3. Cambio.

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—Vas a quedar reluciente, como que me llamo Jaskier— sonrió el Djinn mientras lavaba con cuidado el cabello de Geralt.

—Hmmm— el brujo miró de reojo al genio, que tarareaba una alegre melodía, y entonces preguntó:—¿Qué tienes en las muñecas?

Jaskier se sorprendió, como si en realidad nunca le hubiera hecho esa pregunta.

—¿Te refieres a éstas pesadas y enormes pulseras?— sacudió las manos—. Son cadenas.

—¿Para qué?

—Oh, para que no decida huir y abandonar el trabajo divertidísimo de ser un esclavo mágico— explica, y hay deje casi imperceptible de tristeza en su voz. Pasa sus manos por la espalda del brujo con tranquilidad.

Geralt frunce el ceño, sorprendido. Es raro además que se sienta tan cómodo siendo tocado por alguien más, por un Djinn, de hecho.

—¿No se supone que es tu naturaleza? ¿Por qué necesitarías...?

Jaskier suspira sonoramente.

—Yo no nací siendo un Djinn. Ahora estoy atrapado dentro de una lamparita— sacude la cabeza, como quitándose la mala vibra—. No importa, al menos allí puedo componer buena música.

Geralt quiere preguntar más, sintiéndose genuinamente interesado, pero Jaskier le vierte una cubeta de agua encima, dando por terminada la conversación.

—Anda, hora de vestirte.

....

Jaskier chasquea los dedos y Geralt de pronto está vestido con ropas de guerrero que no huelen a cebolla, como olían las suyas. Debe hacerlo con magia ya que no se ve capaz de vestir ese cuerpazo manualmente, suficiente tuvo con bañarlo.

Debe admitir que Geralt De Rivia llama su atención como nadie la llamaba hace tiempo. Preguntó cosas que nadie notaba, casi lo hizo sentir... humano otra vez. Pero claro, debía recordar que él estaba concediendole un deseo al hombre para que viera una mujer, no debía hacerse ideas estúpidas.

—Listo, estás hecho todo un guerrero— sonrió—. ¿Quieres que te lleve? No me importa fingir que lo deseaste, tus dos deseos seguirán intactos.

Geralt gruñó. Jaskier comenzaba a pensar que ese era una especie de idioma único que el brujo poseía.

—¿No has intentado liberarte?— preguntó, para sorpresa del Djinn. Jaskier no pensó que seguiría con el tema. Su corazón se aceleró ligeramente.

—Es gracioso que lo preguntes...— suspiró—. Yo no puedo. La única forma de ser libre sería que un amo lo deseara, y ya ves, nadie desperdiciaría un deseo así— sacudió las manos, como restándole importancia.

Geralt acaricio a Roach y miró de reojo a Jaskier, que esperaba a que tomara un decisión. No sabía que cosa en él lo hacía querer ayudarle, pero el tampoco deseaba mucho así que...

—Ayúdame— dijo con voz sería, mirándolo a los ojos con su característica fiereza.

—Para eso estoy— sonrió Jaskier, algo confundido por la reacción del brujo.

—No. Ayúdame a volver creíble la historia del guerrero, pero sin que tenga que pedir otro deseo— se explicó.

—Oye, me agradas Geralt De Rivia, enserio, pero no pue...

—Si lo haces y me reservas mi segundo deseo, el tercero lo usaré para liberarte— finalizó, arrancándole a Jaskier el aliento.

—No juegues con mis sentimientos, brujo.

Geralt De Rivia & el Djinn en la lámpara | Geraskier.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora