CAPÍTULO OCHO

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"PELIGROSAMENTE PERFECTO"

Tal vez no sea necesario describir la expresión de César, tal vez no sea necesario describir lo que estaba sintiendo por todo el cuerpo, pero sí es absolutamente necesario decirles que sus encantadores ojos verdes estaban a punto de ofrecer lágrimas de felicidad...
El silencio no fue largo, pues esta vez el silencio no podría robarles ni un solo minuto, minuto que ellos no estarían dispuestos a perder.

Victoria: y entonces señor Évora? Me sigue agrediendo o me hace suya?
César: (se lleva las manos a la cintura, mira hacia abajo, luego levanta la cabeza y sonríe) a ti te deben estar pagando por tratar de volverme loco verdad? Es que yo me pregunto, cómo haces para? (no termina su pregunta y vuelve a sonreír)
Victoria: pues fíjate que no, lo hago de gratis (sonríe con él) pero no has respondido mi pregunta.
César: realmente es necesario que responda? (mirándola a los ojos como tratando de verse en ellos)

Victoria está tan segura de lo que ese hombre siente, ella sabe lo que provoca en él y eso le encanta más a ella que al propio César, ella ante sus ojos se siente la mujer más bella del mundo, la única mujer del mundo! Deseada, admirada, y esa mañana se enteró que también es amada por él. Ella se mostró tal cual a César, le habla abiertamente de sus cosas, le dice lo que piensa lo que siente, le platica de su vida, de sus planes, ella le mostró sus defectos y él ya aprendió a quererlos, le mostró sus impulsos y él aprendió a entenderlos, le mostró su cuerpo y él aprendió a desearlo...

Victoria: bueno, entonces deja que me cambie, siéntate (le señala el sofá y ella toma su ropa para irse a cambiar)
César: no, yo también voy a cambiarme o prefieres al siempre bien vestidito de Esteban?
Victoria: no tendría ningún problema en salir con Esteban estoy segura que con la chequera que se maneja yo la pasaría muy bien (ambos ríen a carcajadas). Y tú? Tú prefieres a la elegante María?
César: no, para nada, salir con ella sería escucharle reclamos toda la noche, además no besa tan bien como tú. (vuelven a reír)
Victoria: no te metas con María.
César: en serio, no sé cómo no te desgasta! Al menos es bonita (risas de ambos)
Él se va a su camerino a cambiarse de ropa, ella se queda en el suyo, se descarga en algo el maquillaje, recoge su cabello y se viste de manera casual.

++++ Estacionamiento Televisa 9:45pm ++++

Ambos salen del ascensor riendo mucho, a César le encanta bromear con Victoria, jugarle bromas y ella se divierte con él y sus payasadas.
Victoria: cómo hacemos con los coches ahora?
César: no lo sé, a esta hora no creo que pueda mandarlo a buscar, te parece si lo llevamos remolcado?
Victoria: siempre y cuando sea el tuyo. (ríen)
César: Nos tocará irnos cada uno en el suyo, tú me sigues.
Victoria: no, tú me sigues! (le pasa la mano por el mentón y camina hacia su coche)
César sólo queda sonriendo y no deja de sorprenderse con la actitud de Victoria y se dice así mismo no cabe du-da, amo a esa mujer

++++ Calles de la ciudad, cada uno en su auto ++++

Victoria iba llevaba la delantera, a ella le encanta correr y más si tiene quien la vea, César iba riendo siguiéndola, en realidad estaban casi haciendo competencia. Él la llamó al celular.

César: eres una schumacher frustrada o qué?
Victoria: (ríe por el comentario) casi.
César: a dónde me está llevando señora?
Victoria: puedes creer que ni yo misma lo sé, pues yo no tengo amigas artistas que se vayan de viaje y me presten sus casas.
César: y Piero ya regresó, si quieres vamos a verlo y te lo presento.
Victoria: me estás queriendo decir que no quieres estar a solas conmigo?
César: (ríe) contigo no hay remedio, eres desquiciante mujer!
Victoria: (se ríe de él) ya sé que ustedes nos prefieren bobas pero conmigo te fregaste galán!
César: (suelta una carcajada por lo que le acaba de decir) escucha esto (mientras le sube el volumen ala radio) te la dedico.
Victoria: pachanga?! Podrías ser un poquito más romántico no?
Ambos ríen y se echan bromas; el gran sentido del humor ha formado parte importante de esa relación pero no se dan cuenta, disfrutan mucho conversar de cualquier tema se son honestos, sin tapujos ni pudores y no se dan cuenta; se extrañan, se buscan, se desean, se pertenecen, están jugando peligrosamente con sus sentimientos y tampoco se han dado cuenta...

A las finales se pusieron de acuerdo para ir a un Hotel ni tan ostentoso ni tan modesto Victoria entró primero, había llamado antes a reservar con un nombre falso cuando entró no duró más de 1 minuto en la recepción, no era fácil reconocerla fuera de su personaje y vestida tan casual, alquiló una habitación; él llegó varios minutos después, se había detenido a comprar comida rápida y algunas bebidas, reservó con su nombre original y hasta dio un autógrafo al recepcionista y alquiló una habitación distinta a la de Victoria por supuesto.

++++ Habitación de Victoria 10:15pm ++++

Estaban muertos de la risa por lo que acaban de hacer, no podían creer que por fin ya estaban juntos ahí.
Victoria: (no podía dejar de reírse) te juro que la risa me quería ganar cuando el muchacho me dice usted se parece a alguien pero no sé a quién, le arrebaté las llaves y subí. Tú ya fuiste a tu habitación?
César: ni siquiera he pasado por ahí, me vine directo para acá.
Victoria: qué trajiste? (sentándose en un sofá y subiendo los pies)
César: piezas de pollo, papas fritas y ensalada, agua para ti y cerveza para mí.
Victoria: y por qué yo agua eh?
César: ay Dios ahí viene otra vez la fiera! (levantando las manos)
Victoria le tira uno de los cojines del sofá.
César: ven acá (se lo dice cariñosamente y extendiéndole los brazos)

Ella va hacia él haciéndole gestos seductores pero riéndose a la vez, él tampoco puede evitar reírse pero la hala hacia él, la abraza muy fuerte, la levanta un poco del suelo y le da una vuelta.
Victoria: quiero escucharlo otra vez, dime me que amas... (mientras seguía en sus brazos)
César. Te amo
Victora: (le sonríe)... pero dímelo mientras hacemos el amor (comienza a besarlo y lo lleva hacia la cama)

Siguen besándose y se olvidaron por completo que había una cena esperando por ellos.
Ella se posó sobre él y acariciaba su rostro mientras lo besaba, él pasaba las manos por su cintura y su parte trasera, metía las manos por debajo de sus ropas y aprisionaba su piel, Victoria se quitó los zapatos, la blusa y a él la camisa, al parecer era una ayuda mutua pues él le quitó el brazier mientras besaba sus hombros, le iba bajando el pantalón mientras la acariciaba, César quiso dar vuelta pero ella no lo dejó, se quiso quedar sobre él, acariciaba su pecho y lo despojó de las prendas que aún faltaban, lo observaba y le pedía excitada que la tocara y que le dijera que la amaba, nada difícil para él por supuesto que se encontraba bajo ese cuerpo que adoraba tocándolo cuanto le era posible y ella devorando a ese hombre ajeno que la estaba haciendo feliz.
Ella se hizo un poco hacia atrás, lo miró a los ojos, pasó las manos por su pecho y se unió a él completamente, luego cerró sus ojos y el placer fue mayor, a él le encantó verla así, gozando y empezando a gemir, acarició sus pechos y fue bajando sus manos para que ayudaran a menear sus caderas.
Sólo hasta que tuvo su primer orgasmo Victoria se dejó caer sobre su pecho, le sonrió agitada, le dio un corto beso y le permitió dar vuelta, él estuvo repitiéndose todo el tiempo que no era un sueño lo que estaba pasando, que era verdad que tenía a esa mujer así, empezó a besar todo el cuerpo de Victoria, a pesar de la experiencia estaban descubriendo nuevos placeres, él la estaba haciendo sentir nuevas emociones, ella repetía su nombre entre gemidos mientras se aferraba a las barandas de la cama y él la hacía suya cada vez más rápido y más fuerte.
La ciudad probablemente dormía tranquila esa noche entre semana, sus familias tal vez los esperaban despiertos, sus compañeros podrían estar estudiando sus guiones y los seguidores de la novela que protagonizan tal vez estarían comentando el capítulo de esa noche y esperando ansiosamente el siguiente. Pero ellos estaban ahí, en esa habitación, donde el tiempo era eterno, protagonizando el más grave pecado de amor: la traición.
Buscaron todas las formas de encontrar placer, de satisfacer sus ganas y saciar sus cuerpos, de pronto César estaba sentado en una esquina de la cama y Victoria sobre él, mirándose de frente, algo cansados pero tratando de prolongar aquel encuentro, las piernas de ella lo rodeaban, él la aferraba por la cintura y se decían frases cortas y veían a los ojos a pesar del movimiento.
Ella trataba de no gritar tan fuerte para no ser oída pero en ese momento no pudo más y lo hizo, César tapó su boca suavemente y a la vez él también desfogaba su pasión pronunciando su nombre para culminar aquella entrega.  Se quedaron abrazados, no dijeron nada por un instante hasta que empezaron a reír.

Victoria: de qué te ríes (aún estaba sobre él)
César: de qué te ríes tú?
Victoria: no lo sé, me provocó y tú?
César: me provocó también. (ambos vuelven a reír y se dan un beso)
++++ Aún la habitación, 12:20am ++++

Estaban en la cama, ella con la camisa de él y César sólo debajo de la sábana, que no había sido necesaria antes. Tenían la comida sobre la cama y al parecer tenían mucha hambre. Victoria saboreaba una pieza de pollo y a la vez agarraba papas fritas y ensalada.

César: (con una pieza de pollo en la mano) no quiero ser pesado pero te recuerdo que estás a dieta (lo dice burlándose)
Victoria: (con comida en la boca) cállate!
César: tienes idea de cuánto vas a subir con las calorías que te estás comiendo? (se sigue burlando)
Victoria: y tú tienes idea de lo que te voy a hacer si sigues hablando?
César empieza a reír fuertemente, le da un beso y le pide la botella de agua.
Victoria: no! Tú trajiste cerveza para ti (mientras le niega la botella)
César: si pero está caliente y así no me gusta.
Victoria: pues no me importa, te la tomarás así.
César: ah si? Vamos a ver si no me das el agua? (se le acerca tratando de no voltear los recipientes que estaban en el colchón)
Victoria: vamos a ver si me la quitas? (también empieza a moverse cautelosamente)

Parecen increíbles los momentos tan naturales pero significativos que pasan juntos, parece increíble la bella relación que existe entre ambos y parece mucho más increíble que no se estén mortificando.
Ya no había comida, sólo los envases en las bolsas, seguían en la cama conversando y ambos fumaban.

Victoria: está bellísima (se observaba la pulsera) gracias.
César: me alegra que te guste.
Victoria: en serio estos cuadritos dicen TE AMO?
César: si, lo busqué en internet y la mandé a grabar así, es raro no?
Victoria: totalmente, estos chinos si escriben rarísimo, cómo se escribirá TE ODIO?
César: pues no sé, tal vez sean 3 bolitas.
Ríen a carcajadas.

Victoria: (se sentó recostada sobre la cabecera de la cama)hoy fue un día raro también para mí.
César: para ambos, jamás imaginé lo que hoy iba a pasar, de hecho jamás imaginé que ESTO iba a pasar. (se acostó y puso su cabeza en las piernas de ella)
Victoria: yo menos, es más, hasta hoy me cuesta creerlo.
César: no sé si te ha pasado, pero a veces me invade un sentimiento muy raro, que no es precisamente culpa ni remordimiento sino más bien, miedo.
Victoria: claro que me pasa, pensé que sólo yo lo sentía., pero sabes qué es más raro aún? (le acariciaba el cabello)
César: qué?
Victoria: que ese sentimiento sólo aparece cuando no estoy contigo...

Esa noche posiblemente sería la más maravillosa entre ellos, se reían de todo, por momentos se enseriaban para tocar ciertos temas, pero todo el tiempo estaban cómodos, hasta que la realidad nos llamó y tuvieron que darle fin a su encuentro que había sido peligrosamente perfecto...

Salir del hotel fue otra divertida odisea, lo comentaron por teléfono mientras cada uno iba en su auto camino a su casa. Fue un alivio para Victoria que esa noche durmió sola sin embargo César sí compartió la cama.

Al día siguiente Victoria estaba entrando al estacionamiento y el vigilante se le acercó y le tocó el vidrio, le entregó un sobre, ella lo abrió y decía: hoy no me permitiré que nadie se me adelante: TE AMO
Victoria sonríe y entra empezar su día de trabajo.

Tomado del foro de la madrastraCréditos a su autorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora