Machine

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20 de abril de 2039
22:28 p.m
Departamento de policía.
Detroit.

—Tiene que ser una jodida broma. ¡Eres una máquina! ¡¿Qué mierda vas a sentir?! Una máquina de puto plástico que tiene sentimientos, ¿Escuchas lo ilógico que suena eso? Una jodida máquina, ¡Eso es lo que eres, no tienes sentimientos!

Gavin se estaba dejando llevar por su mal humor, pues resulta que se habían quedado hasta tarde terminando su trabajo y el detective se puso de mal humor debido a esa razón. Que Nines se le haya confesado lo descolocó demasiado y habló sin pensar, sin darse cuenta que lo que estaba diciendo también le dolía a él.

—Bien, tienes razón. Lamento haberle molestado.

Su led se encontraba en un rojo intenso y sus ojos brillaban por las lágrimas acumuladas que intentaba aguantar. Nines le dió la razón, se dejó llevar por las palabras y sus inseguridades.

Se retiró del lugar sin decir nada más, dejando que las lágrimas recorran su piel sin tener control de ellas.

Gavin reaccionó una vez que el androide se fue, dándose cuenta de lo que hizo y dijo, sintiendo dolor en su pecho. Era culpable de lo que acaba de pasar, lo sabía. Era un completo idiota.

La presión en su pecho se hacía cada vez más fuerte, acelerando su respiración. Pasó una mano por su cabello y suspiró molesto consigo mismo. Tenía que pedir disculpas y aclarar las cosas, pero ¿Cómo? Él lo quería, lo amaba y ahora lo perdió por culpa de su estupidez, ¿cómo haría para recuperarlo sin que el androide lo odie primero?... No lo sabía.

21 de abril de 2039
13:28 p.m
Departamento de policía.
Detroit.

Ambos detectives se encontraban trabajando en su escritorio, sin hablar, en completo silencio. La culpa de Gavin se hizo más grande, quería pedir disculpas pero no sabía cómo.

Nines no había dicho nada durante las horas pasadas, un "Buenos días, detective" fue todo lo que escuchó el oji verde de él. No lo culpaba, al contrario, se culpaba él mismo. Él dejó que todo esto pase, que todo se vaya por la borda como siempre había pasado en su vida. Simplemente no hacía las cosas bien, no pensaba con claridad y dejaba que estas cosas pasen.

Una señora mayor había ingresado al lugar, de piel oscura y ropa fina al igual que su peinado.

Llamó la atención de Connor, este no sabía cómo es que había llegado o qué hacía en el departamento de policía, no creía que fuera posible.

—¿Amanda? —se acercó a ella con su led en amarillo, necesitaba saber que hacía ahí.

—Oh. Hola, Connor —saludó ella formalmente, siguiendo su camino siendo seguida por el androide.

—Disculpe mi intromisión, pero ¿Qué hace aquí? —se animó a preguntar, no tenía un buen presentimiento de esto.

—He venido por RK900 —respondió mientras se dirigía al escritorio de Nines—. ¿Cómo es qué se llamaba?

—Nines, ese es su nombre —le contestó—. ¿Por qué lo busca?

Ya había llegado al escritorio del oji azul, apoyó una mano en el hombro de este llamando su atención. El androide se veía muy confundido de encontrar a Amanda allí.

—Le haré algunos arreglos, Connor. No te preocupes.

Dirigió su mirada hacia Nines e hizo una seña para que se levante, este obedeció aún confundido.

—Espera, ¿De qué arreglos estás hablando? —se quejó Connor, poniéndose en frente de su "hermano" para evitar que se lo lleve. Su ceño se frunció, el oji azul no necesitaba ningún arreglo.

One Shots 『Reed900』Detroit: Become HumanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora