Su andar comenzó a ser un poco más seguro, a final de cuentas sospechaba de qué se trataba esta especie de recorrido fugaz, a menos que le aparezca algún ente que tome su alma allí dentro, no debía temer a caminar los metros necesarios para llegar al próximo punto de encuentro con lo que fuese que llegue a aparecer.
Su corazón palpitaba un poco más lento a medida que los minutos pasaban y el calor seguía haciéndose paso en su cuerpo debido a los nervios, a la adrenalina e incluso el propio encierro.
Todavía seguía pensando en Alex y en su sonrisa, nunca supo cuánto echaba de menos su rostro hasta hace diez minutos. Ese chico había iluminado su mundo, lo había llenado de imaginación, diversión, color y le había enseñado lo que era la amistad verdadera, por eso él pudo ser un buen amigo con Jimin y Tae en el futuro, tal vez sin siquiera haberlo cruzado esas dos increíbles personas no se hubiesen anclado a su lado durante diez años y contando.
Se preguntaba quién o qué sería lo que encontraría en ese momento, necesitaba encontrar esa luz lo más pronto posible, ni siquiera sabía con exactitud cuánto tiempo había estado caminando a ciegas por aquel espacio, tampoco sentía si en algún momento había doblado, para él era solo un recto camino sin salida.
El próximo punto llegó y la luz roja se encendió, nuevamente su cuerpo tembló ante aquel foco sobre él. Intentó no dudar mucho pero al escuchar un sonido similar al de unas pastillas encendió su cerillo con rapidez para poder iluminar el pequeño espacio que le rodeaba.
—¿Primito? —Sus ojos no pudieron procesar lo que tenía delante de él, Jackson se encontraba apoyado contra la pared rocosa pasando una especie de pastillero de mano en mano. El corazón de Jeon se oprimió con fuerza y por un segundo se olvidó del mundo.
Sus ojos comenzaron a soltar lágrimas sin siquiera dejarlo comprender un poco de lo que estaba sucediendo pero aún así se saltó a sus brazos con fuerza mientras se encargaba de descansar su rostro en aquel cuello blancuzco para no mojar su remera en el acto.
—Perdón. —Apenas pudo formular palabra entendible, no podía controlar sus emociones por más que necesitase hacerlo de forma rápida antes que aquel fuego se consuma por completo.
Jackson era su primo, aquella persona que admiró desde siempre. Era alguien muy seguro de sí mismo, sabía lo que quería, cómo llegar a eso y cómo mantenerlo. Siempre le había enseñado a Jungkook que amarse uno mismo era muy importante para poder amar en la vida, que los errores son comunes en el día a día del humano y que las remeras iban fuera del pantalón. Estaba feliz de poder volver a verlo después de dos años.
—Perdón por no haber vuelto a visitarte y por no haberme despedido, odio esas cosas. —Aquel joven lo alejó entre risas y decidió despeinar un poco su cabello mientras realizaba algunas muecas graciosas.
—No seas idiota, Kookie —expresó secando las lágrimas incesables de su primo y besó su frente —. No tengo nada que perdonarte, era tu futuro y por supuesto que lo entendimos en casa.
Jungkook no pudo observarlo a los ojos, había partido a Francia sin siquiera avisarle a su familia completa, de un día a otro dejaron de verlo y sí, su primo le había llamado apenas arribó regañándolo por no haberle dicho "adiós" siquiera pero luego de aquel día jamás habían vuelto a hablar.
—Jamás volviste a llamar. —Las llamadas eran muy costosas hacia el exterior, debía hacerlo la otra persona para así no consumir su crédito pero Jackson no lo había vuelto a hacer.
—No tuve tiempo suficiente, primo. —Una mueca se instaló en sus labios y por un momento Jeon quedó confundido pero también molesto.
—¿No tuviste tiempo en dos años? —Alzó la vista a los ojos del joven frente a él y las lágrimas retomaron su curso en silencio.
Jackson no soltó palabra alguna y miró hacia el suelo, fue como si los papeles se hubiesen invertido y ahora fuese él quien no pudiese soportar la mirada del morocho sobre su anatomía.
—Pasaron muchas cosas, Kookie. —Comenzó a alzarla poco a poco y antes de que pudiese verlo por completo aquel cerillo en las manos de Jungkook se apagó.
En ese momento, de frente a la oscuridad, volvió a sentirse impotente porque no podía creer lo que acababa de suceder, no entendía cómo es que su primo se presentó frente a él o cómo es que no pudo comunicarse con él en tanto tiempo por lo que sea que haya sucedido.
Comenzó a caminar algo perdido mientras guardaba el cerillo ya utilizado en el bolsillo de su pantalón donde ya tenía uno de ellos. No se sabe cuántos pasos realizó pero en un punto inexacto se colocó de cuclillas mientras soltaba un llanto amargo y desconsolado en el pleno silencio y soledad de aquel lugar escondido e irreconocible.
No podía pensar en nada más que lo sucedido, acababa de ver a su primo con la misma sonrisa resplandeciente, con el mismo sentido del humor y con un poco más de altura que hace dos años. No sabía si era una especie de señal pero necesitaba salir de ese lugar y llamarlo de inmediato, era la segunda persona que lograba encontrarse en aquel espacio imaginario de su mente y sentía que su cabeza explotaría antes de encontrar una salida.
La imaginación del hombre era más poderosa de lo que alguna vez pudo llegar a pensar, agradecía no poder mirar sus ojos pero de todas formas no encontró fuerzas suficientes para seguir hacia delante. Aquella persona había sido su debilidad y se esforzó lo más que pudo para poder ser como él al crecer, no sabía si lo había logrado, jamás planeaba preguntarle pero quería ser su orgullo.
Necesitaba salir de ahí lo más rápido posible, quería despojarse de aquella penumbra, quería regresar a la realidad.
ACLARACIÓN
Les dejo otro capítulo más porque me tentó.
Si tienen alguna duda pueden dejarla acá. 🥰
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❛❅Sept Noms | Vkook.
FanfictionLa cueva de los siete nombres es el lugar al que nadie desea acercarse por causar severas alucinaciones de las cuales jamás nadie ha hablado. ¿Qué sucedería si Yoongi y Jungkook son retados a entrar allí? -GANADORA DE LA CATEGORÍA ESCONDIDAS EN LOS...