Capítulo 10: ¡Duelo!

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   Abel caminaba por la calle, sin verla, sin escuchar su respiración tranquila.
   Hasta que fue muy tarde.
   Nat se paró de frente a él con su disco de duelo avanzado de color azul y su mirada fría, casi oscura.

   —¿Ahora qué harás? —le preguntó Nat sonriendo de manera tan malvada que lo asustaba— Me dijeron que eras un as en este juego, pero no creo que puedas vencerme, Abel.

   —Nat... —susurró Abel poniéndose el disco de duelo en la muñeca izquierda y sacando su baraja— ¡Te mostraré que ya te he superado!

   —¡Tus magos contra mis dragones, Abel! —le gritó Nat sacando su baraja y poniéndola en el disco de duelo— ¡No tienes ni la más mínima oportunidad!

   —¡Duelo! —gritaron los dos al unísono y sus discos se movieron para ponerse en posición.

   La primera en iniciar fue Nat, sacó sus cinco cartas y sonrió.

   —¡Me temo que no te mostraré ni una pizca de piedad! —le gritó mostrando una carta verde— ¡Yo activó la Polimerización para fusionar a mis tres dragones de ojos azules y formar a... Neo Dragón Blanco de Ojos Azules!

   Tres dragones blancos de ojos azules se levantaron de la tierra para estrellarse entre sí y crear a una enorme bestia de tres cabezas, ojos azules tan centelleantes y una ferocidad que hizo temblar a Abel por unos instantes.

   —¿Qué piensas hacer ahora? —le preguntó Nat poniendo una carta boca abajo en el campo y terminando su turno con el dragón a sus espaldas.

   Abel sacó una carta de su mazo y lo observó con una ligera sonrisa.

   —¡Activo la carta mágica; Velo de Magia Oscura! —exclamó Abel y un gran círculo se formó alrededor de él para dar entrada a un gran mago con varita mágica que flotó detrás suyo con audacia— ¡Por 1000 puntos de mi vida, puedo invocar a mi Mago Oscuro desde mi mano!

   Nat lo miró con tranquilidad.

   —¡Luego activó la carta mágica: Mil Cuchillos para eliminar a tu maldito dragón! —gritó Abel metiendo una carta mágica en el disco.

   Mil cuchillos salieron de un destello digiriéndose hacia el dragón de Nat, pero ella sólo emitió una pequeña risita indiferente.

   —¡Activo mi trampa: Sacrificio Oscuro! —exclamó Nat y una carta de trampa se levantó junto con una cortina de humo— Sacrificando a un monstruo de oscuridad con nivel 3 desde mi baraja, puedo salvar a mi dragón dirigiendo tu ataque hacia él.

   —¡Maldición! —gritó Abel metiendo dos cartas en el disco— ¡Termino!

   —¡Claro que terminas! —contestó Nat sacando una carta— ¡Ojos Azules, ataca a ese idiota!

   Abel observó al imponente dragón levantarse y preparar su hocico para escupir su poderoso impacto.

   —¡Y como mi zona de cartas está vacía a excepción de mi dragón; él puede atacar tres veces! —explicó Nat señalando al chico— ¡Acábalo!

   Una llamarada explotó y el impacto fue directo al Mago Oscuro junto con Abel. Los dos emitieron un alarido de dolor mientras del humo caía.
   Nat sonreía, pero su sonrisa desapareció cuando un montón de cadenas hicieron prisionero a su Preciado dragón que rugía por los amarres tan fuertes.

   —¡Carta trampa: Cadenas de tiempo! —exclamó Abel— ¡Mi trampa evita que mi monstruo sea destruido, pero ambos estarán paralizados en estas cadenas por dos turnos! ¡Todo sacrificando 2000 puntos de mi vida!

Éxtasis VersátilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora