Mil Memorias ┋ Multifandom

it's -not- my fault (repeat it until you believe it)┋Sofia the First

Prompt: Todo es mi culpa / It's all my fault.
Pedido por historianofenchancia en Tumblr.

Sofía ha desaparecido, y Amber se queda a recoger las piezas.

Amber se removió en su cama una vez más, abrazándose a sí misma mientras observaba el techo de su aposento, las estrellas de plástico propiciando una fina luz fosforescente que, además, hacían más notorias las lágrimas que se asomaban en los ojos de la joven princesa.

La última vez que había tenido problemas para dormir fue la noche previa a su primer día en la Escuela Real, temerosa de provocar una mala primera impresión. Eso había ocurrido hace meses, siendo actualmente una de las princesas más populares de la academia.

Era aterrador lo mucho que podían cambiar las cosas en tan poco tiempo, y no había estado preparada.

Aunque a decir verdad, uno nunca estaba preparado para este tipo de acontecimientos, y era abrumador lo mucho que le afectaba y lo poco que podía hacer para evitar sentirse así. Especialmente con el ajetreado movimiento que ocurría en el palacio hace días, percibiendo tanto como la Guardia Real como la servidumbre acallaba al pasar por su recámara, temiendo interrumpir su letargo.

Y por mucho que apreciaba sus intenciones, lo último que necesitaba era estar sola. Quería a su Papi, quería una mano acariciando su cabeza. ¡Hasta un cuento bastaría y sobraría!

Pero ya era una princesa grande, y no podía tentarse por esa clase de nimiedades por más atrayentes que fueran.

Gruñó por lo bajo, aferrándose a su almohada como si de una línea de vida se tratase. Sus manos temblaban, marcando patrones en ella que amenazan con arrancar la tela, y oculto su rostro intentando acallar los sollozos que se pegaban a la punta de su lengua con desesperación.

Sus ojos, llorosos e hinchados, tuvieron la desdicha de alejarse de la almohada y asomarse por la ventana. Era poco, pero podía jurar que guardias entraban y salían del castillo, las pezuñas de los caballos vibrando al nivel de su corazón acelerado provocando una particular melodía desentonada, todos con la misma noticia sobre su objetivo:

Sofía Primera.

Amber tuvo que reprimir el anhelo que tenía de destrozar la almohada hasta volverla un manojo de plumas. Ese no era el comportamiento de una princesa como ella. Pero ponerla sobre su cabeza, intentando ensordecer los repiqueteos de las herraduras golpeando la piedra, los sonidos tan agudos que intensifican sus latidos.

Hasta que de pronto se levantó de la cama, su estómago revuelto impidiendo su intento de letargo. De pronto quería vomitar.

Quería estar con su papá.

Sólo esperaba que a su nueva madrastra no le molestase.

Todo había pasado demasiado rápido, más de lo que le hubiera gustado. Su mente estaba trabajando demasiado que ni siquiera había podido pensar cuánto tiempo había pasado. Una parte de ella decía que habían sido 90 segundos, pero la otra parte le decía que era demasiado corto tiempo para poner al reino de cabeza.

Lo único es que estaba segura es que las cosas no serían iguales desde aquella mañana en la cual Sofía no estaba en su habitación, su familia expectante a ella para desayunar e ir junto a sus hermanastros— hermanos a la escuela, cambiando todo cuando Baileywick resaltó la ausencia de la princesa en el castillo y en el jardín, alertando inmediatamente a la familia y guardia reales.

Todo había dado un giro tan drástico que no se comparaba al cuento de una princesa. Quizás al de Rapunzel, pero había concluido con su libramiento de la torre de la que había estado presa con ayuda; pero a diferencia de ella, nadie sabía del paradero actual de la reciente princesa, ella no tenía forma de comunicarse con su hermana, y su final feliz aún estaba expectante.