Abel despertó de golpe, notó que habían pasado dos horas y se mantenía totalmente sosiego ante el asombro que aquél extraño sueño le había causado.
¿Un duelo de monstruos reales contra Nat?, eso era una enorme locura.
Giró para notar que ella también se estaba levantando. Parecía que se habían quedado dormidos en el suelo.—Nos tenemos que ir —le dijo Abel y ambos se levantaron para subir al auto.
La chica le siguió, entraron al auto y él encendió un último cigarrillo.
Nat lo miró y luego suspiró encendiendo el vehículo para luego avanzar lentamente por la carretera hasta tomar la velocidad necesaria para ser considerados adolescentes manejando ebrios.—¿Vas a volver con ella? —le preguntó Nat mirando fijamente la carretera.
—Mis cosas están en su cabaña, debo ir por ellas —respondió Abel—. Me temo que debo ir por ellas.
—¿Vas a dejarla? —los ojos de la chica giraron rápidamente sobre él.
—No sé... —volvió a responder el chico dando una calada al cigarrillo.
—Puedes quedarte en mi casa, no está muy lejos del campamento —le propuso Nat—. Bueno, no es mía como tal, pero digamos que tengo cierta autoridad en ese lugar. Sólo que hay unos americanos un poco extraños.
—¡Ah! ¿Romis?
—Debes trabajar en tu inglés. No, pero algo parecido...
—Gracias, pero creo que podré apañármelas solo. De verdad.
—Okey...
Nat siguió avanzando en medio de la carretera.
Entonces recordó.
¿Desde cuando Abel parecía verse más serio? Era como ver a un niño convertirse en un hombre de la noche a la mañana con el simple olor de un cigarrillo que marchitaba su alma poco a poco. ¿Era eso? ¿Alguien podía llegar a podrirse más rápido por razones personales/amorosas y no por los químicos que tenía aquél cigarro?
Nat pensó en todo lo que Abel le contó sobre aquélla chica; Blanca.
Era una niña muy linda, de piel blanca, cuerpo dado y una belleza muy exquisita. A pesar de tener ciertos rasgos muy bruscos, Blanca lograba tener una belleza superior a otras mujeres, cosa que no le daba desventaja debido a su cuerpo.
Tan perfecto como normal.
"Esa perra..." se decía Nat entre cada pensamiento, apretaba las manos en el volante con tanta rabia.
¿Y si estrellaba el carro en algún árbol en ese mismo instante? Entonces ella y Abel morirían juntos, así Blanca jamás lo vería y Abel ya no sería suyo.
Nat apretó las manos en el volante y a punto de ejecutar la maniobra mortal, Abel la miró de reojo.—¿Por qué Joel te está siguiendo por estos lugares? —le preguntó Abel.
—Por unos asuntos... —respondió Nat olvidando sus planes de muerte y volviendo la concentración al camino.
—¿Sabes lo que eso puede causar si se pone de intenso? —señaló Abel apagando el cigarrillo en el cenicero del vehículo— Significa que lo voy a matar.
El chico estiró la mano para encender la radio. Cualquier estación.
Careless Whisper de George Michael sonaba lujuriosamente mientras Nat apretaba sus piernas.—Linda canción —comentó Abel moviéndose sensualmente en su asiento de manera discreta.
Nat miraba de reojo al chico y apretaba las piernas de manera que pudiera concentrarse en el camino. Pero eso era imposible, no podía evitar mirar la entrepierna del chico.
Lo deseaba; ella quería ser Blanca.
Ella quería estar sobre él, saltando sobre él, de espaldas mientras le daba en contra alguna pared, bajo él; recibiendo todo lo que tenía que recibir. Lo que sea.
Necesitaba esos labios en los suyos, quería tenerlo, quería poseerlo.
Necesitaba enterrar sus uñas en su espalda, apretar sus piernas en su cintura. Todo lo que significa ser adolescente y disfrutar del sexo, ella lo quería de él y sólo de él.
Quería tener sus manos en su cintura y saber que ahora le pertenecía.
"Esa perra..." seguía pensando.
Tal vez podía matarla con el revólver escondido debajo de su asiento. Tal vez, si lo hacía muy rápido y escapaba tiempo, Abel no se daría cuenta.
Entonces el pobre chico iba a necesitar de mucha ayuda, de brazos que le ayudaran a superarlo, de un cuerpo que lo ayudara a olvidar el de Blanca y ese era el de Nat. Sólo ella.
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Éxtasis Versátil
Mystery / ThrillerAmor, drogas, cartas y alcohol. Mientras Blanca intenta mantener a flote su relación con Abel, él comienza a ser acosado por un montón de matones, una antigua chica de su pasado y el ex de su actual novia. Sin embargo, al final las cosas no son como...