Capítulo 7: BAILANDO SOLOS EN LA OSCURIDAD

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Bailando en medio de la sala vacía, con todos los demás cansados, ebrios o dormidos, Nat y Abel bailaban juntos una balada muy lenta mientras la chica lo abrazaba.
Luego de tantas malas experiencias, Nat sentía algo diferente en él. Sin embargo, algo no estaba bien eso.
Abel sentía una extraña sensación; estar se esa manera con Nat era muy lindo, pero en su cabeza sólo tenía un pensamiento.
"Ojalá fuera Blanca..."
Entre ambos había pensamientos.
"Dame una razón para seguir completo, dame otra para saber qué hago" se decía Abel observando a la chica recostada en su pecho. Luego vieron bajar al anfitrión.

—¿Quieres subir? —le preguntó Nat poniendo una mano en su cintura.

—Yo... —respondió Abel dudando.

—Prometo que seré muy cuidadosa contigo, si quieres... —le susurró Nat con un tono sensual que no iba con ella.

—Yo... —volvió a dudar Abel y luego la miró seriamente— Lo siento, ya estoy con alguien...

*

Abel salió de la cabaña y se alejó un poco para ponerse detrás de un árbol y encender un cigarrillo. Antes de empezar, detrás de otro árbol, salió un chico de piel morena más oscura que él, cabello corto, labios gruesos y complexión atlética.

—No estoy de humor, Joel —dijo Abel de modo vago e insignificante mientras encendía el cigarrillo.

El otro chico hizo lo mismo, pero eran Marlboro Rojos. Joel dio una bocanda y miró con agresividad al chico.

—¿Aún crees que ella es tuya? —le preguntó Joel con una voz gruesa— Tú no tienes ni la menor idea de quién es.

—Te lo diré de nuevo —esbozó Abel tirando el cigarro de golpe y pisando éste con violencia—; a mí no me interesa si eres su ex... ¡Deja de aparecerte!

—¿O qué?

—Voy a tener que matarte a golpes.

—Ironía. Ella huyó de mí para estar con alguien igual...o inferior...

—Eso no te importa ya...

—No, pero ésta vez no vengo por ella. Sino por otros asuntos que nos unen.

—¿Qué?

Joel dio otra bocanada y lo observó con más tranquilidad.

—Nat... —susurró Joel y Abel se mantuvo quieto observando al joven.

Abel caminó hacia un árbol cercano y le pegó violentamente, sangrando su puño y sin hacer caso a la sangre que salía de sus nudillos por el impacto.

—Una bestia dentro de un frasco tan pequeño como tú —comentó Joel—. No me agradas, pero acepto que eres muy violento para tu diminuto tamaño.

—Sólo estás unos 10 cm poco más altos que yo —dijo Abel—. ¡Vete a la mierda!

—Buenas noches... —se despidió Joel dando media vuelta en el bosque.

Dentro de la cabaña, José salía del baño mientras Blanca revisaba su equipaje con cierta minuciosidad.
El chico alto se sentó en el borde de la cama y observó su teléfono.

—No hay señal... —le notificó Blanca.

—Vaya sitio —comentó José y dejó su teléfono por ahí—. Es muy aburrido, sólo hay cartas de Duelo de Monstruos, UNO, Poker y Barajas.

Éxtasis VersátilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora