Anastasia lo miró de pies a cabeza. Estaba maravilloso. —Que atractivo eres –le había dicho cuando lo vio por primera vez a la tierna edad de trece años. Para su sorpresa Carrie se rió. Christian no. Y a pesar del tiempo, seguía admirándolo. Parecía un príncipe tártaro de brillantes ojos grises y nariz aristocrática. El efecto total era sensualmente devastador. A los trece años no sabía qué lo hacía tan perturbador. Ahora sí. Ese hombre era muy sensual. Irradiaba energía. El aire mismo vibraba a su alrededor y Anastasia volvió a preguntarse, como hiciera muchos años atrás, cómo sería estar con él en la cama. Una vocecita interior le recordó que no era ignorante por completo en ese sentido y la mortificación la envolvió. No la sorprendía que esas imágenes la visitaran en ese momento. Era la primera vez que se miraban frente a frente después de esa abominable noche más de seis años atrás.
—La policía –le recordó Christian con sorna—. ¿No dijiste que ibas a llamarla? ¿O tal vez creas que la publicidad puede perjudicarte?
—¿Cómo convenciste al guardia para que te dejara entrar? –preguntó la chica, controlándose.
—Le dije que tienes tendencias suicidas –le indicó Christian—. Y quizá las adquieras cuando termine contigo.
—¡Fuera! –jadeó Anastasia—. ¡Fuera de mi apartamento!
—No será tuyo por mucho tiempo –le indicó él con divertida crueldad—. Y saldrás perdiendo en la operación... su precio de venta no cubrirá el valor de la hipoteca.
—¡Maldito, vete al infierno! –lo interrumpió ella, temblorosa—. Sé a qué te refieres. No soy tonta...
—Pero no lograste aprobar ninguno de los caros cursos a los que asististe –aportó él.
—Soy fuerte –expresó, negándose a responder al ataque.
—Para mi sorpresa –aceptó Christian—. Si me hubieras hecho caso, tendrías tu carrera como modelo y una buena educación para respaldarte, pero en esta momento, no tienes ninguna de las dos...
—No puedo creer que sólo hayas venido a burlarte de mí.
—He venido a cerciorarme de que comprendes tu posición actual. Si crees que tu futuro va cuesta abajo estás equivocada. La vida podría ser mucho más dolorosa para ti... con un poco de ayuda de mi parte.
—¿Estás amenazándome? –preguntó Anastasia, con la sangre helada en las venas.
—¿Te sorprende? –Christian se dejó caer en un sillón—. No tengo intenciones de permitir que te interpongas entre mi padre y tu madre por segunda vez...
—¿Por segunda vez? –la joven se humedeció los labios resecos.
—Lograste acabar con su relación hace seis años...
—¿Qué estás diciendo?
—La verdad; y esta vez las cosas marchaban bien hasta que tú interviniste.
—No sé de qué estás hablando- le faltaba el aire
—Daisy pidió a papá anoche más tiempo para analizar su propuesta y los dos sabemos por qué, ¿no es así? –él arqueó una ceja.
—Es natural que quiera pensar bien las cosas –la chica levantó el mentón de forma altiva—. No puedes culparme por eso. ¡Por todos los cielos, se divorció de él hace cinco años!
—Maldita egoísta –murmuró Christian con suavidad amenazadora—. Carla no tenía ninguna duda hasta que te vio ayer –eso la hizo ruborizarse—. Teme perder a su hija, ¿puedes creerlo? Los lazos familiares son muy importantes para Carla. ¿Qué fue lo que le dijiste?
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Ángel de oscuridad (adaptación FSOG)
Hayran KurguEsta historia no me pertenece es solo una adaptación con los personajes de FSOG. Anastasia siempre había odiado a Christian, su hermanastro, de la misma forma en que él la odiaba a ella. Por eso no podía admitir que él volviera a Inmiscuirse en su...