente a sus ojos significa que, por primera vez, tenía razón. Tal vez su corazón seguía añorando todo lo que el maknae creyó destruir.
Tal vez seguía amarrado a la promesa de mejores amigos hecha bajo un árbol o a la idea de que fue la primera persona en aceptarlo desde lo profundo de su alma
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❛❅Sept Noms | Vkook.
FanfictionLa cueva de los siete nombres es el lugar al que nadie desea acercarse por causar severas alucinaciones de las cuales jamás nadie ha hablado. ¿Qué sucedería si Yoongi y Jungkook son retados a entrar allí? -GANADORA DE LA CATEGORÍA ESCONDIDAS EN LOS...