One Shots 『Reed900』Detroit: Become Human

Stress

16 de enero de 2038
08:17 a.m
Estación de policía.
Detroit.

Un día miércoles, dentro de la estación de policía, se encontraba un androide intentando distraerse con su trabajo. Se trataba de RK900, un modelo mejorado del androide RK800 conocido como Connor. El nombre del nuevo modelo era "Nines", asignada por su compañero de trabajo Gavin Reed.

Nines estaba haciendo el papeleo del último caso ya investigado por él y su compañero, pero el androide se encontraba, como le dirían los humanos, tenso. Su LED estaba en un tono naranja, que poco a poco se estaba volviendo rojo.
Gavin, quien estaba frente a él, notó el color del LED de Nines. Sabía que no significaba nada bueno.

—Nines —habló el detective—. ¿Estás bien?

—Por supuesto, detective —contestó Nines intentando sonar como siempre.

Gavin decidió dejarlo en sus cosas, pensando que se trataba de un fallo en su sistema. Le preocupaba pero no lo iba a demostrar, claro.

Connor, que estaba sentando haciendo trabajo junto con el teniente Anderson, escuchó esa breve conversación entre el detective y el androide. Se dió cuenta que el tono de Nines era distinto y que su LED cambió a rojo. Rápidamente analizó el estado de su "hermano menor", dando resultado con 87% de estrés. Su LED cambió a amarillo, demostrando preocupación.

—Hey Connor, ¿Qué sucede? —Hank vió la preocupación en la cara del androide y el color del LED.

—Es Nines —dirigió su mirada al teniente— Está muy estresado y sus sistemas pueden fallar, provocando un apagado del mismo o autodestrucción.

—¿Por qué estaría estresado? —preguntó Hank curioso.

—No lo sé. Ya vuelvo.

Connor se levantó de su asiento y se dirigió hacia el escritorio del otro androide, llamando la atención de Gavin. El detective lo miró con el ceño fruncido exigiendo una explicación del porqué Nines se veía en un mal estado. Connor, sin saber la razón, elevó sus hombros y negó con la cabeza.

El androide de menor estatura miró a RK900 y apoyó su mano en el hombro del contrario, quien lo miró esperando a que hable.

—¿Puedes venir un segundo? —preguntó Connor.

Nines asintió con su cabeza y se paró para seguir al androide. Ambos se dirigieron a la salida de la estación de policía. Una vez afuera, Connor lo miró y volvió a analizarlo: su estrés aumentó a 94% y no dejaba de crecer.

—Nines, por favor, cálmate —habló Connor con tono preocupado—. ¿Qué ocurre?

—Yo... no lo sé —habló con voz distorsionada debido a los fallos en su sistema que el estrés estaba provocando.

—Cuéntame que es lo que pasa.

—Creo... creo que comencé a sentir. Connor, si eso ocurre me desactivarán. Las máquinas no sienten.... no puedo... no puedo ser divergente. Es muy confuso todo... no puedo permitir... que eso pase. No fuí programando para eso... ese no es mí propósito —su voz se distorsionaba cada vez más, casi siendo inentendible.

-Analizando:
Nines
Estrés: 97%

—Nines, escúchame —agarró los hombros del androide e hizo que lo mirara a los ojos—. Eso no va a pasar, ¿Bien?. Nadie te desactivará. Las máquinas sí pueden sentir, no es malo ser divergente. Siéntete libre de hacerlo. Va a ser difícil, sí, pero no es nada malo. No te preocupes por presentar divergencia, dejá que pase, ¿De acuerdo?

Nines asintió con su cabeza, su estrés disminuyó un 6% pero tampoco aumentaba, lo cual era bueno por el momento.

Volvieron a entrar a la estación de policía. Algunos oficiales miraron a Nines ya que su LED seguía en rojo, llamándoles la atención. Eso aumentó un poco el estrés del oji azul. Decidió ignorarlo y dirigirse a su escritorio a seguir trabajando.