5. Se acerca...

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Jaskier recuperó su luz característica rápidamente, sobretodo cuando la princesa Cirilla se acercó a pedirle en persona que tocara canciones con su laúd. Esa fue la señal de Geralt para retirarse, sin embargo, antes de que lo hiciera, el Djinn lo agarro de la camisa, deteniéndolo.

—¿Qué?— gruñó Geralt, aunque sin verdadera molestia.

Jaskier le sonrió.

—Distraeré a la princesa Cirilla el mayor tiempo que pueda— le dijo, y luego agregó, bastante menos entusiasmado:—Suerte con tu muchacha.

Antes de que Geralt pudiera darle las gracias o preguntar por el extraño tono de voz que había adoptado al hablar de Yennefer, Jaskier se dió la vuelta y se encaminó hacia el centro del salón. Geralt se preguntó fugazmente que había en Jaskier, que era eso que producía en las personas solo estando cerca, pero apartó esas interrogantes para concentrarse en lo importante. La princesa Cirilla se acomodó al lado opuesto para ver mejor al bardo y Geralt vió su oportunidad.

Caminó hacia Yennefer, que seguía en el mismo lugar al otro lado de la habitación. Ella fingió que no lo veía acercarse, mirando hacia la pista de baile.

Geralt se colocó junto ella.

—No estoy disponible— afirmó la mujer.

El brujo casi sonrió.

—No he dicho nada— dijo.

Ella se volteó a observarlo. Era atractivo, le recordaba al hombre que había besado cuando estaba buscando a Ciri en el pueblo, lo que era una extraña coincidencia. Yennefer miró a Cirilla, que bailaba contenta con un chiquillo, inalcanzable. Volvió a mirar al guerrero, éste le causaba curiosidad, y ella siempre resolvía las dudas que sentía.

—Tal vez estoy un poco disponible— dijo, sonriendo altiva y con coquetería—. ¿Qué ofreces?

....

Jaskier vió a Geralt alejarse discretamente del salón de baile junto a la hechicera, Yennefer. Hizo una mueca, pero no se permitió desafinar una sola nota. No sabía porque le sentaba raro lo de Geralt y la mujer, ni siquiera conocía al brujo como para sentir algún tipo de afecto o celos, pero es que había sido tan...tan bueno con él, tan diferente. Agh, hacía tiempo que Jaskier no se sentía así, tan humano, y había olvidado lo complicado que era ser uno.

La siguiente canción fue una lenta, Her sweet kiss. A la princesa pareció gustarle, así que la continúo, sus ojos azules brillando más que nunca.

Al acabar la canción, tenía un mal presentimiento sobre la hechicera y su poder.

Suspiró. Él no podía hacer nada, solo cumplir los deseos. Lo demás no era asunto suyo.

No lo era.

No lo era...

¿No lo era?

Antes de que pudiera tomar una decisión, una voz habló a sus espaldas:

—No he escuchado tu nombre aún, bardo.

Maldita sea, era Stregobor.

....

Yennefer estaba sobre Geralt, en sus aposentos privados. Sí, ese misterioso guerrero era muy atractivo, pero los intereses de Yennefer iban mas allá de lo físico.

Primero, estaba el brujo que había conocido en el bazar y su extraño parecido con éste misterioso guerrero. Luego, el halo de magia que lo envolvía a él y a su gente. Había algo extraño en esa magia, y ella tenía que saber qué, saber si podía usarla. Finalmente, lo de tener sexo no ese gigante era un bono extra.

Geralt De Rivia & el Djinn en la lámpara | Geraskier.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora