Capitulo 1

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Sé que esto será una sorpresa para ti —murmuró Carla Adams, apreciando la palidez de su hija—. Te lo habría dicho antes, pero no quería alterarte.

—¡Por todos los cielos! —Anastasia se apartó de la cara su cabello castaño rojizo con un gesto de exasperación—. ¡Hace cinco años que te divorciaste de ese hombre! ¿Por qué diablos volviste a verlo otra vez?

Carla estaba inquieta. Era una mujer bonita. Pequeña y rubia, de unos cuarenta años.

—Cuando me enteré de que Carrie había sufrido un infarto, yo... bueno... pensé que debía escribirle para expresarle mis deseos por su pronta recuperación. Él me respondió que le permitiera verme... No pude negarme...

—Pero eso fue hace tres meses —protestó Anastasia—. Has estado viéndolo desde entonces y no me lo habías dicho.

—Al principio no me pareció digno de mencionarlo —le indicó Carla, ruborizada—. Sólo fueron algunas visitas al hospital. Carrie estaba tan solo. No recibía más que a...—titubeó al ver la tensión creciente de su hija y apartó la mirada para decirle—: A Christian, por supuesto.

El nombre golpeó a Anastasia con la fuerza de una bofetada. El hecho de que su madre no la mirara a la cara al pronunciarlo no la ayudó. Volvió a revivir la vergüenza que sintió aquel fatídico día, a los dieciocho años. Inexplicable. Inexcusable. Anastasia bloqueó los recuerdos que la amenazaban, negándose a evocar esa fatídica noche y sus terribles consecuencias.

—Supongo que Christian te trataría con el mismo desprecio que cuando Carrie se casó contigo y contaminó la familia Grey con una vulgar peluquera —comentó Anastasia, mordaz.

—Carrie y yo no debimos casarnos con tanto apresuramiento. Christian ni siquiera me conocía... Es lógico que se sorprendiera.

—Iré a preparar el té —Anastasia tenía que salir de la habitación antes de estallar y decir lo que pensaba. ¿Cómo era posible que su madre defendiera a Christian? Cuando Carrie se casó con Carla, once años antes, su hijo Christian se burló de ella y la trató como si fuera una avariciosa aventurera.

A salvo en al cocina, Anastasia aspiró varias bocanadas de aire. Los recuerdos del segundo matrimonio de su madre eran dolorosos. El descubrir que Carrie tenía una aventura con otra mujer, a pesar de la aparente devoción por su madre la abrumó. El divorcio fue un alivio. La liberó del secreto que nunca se había atrevido a compartir con Carla. ¿Cómo podía decírselo ahora? No tenía más pruebas que el testimonio de una compañera de clase.

***—Parece como si no hubiera roto nunca un plato —había comentado Helena entre risas al ver una fotografía del periódico—. Hace años que tiene una amante, una rubia que lleva a lugares apartados para pasar con ella tórridos fines de semana. Y aunque hace poco volvió a casarse, sigue viéndola... mi padre los vio haciéndose arrumacos la semana pasada. Todos están deseando conocer a su nueva esposa.

—Se trata de mi madre —le indicó Anastasia, de forma cortante.

—Oh, Dios, lo lamento. No tenía idea***

Diablos, ¿por qué no se lo dijo a Carla después del divorcio? Naturalmente, porque pensaba que el divorcio era definitivo.

—No éramos compatibles —le comentó Carla entonces; al parecer no estaba enterada de la infidelidad de Carrie. ¡Y ahora él se atrevía a proponerle que lo intentaran de nuevo! Anastasia no quería pensar en eso. ¡Ya tenía suficientes problemas!

Con decisión, trató de olvidar la mala publicidad que había tenido en sus últimos años como modelo, diciéndose que eso ya había terminado. No tenía objeto llorar por el pasado. El problema de su madre era más importante.

Ángel de oscuridad (adaptación FSOG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora