-Sí, ¿en dónde estabas? – la apremió Niall, sin remordimiento -. ¡desapareciste! Te evaporaste como una prima donna, dejando atrás todo lo que te di, como si intentaras vengarte al máximo. - con un sollozo sofocado, Andrea huyó al baño y cerró la puerta, sentándose en el tapete para ocultar la cara en sus manos y llorar como si se le partiera el corazón. El presente y el pasado convergieron y no pudo aceptar esa traición.
¡qué estúpida fue Andrea! En el instante en que Niall le pidió que se casaran, perdió el seso. Muchos detalles no encajaban en su lugar, pero prefirió suprimirlos para que nada enturbiara su felicidad. ¿cómo podía escoger entre Justin y tomas? Enfrentándose a la elección final de confesarle a Niall que tenía un hijo, debió cerrar su mente y proteger a la criatura.
Niall envenenaba todo lo que tocaba. Pero ahora, con tal de tenerla en su cama, aceptaría a Justin. Hacía cinco años, el niño hubiera representado una complicación desagradable. Niall no la apreciaba como en ese momento y estaba convencida de que la hubiera persuadido de que tuviera un aborto. Pero los tiempos cambian... Justin era inocente y vulnerable, un pequeño con una inteligencia de titán, con frecuencia demasiado grande para que él la manejara. Una vez Niall fue un niño igual... Y se convirtió en un hombre duro, semejante a un diamante. Frío, calculador, inconmovible. ¿deseaba arriesgarse a que eso mismo sucediera con Justin? Su hijo poseía muchas características de Niall. Se las heredó con sus genes al nacer. Era necio, obsesivo y, si no se le guiaba, muy egoísta. Andrea pasó cuatro años y medio tratando de que Justin creciera como un chico centrado y normal, en lugar de que se separara de las actividades infantiles por juzgarlas inferiores a su mentalidad.
¡odiaba a Niall, oh, dios, cuánto lo odiaba! Amortajada por su soledad, se aferró al odio que representaba su única fuerza. Sofocó la sospecha de que Niall no era tan insensible como creyera y aplastó la vocecilla que se atrevía a insinuar que quizá Niall había cambiado.
¿qué importaba que tuviera que casarse primero? Apenas aterrizara en Londres, lo abandonaría. Lo hizo antes; lo haría de nuevo y ya no sería tan tonta. Se llevaría las joyas para venderlas. Con la ayuda de ese dinero, construiría una vida nueva para ella y Justin. Lo haría por el bien de su hijo.
La tristeza la cubrió con la eficiencia de una sábana. Él lo llamó un cierto "no sé qué". Una cierta palabra de cuatro letras, "sexo", hubiera sido menos impresionante, pero más precisa. Sexo. La única debilidad de Niall, muchas veces indeseada, él mismo lo admitía. Y no podía culparlo por sentir de esa manera. Debió irritarlo adquirir tanto poder y descubrir que todavía lo dominaba la lujuria por una rubia ordinaria, sin ninguno de los atributos necesarios para adornar su imagen pública.
-¿Andrea? ¿estás bien? – preguntó Niall, sobresaltándola. El silencio se prolongó -. Si no sales, destruiré la cerradura – le advirtió del otro lado de la puerta.
-la fuerza bruta es tu respuesta para todo, ¿verdad? – se puso de pie de un salto, mortificada porque se daba cuenta de que la escuchó llorar. Se desvistió y abrió el grifo de la ducha, esperando que el sonido lo obligara a alejarse. Sexo, pensó, despreciando a ese hombre. El más bajo denominador común. Y, después de una sequía de cinco años, su valor como hombre aumentó. De hecho rebasó los límites del mercado. A cambio de sexo ilimitado, Niall le concedía, graciosamente, reducir sus ambiciones y casarse con ella. Pues, ¡al demonio con él!
¿no debía considerarse una chica con suerte? Era atractivo, súper rico y con una potencia sexual extraordinaria. Nueve de cada diez mujeres hubieran accedido a vivir con sus defectos. Por desgracia, ella era la número diez. ¡por desgracia paran él, desde luego! Obtendría una novia, pero no una esposa. Cuando lo abandonara, horas después de la ceremonia, le causaría un embarazo social tremendo. Y entonces escribiría "pagado" sobre la cuenta pendiente. Enojarse no la llevaba a ninguna parte; vengarse le devolvería su dignidad.
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Mas Alla Del Perdon - Niall Horan Terminada
RomanceHacía cinco años, Andrea se enamoró de tal grado del implacable Niall Horan, que descartó sus principios para volverse su amante. Pero la pasión de ese hombre nunca se convirtió en amor y, más adelante, incapaz de permanecer en esa jaula de oro, lo...