Capítulo 9: ¿Cuál es la diferencia entre una broma y una verdad que se asoma?

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   Blanca seguía sentada en la entrada de la cabaña; asustada y preocupada por Abel. Ya tenía dos horas que no volvía de entre el bosque.
   Cuando se fue parecía extremadamente molesto y Blanca sabía perfectamente que fue su culpa. El chico había sufrido bastante con los temas de la infidelidad.
   ¿Por qué se le había ocurrido esa estúpida broma?, a veces ella era así, pero por qué exactamente esa.
  Tal vez era porque en su interior, muy adentro, ella deseaba...

   —¿Quieres algo de tomar? —le preguntó José extendiéndole una lata de refresco que escondía— Sigue algo fresca, si te lo tomas rápido tal vez no se caliente muy feo.

   Blanca tomó la lata y le agradeció, José se sentó a su lado para acompañarla en medio de la solitaria noche tan fría y oscura.
   El sonido de la noche era bastante agradable, aun con la situación.

   —A veces, mi papá me traía de campamento —le contó José mientras la chica tomaba de la lata—. Él daba asco como campista. Una vez empezó a pelear contra una tienda de acampar como si fuera un humano... ¡Sí!, creo que estaba ebrio. Pero, en fin, lo que más me gustaba de ir con mi papá a acampar era que siempre tenía a alguien en esos momentos tan tontos. Tal vez no pudo armar una maldita tienda de campaña, pero sabía cocinar en el fuego y contar historias de terror que llegaban a erizarte tu piel.

   —Yo sólo acampé algunas veces en la primaria —dijo Blanca—. En un tuve un ataque de asma y me tuvieron que regresar a mi casa...

—Sí, a veces no salen bien.

   —Me pregunto en dónde estará...

   —Es Abel. Debe estar fumando en algún árbol o simplemente debe estar por ahí caminando y mirando esas cartitas de monstruos.

   —No lo sé...

   —Tranquila...

   Blanca se mantuvo en silencio por un largo rato.
   Hasta que un nombre le redondeó la cabeza al igual que lo haría un pequeño tornillo oxidado y destructivo.
   La chica giró para mirar fijamente a José, apretó los labios y preguntó:

   —José... —su voz se quebró— ¿Sabes quién es Natalia?

   El chico dio un largo sorbo a su lata y luego suspiró. Cansado...

Éxtasis VersátilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora