07; 𝑻𝒂𝒆𝒉𝒚𝒖𝒏𝒈

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Negro.

Eso es todo lo que podían detectar los ojos de Jungkook sumidos en la plena oscuridad. Estaba meramente agotado, la sed comenzaba a hacerse presente al igual que el sonido de su barriga hacía siete minutos y contando.

Quería respirar el aire puro, estaba seguro de que sus pulmones estaban repletos por el humo de los seis fósforos que había tenido que encender en el trayecto.

"Solo uno más" repitió para sí mismo, dándose el apoyo que quería recibir por parte de alguna persona existente.

A medida que pasaba el tiempo pensaba en qué sucedería luego de la séptima persona, ¿colapsaría la cueva? ¿se quedaría encerrado? ¿continuaría caminando por algún sendero sin fin? Tal vez sí o tal vez no.

¿Acaso saldría con alguna especie de demencia? Bien sabía que ver e imaginar todas las situaciones recientemente vividas no era nada grato ni mucho menos normal.

Muchos pensamientos, emociones y futuros inciertos invadían la cabeza del maknae, el cual se sentía fatigado pero la luz roja, por fin, había logrado ponerles a todos en pausa.

Tenía miedo, por qué negarlo, sentía que estaba listo pero no sabía con quién se toparía para aquel preciso cierre. O quizás tenía una vaga idea.

Una tarareo proveniente de una voz gruesa comenzó a sonar deleitando sus oídos, provocando que aquel cerillo sea encendido con rapidez y efusividad.

La luz encandiló en seguida y la sonrisa del joven se amplió a más no poder, irradiando magia. Taehyung se encontraba frente a él, había aparecido por entre medio de la oscuridad algo sudado o mojado, no pudo deducirlo con totalidad.

—Sabía que eras vos —exclamó tomando el rostro de su amante entre sus manos para poder cortar entre ellos la distancia que tanto habían padecido. 

Los labios de Tae seguían siendo tales como él recordaba, completamente dulces y embriagantes, haciéndole desfallecer ante cada movimiento efectuado sobre los suyos.

Jungkook lo supo, si en aquel espacio se encontraban las personas más preciadas, él no podría estar ausente, aunque le sonaba raro que no haya estado en primer lugar.

—Estás hermoso —susurró ensimismado mientras dejaba cortos pero sonoros besos sobre los labios de su novio.

—Es bueno saber que te sigo atrayendo. —Soltó una delicada risa y el maknae se sintió en casa.

—Sería imposible que no sucediera  —sentenció mientras le tomaba una de sus muñecas y se alejaba para verle. —También pintaste tu cabello.

El Taehyung del que se despidió portaba una cabellera color gris pero en ese momento se encontraba oscura. 

—No podía esperar a que lo veas. —Sonrió y movió un poco su pelo, del cual cayeron algunas gotas. 

—Te queda precioso. —Comenzó a observar con detenimiento mientras pasaba el cerillo para darse algo de luz. —Jimin también cambió el suyo, no pienso dejarlos solos otra vez al volver —exclamó sonriendo con diversión.

Le consolaba que ambos se hayan visto recientemente y sabía a la perfección que Jimin le habría convencido para hacerlo, ya lo había intentado con él y no había funcionado, Jungkook se negaba a maltratar su pobre cabello.

Inconscientemente sonrió y el mayor tomó su mano libre observando con su cabeza ladeada aquel elemento que el morocho ocupaba en sus manos.

—¿Por qué cargas eso?

El maknae quedó congelado, ninguna de las personas anteriores se había detenido a preguntarle, al contrario, todas aquellas conocían el fin para el que fue creado.

—Una apuesta con Namjoon, un chico al que conocí en este país. —Intentó ser lo más breve y explicativo posible pero su novio continuó con su cara de confusión.

—¿Te insistió a ingresar solo con uno de éstos? —Señaló el objeto y alzó una ceja.

—Suele inventarse apuestas muy seguido —enunció entre risas —, tengo muchas historias que contarte apenas lleguemos a la residencia. 

Dio leves aplausos contra su brazo mientras saltaba con felicidad pero Tae quedó estático en su lugar con una mirada perdida, bastante lúgubre.

—¿Sucede algo? —La sonrisa del menor comenzó a borrarse para ser reemplazada por un gesto de confusión mientras el mayor se ocupaba de escurrir con bronca uno de los bordes de su sweater bordó.

Jungkook iluminó la zona con la leve llama que le quedaba antes de que roce sus dedos por completo.

—¿Por qué estás mojado?

Por su parte, el morocho observó la llama y se apresuró en dejar un beso profundo pero corto sobre los labios del maknae mientras le sonreía como la primera vez. Una sonrisa cuadrada repleta de amor, cariño y calidez que envolvió entre sus brazos al corazón de Jungkook.

Sin musitar respuesta, el mayor aprovechó sus dedos mojados para poder apagar el fuego que estaba quemando los dedos del menor sin siquiera notarlo. 

Eso sí, antes de hacerlo, Jungkook pudo ver como sus labios formaron un sincero "te amo" que le estremeció por completo.

Sintió tristeza pero también felicidad, se había encontrado con Tae, su mente había cortado el hilo imaginario que tenía con aquella preciada criatura. 

De todas maneras, a pesar de que no había podido captar en demasía a qué se debieron sus palabras o sus actos, realmente había comprendido el mensaje o la finalidad de todo el recorrido ya que sus personas eran especiales y si aparecieron en aquel lugar cuando más les extrañaba, había sido por alguna razón. 

Supo en ese momento que todos aquellos que nos rodean día a día viven para siempre en nuestro corazón y él tenía personas sensacionales guardadas allí. 

...

El siguiente capítulo es el epílogo y es donde muchos de los incógnitos que tiene Jungkook van a responderse.

Entrando en el modo chusma, me gustaría saber quiénes serían para ustedes las siete personas más importantes en su vida.

Muchas gracias por leer, cuídense mucho. ❤️

❛❅Sept Noms | Vkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora