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— Dichosos los ojos que te ven — Namjoon miró curioso a quién se le estaba acercando. Tenía semanas sin verle la cara, a esta altura estaba esperando leer su nombre en la prensa o ver por los estados de WhatsApp que había marcado la milla — ¿Dónde estabas metido tú, le debías al turco o qué? — soltó una risita

Hoy era otro de esos días en el que estaban haciendo nada en la universidad, iban nada más a gastarse el efectivo en pasaje y en enriquecer al chamo del Nestea.

Coño e la madre, y pensar que tiempo atrás era Namjoon que tenía los bolsillos full de billetes de 500, ahora él se los daba a otro. Qué bolas.

Jungkook se sentó (prácticamente se tiró) a su lado y lo miró con una cara de felicidad...

— ¿Y el marico de Yoongi? — Namjoon empezó a morder el pitillo de su vaso de Nestea

— Fue a buscar información de un beta ahí, creo que va a empezar a hacer cursos de cómo dejar de arrecharse por todo, algo así dijo, le dejé de parar bola cuando nombró el centro — Jungkook alzó sus hombros sin importancia

— Vesaverga... — murmuró Namjoon sorprendido aunque sabía que la información que Juncuca le estaba dando no era 100% confiable — ¿Qué tienes?

Jungkook cerro sus ojos por un momento y frunció los labios — Mmh, digamos que fui para una rumba a ahogar mis penas y a disfrutar de mi soltería... Bueno, bote la cédula y conocí a una Chama bonita, me dió su número pero como ya estaba viendo a Chávez en pantaletas lo anoté mal... — suspiró, Namjoon escuchaba su triste historia muy atento. — Ah y para más ñapa, le estrellé la pantalla al teléfono

— Dudo que quieras escuchar esto peeeero, estás más salado que la totona de la sirenita — Namjoon reprimió sus ganas de reírse de Jungkook y le pasó la mano por la espalda mientras que el pelinegro a su lado se recostaba en posición de descanso

Pobrecito vale, a Jungkook siempre le pasaba una vaina.

— No, y eso no es nada. Ayer fui a sacarme la cédula otra vez y cuando estaba a nada de pasar se cayó el sistema. Qué ladilla pana. Odio este país.

— Sentimiento nacional Juncuca — le volvió a pasar la mano por la espalda

[...]

— ¿A cuánto tienes el Nestea?

— 25 y 30, pero para ti... Te lo dejo en 15 — el chamo le lanzó un besito a la muchacha que tenía al frente pensando que su intento de chanceo iba a tener éxito, sólo que está vez la Chama le reviro los ojos y siguió su camino

— Marico no te levantas ni una — Taemin apareció de yo no sé dónde pero estaba riéndose de él ridículo que acababa de hacer su amigo

— ¿De pana? Casi ni me doy cuenta, pajuo — Ten le reviro los ojos y se sentó a pelar una mandarina

— Bueno pero no te enojes, dame un nestea anda — Taemin sonrió y sacó de su bolso el vaso plástico que le había dado Ten está mañana

— ¿Este sí me lo vas a pagar? — Ten dudó en aceptar el vaso o no.

Lo peor que pudo haber hecho: ponerse a vender Nestea afuera de la UDO sabiendo que el lambucio de Taemin estudiaba ahí.

— Vale, yo soy tú pana, tú hermano de otra madre, tú media naranja, tú bestie... nuestras mamás juegan lotería juntas todos los fines de semana, me vas a negar un poquito de Nestea? Estás pasado de bruja oite — dijo Taemin fingiendo estar ofendido

— Claro claro, así jodes a cualquiera. Toma tu vaina, ladilloso. — de mal gana, Ten le quitó la tapa al termo y con el cucharón le echó Nestea en el vaso a Taemin y se lo entrego

BRINDAME UNA CHICHA «Namjin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora