CAPÍTULO TRECE

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APOSTAR, por qué esa idea nos atrae tanto, por qué nos seduce el peligro de arriesgar todo lo que nos costó construir por algo que llega de repente y nos derrumba la estructura convirtiéndose en nuestro norte, algo que se vuelve nuestra única razón para vivir, algo que nos hace pensar que no importa más nada y que vale la pena dejarlo todo...y entonces por qué demonios tenemos que enfrentarnos siempre con el terrible miedo y la incertidumbre de apostar por el amor... por qué nadie puede escapar de ese sentimiento?

César tenía las pupilas dilatadas, el corazón latiendo a mil y los nervios de punta pues ni él cree que ya se atrevió a hablar, no sabe si esperar a que ella diga algo o simplemente seguir diciéndole todo lo que tiene para ofrecerle. Victoria no le quita la mirada puesta en su rostro, no hace un gesto, no dice una palabra, Victoria no está ahí...

César: yo te amo tanto que me regalo a ti para hacer tu voluntad y ofrecerte lo mejor de mí...
(Hizo un corto silencio, tal vez esperando que ella dijera algo o tal vez tomando valor para decir la siguiente frase)
César: te ofrezco hacer lo que tú quieres que haga, decir lo que tú quieres que diga y ser lo que tú quieres que sea
Victoria: (estaba bastante emocionada pero no pudo evitar sonreír ante lo que escuchó)
César: (la sonrisa de ella lo tranquilizó un poco y le sonrió también acercándosele lentamente) acaso no me crees? yo estoy dispuesto a todo por ti... (el plan era hacerla sonreír para desaparecer los nervios de ambos)
César: (seguía caminando hacia ella muy lento) por ejemplo estaría dispuesto a cocinar, a lavar y planchar si es que no te gusta hacerlo... (Victoria vuelve a sonreír pero sigue conmovida)...sería el amo de casa perfecto!, o si quieres prometo ser un excelente hombre trabajador... (se detuvo un instante estaba pendiente de los ojos de Victoria, de cada gesto)... prometo dormir y amanecer contigo todos los días y eso implica que hagamos el amor tooodas las noches... (la tercera sonrisa de Victoria hizo su aparición y los ojos empezaron a brillarle)... es más, prometo estar a tu lado siempre, o bueno, sólo hasta que cumplas noventa años, después si quieres nos separamos y te buscas otro... (Vicky sonrió por la gracia y a la vez dejó caer unas lágrimas)... en fin Victoria te hago todas las promesas que signifiquen tu felicidad... (se acercó completamente a ella y la abrazó por la cintura)... pero sobre todo prometo amarte a ti y a los tuyos con todas mis fuerzas y para toda la vida... (terminó de acercar su rostro al de ella para empezar el beso tal vez más apasionado y prolongado de la noche)

Sus rostros se movían de manera lenta en sentidos contrarios, ella cerró los ojos fuertemente provocando que otras lágrimas cayeran por su cara humedeciendo también la de César, él la apretaba muy fuerte contra sí y ella soportaba la presión porque el delirio por los besos de César la dominaba y quería que la devorase en ese momento y la verdad, él lo estaba haciendo.
Nuevamente Victoria se encontraba rodeada por esos brazos que la hacían sentirse protegida, nuevamente se encontraba fuertemente recostada en el auto que estaba siendo fiel testigo de la locura de su dueña, nuevamente Victoria sintió deseos de entregarse a ese hombre que indudablemente se le había metido en la mente, en el corazón, pero sobre todo en el alma...

Pero ambos sabían que ni el momento ni el lugar se prestaban precisamente para hacer el amor, César sabe que tienen que conversar sobre su planteamiento y Victoria sabe que tiene una respuesta pendiente; sin embargo, el beso se antepuso a ese planteamiento y a esa respuesta. Los labios y la lengua de Victoria seguían perdidos en la boca de César, las lágrimas que ella había derramado ya se habían secado en sus rostros. Si de ella hubiese dependido no se separaba de la boca de él en toda la noche, tal vez porque le encantaba demasiado ese beso o tal vez porque quería retrasar su respuesta; el hecho es que él empezó a cortar el beso poco a poco, sonriéndole o diciéndole que la amaba, hasta que terminó besando su nariz pero sin dejar de abrazarla.

Se miraron y se sonrieron, estaban respirando algo agitados por el largo beso, ella sin pizca de lápiz labial bajó sus manos del cuello al pecho de César y las dejó descansar ahí.
A pesar de la impaciencia e inquietud de César, fue Victoria la que habló primero, ella decidió empezar la conversación con una pregunta.

Victoria: Por qué César?
César: (se inquietó un poco por la pregunta pero sabía que Victoria no esperaba que él respondiera en ese momento)
Victoria: Por qué tienes que ser tan bello conmigo? (Sonriéndole pero con cierta tristeza) Por qué tienes que ser tan perfecto? (empezando a sentirse culpable por lo que va a decirle) Por qué tienes que amarme tanto?
César: (no sabía si era bueno o malo que le estaba diciendo Victoria)
Victoria: Por qué tienes que ser tú quien me diga y haga todas estas cosas y no mi marido?
César: (intentó hablar pero ella lo frenó rotundamente con una caricia y con una frase)
Victoria: (pasó sus dedos por los labios de él) Por qué tuve que enamorarme de ti?

César: (obviamente intentó hablar de nuevo pero Victoria nuevamente lo frenaría porque ella mantenía sus dedos sobre sus labios)
Victoria: (claramente afectada y aterrada por lo que dijo) shhh no digas nada por favor... supongo que quieres decirme o preguntarme muchas cosas... (mantenía fija la mirada en sus ojos)... y te aseguro que yo estoy igual porque sé que merecemos una larga conversación, pero sabes que el día de hoy no fue fácil para ninguno, tú llegaste de viaje de frente a grabar y yo estuve todo el día grabando una y otra escena... (puso ambas manos en las mejillas de él y atrajo su rostro al de ella)... dejemos esto así y te prometo que hablaremos en otro momento... (besó sus labios por corto tiempo)... realmente estoy cansada y quiero ir a casa.
César: (quería retroceder el tiempo para volver a escuchar lo que Victoria dijo, manteniéndola aún abrazada le habló) Yo definitivamente soy el consentido de Dios... (le sonreía emocionado a tal punto de querer llorar pero no lo hizo)
Victoria: nos vamos?
César: (la miró un instante) Como tú digas... (dudaba en volverla a besar o soltarla entonces Victoria decidió por él)
Victoria: (Se soltó suavemente y se dispuso a abrir la puerta de su auto)... Gracias por los obsequios.
César: (sonriendo y caminando hacia su coche)... de nada, espero que pronto puedas llevarte el último que te di
Victoria: último? Acaso no habrán más?
César: quiero decir el último de esta noche
Victoria: (tenía una pierna dentro de su auto y estaba recostada sobre la parte superior de la puerta abierta)... prometo que buscaré el mejor lugar para ponerlo
César: (caminando hacia el suyo) creo que el mejor lugar es tu corazón
Victoria: (viéndolo caminar) lo tomaré en cuenta
César: (se detuvo justo en la puerta) ah! Eso de decirme lo que dijiste y luego mandarme a dormir fue muy cruel de tu parte eh!
Victoria: (haciéndose la desentendida) qué dije? Ah! Te refieres a eso de por qué tuve que enamorarme de ti?
César: (sorprendido por su serenidad, asintió con la cabeza)
Victoria: esta noche, lo más seguro, es que me hubieses querido llevar a un hotel para hacerme el amor o me equivoco?
César: (sonrió aún sorprendido)
Victoria: no me hubieses dejado ir si yo no hubiese dicho lo que dije y yo esta noche quiero dormir, así que te engañé con una verdad... (terminó de entrar a su auto y se sentó)
César: (muy inquieto y sonriente se encaminó hasta el auto de ella y a través de la ventana le habló) tú hoy hiciste varias preguntas y yo también tengo una: por qué de tantas actrices me tuve que enamorar de la más loca de todas?
Victoria: (le causó mucha risa lo que César le dijo) eres un tarado sabes! (aún riéndose) ahora con más razón te mando a dormir!
César: (ahora estaba recostado en la ventana con la cabeza dentro del auto de Victoria) sabes algo? Esta noche no sólo gané una apuesta, gané algo más
Victoria: así? y qué más ganaste?
César: entonces gané la apuesta! Admites que logré emocionarte!
Victoria: ya deja la arrogancia! Qué más ganaste según tú?
César: (mete su mano y le da una rápida caricia en la nariz)... A ti!... (dejó a Victoria perpleja y sonriente)
Victoria: (enciende su carro y sube su vidrio rápidamente) es verdad, definitivamente estoy loca.

El final de esa noche no era el que ellos habían planeado: él quería hacerle el amor y ella quería terminar la relación con él, pero finalmente así estaba escrito, ellos debían ir a descansar sin haberle dado un final a esta historia, aún...

++++ Estudios Televisa, 8:00am ++++

César había llegado muy temprano ese día, puesto que tenía que grabar escenas de la detención de Esteban y otras para ponerse a la par con los demás actores que ya habían grabado escenas posteriores a ese capítulo.
Evidentemente la noche anterior pensó en la confesión de Victoria antes de quedarse dormido, soñó con eso y amaneció pensando en eso! Estaba impaciente de verla otra vez, de hacerla repetir lo que dijo, no podía creer que por fin halla logrado su amor.
Él estaba más que feliz, significaba demasiado para él que Victoria lo quisiera, miles de mujeres podían jurarle amor pero a él sólo lo enaltecía el de Victoria.

++++ Una hora después, camerino de Victoria ++++
Tiene varios minutos que llegó pero parece que sigue dormida, ya está maquillada y vestida para grabar pero está recostada en su sofá esperando llamado ya cansada sin haber empezado a trabajar. Ya encontró su obsequio del día y está entretenida ojeándolo, era un libro de recetas de comida cubana y en la primera página César había escrito con su puño y letra: PARA CUANDO QUIERAS PREMIARME POR HACERTE LA MUJER MÁS FELIZ DEL MUNDO

Victoria entendía perfectamente lo que él quería decir con eso, entendió también lo que él le dijo la noche anterior lo único que no entendía era por qué ella tuvo que decirle que estaba enamorada de él y se reprochaba a sí misma por estarlo. Hubiese querido retroceder el tiempo para no hacerlo pues pensaba que eso sólo complicaría más las cosas.

++++ Comedor Televisa 2:00pm ++++

Estaban solos en una misma mesa, a pesar que sus compañeros estaban en el mismo lugar ellos pidieron almorzar solos, y eso por supuesto no sorprendió a nadie.

César: (con comida en la boca) por qué te escondiste de mí toda la mañana?
Victoria: no hables con la boca llena!
César: (abre la boca mostrándole la comida que tiene dentro y ríe después)
Victoria: asqueroso! Ojalá te vieran así los demás.
César: considérate halagada por mostrarte algo exclusivamente a ti
Victoria: considérate halagado tú, por estar ante mí... (ambos ríen)
César: no vas a contestar mi pregunta?
Victoria: (bebió un trago de agua) el que haya grabado mis escenas quiere decir que me haya escondido de ti?
César: el que no me hayas saludado sí
Victoria: pero no te vi (riendo), además anoche te medio molestaste porque te mandé a dormir y en venganza hoy tú me mandas a cocinar!
César: te gustó?
Victoria : (sarcástica) que acaso no se me nota que estoy encantadísima! Y dudo que un plato cocinado por mí sea un premio para alguien... (burlándose de sí misma)... al contrario eso sería tremendo castigo!
César: (no paraba de reír y eso hizo que todos en el comedor los voltearan a ver, Victoria se avergonzó y él habló para todo el comedor) disculpen, pero es que no lo pude evitar ya que Victoria me pidió matrimonio... (obviamente todo el comedor estalló en risas menos la implicada que enojada lo pateó por debajo de la mesa)
Victoria: yo no sé por qué me empeño en seguir andando contigo sabes?
César: por lo mismo que dijiste anoche; porque estás enamorada de mí querida
Victoria: y encima de todo arrogante! Además no te lo dije que te quede claro! Ya que preguntarlo no es decirlo, con permiso (se paró de la mesa y lo dejó más desconcertado que nunca)

Pero esta vez él ya no permitiría que ella lo dejara así cada vez que quisiera, así que de inmediato se paró y fue tras ella. Victoria aún iba por los pasillos, se dirigía a su camerino, él iba apresurado detrás de ella y se cruzaba constantemente con técnicos y actores que caminaban por ahí.
Cuando estaba cerca de Victoria la tomó fuertemente por el brazo sorprendiéndola, iba a hacer otro brusco movimiento pero en ese instante venían caminando Mauricio Aspe y Martha Julia quienes los saludan naturalmente. Una vez que terminaron de pasar, él la vuelve a presionar del brazo y la hace caminar más rápido hasta el camerino de él.

César: (la hala por el brazo para que entre y cierra la puerta fuertemente)
Victoria estaba tan sorprendida y asustada que no dijo una sola palabra, ni siquiera de reproche.
César: (la recuesta en la pared y pone sus brazos a ambos lado del cuerpo de ella) qué se supone que estás haciendo conmigo eh?! Qué se supone que soy para ti?! Un juguete?! Un pasatiempo?! Algo con lo que te puedes divertir o desestresar cada vez que se te antoje?! (Victoria ni siquiera estaba asustada por la actitud agresiva de César, estaba más que todo sorprendida de que él le hablara así)... si no me respondes ahora mismo me veré en la necesidad de estallar en risas por la cara que tienes...

Victoria: (entendiendo que nuevamente estaba siendo víctima de sus bromas) eres el peor de todos los idiotas sabes?! (lo golpeaba por donde podía mientras él sólo reía y trataba de esquivar sus golpes)... y encima de todo te ríes! Mira cómo me dejaste el brazo! (tratando de hacerse la adolorida)
César: (preocupado dejó de reírse) lo siento, no quería asustarte y mucho menos lastimarte, lo sabes.
Victoria: (observando por primera vez el camerino de él) hubiera imaginado que eras un completo desordenado
César: de los que tienen afiches de mujeres desnudas en las paredes? (ambos ríen)
Victoria: (dando unos pasos lentos hacia el tocador) demasiado ordenado para ser tú... (observando sus cosas)... todo huele a hombre
César: y a qué esperabas que oliera mi camerino? A rosas o a niña acaso? (se quitó el saco y la corbata)
Victoria: (ríe) no, claro que no, pero tal vez sí a Channel 5...
Con ese pequeño comentario Victoria lanzó una señal a César, se sonrió e iba a hablarle pero de pronto Victoria se le adelantó.

Victoria: por qué me seguiste?
César por qué me dejaste? (ambos vuelven a reír y cuando dejaron de hacerlo se quedaron mirando sin saber qué decir)
Ella estaba algo asustada y nerviosa por el lugar, sentía que perdía poder sobre él al no estar en su territorio y era así, César aprovechó la situación y se le fue acercando no de manera seductora exactamente pero las intenciones de abrazarla eran evidentes y ella, increíblemente lo esperaba sonriente.
Cuando por fin se enredaron con sus brazos, él besó su frente y le susurró algo al oído que aunque Victoria no entendió rió un poco por las cosquillas que le produjo el susurro.
Victoria: (mirándolo de frente) sabes? Ayer probé uno de esos cigarrillos con ron, y déjame decirte que son espectaculares!
César: sabía que te gustarían, son típicos allá, ponen a macerar el tabaco en ron hasta que se seca, pero por experiencia te recomiendo que no abuses de ellos.
Victoria: demasiado tarde galán! Ya me los diste y pienso fumarme al menos uno diario, sin dejar los míos por supuesto... (riendo de manera engreída)... los que aun no he probado son los habanos pero pienso hacerlo pronto
César: (burlándose) ahora entiendo por qué cada vez que te beso siento como si estuviera metiendo la lengua en un cenicero
Victoria: (golpeó suavemente su pecho y rió con él) ah sí? Pues ahora no me vuelves a besar en tu vida!
César: pues va a estar difícil señorita, le recuerdo que firmó un contrato donde dice que besará esta boquita las veces que le pidan
Victoria: es verdad, pero en ningún contrato dice que debemos tener una relación ni besarnos fuera de los sets de grabación (intentando soltarse pero sin molestarse)
César: (la asegura más contra sí) te volviste a equivocar...

En ese momento César toma a Victoria de la quijada con una mano y la besa, ella corresponde desde el primer momento, y con la misma mano que él le tomó el rostro, lo retiró.
César: (seguía sujetándola por la cintura con una mano) este contrato lo firmamos la misma noche en que nos besamos locamente detrás de cámaras...

Y en ese instante César volvió a tomar su rostro para besarla, la hacía caminar en retroceso lentamente hasta recostarla en el tocador y durante el corto trayecto no dejó de besarla, ella de alguna manera correspondía pero no quería hacer nada que diera pié a otra cosa, no acariciaba la espalda de César porque temía que esas caricias los llevara a algo más.
Una vez recostada, a Victoria no le quedaba otra que sentir todo el cuerpo de César junto al de ella y abrazarlo, todo estaba en completo silencio y oían perfectamente el sonido de sus besos, César tenía una mano en la espalda de Victoria y la otra en su cuello, con la que la aferraba para que ella no pudiera evitar que la siguiera besando.
Sus cuerpos de inmediato reaccionaron a los besos y empezaron a excitarse, ella sabía lo que estaba sintiendo pero pensó en frenarlo sólo un poco después.
Él comenzó a besar su cuello humedeciéndolo con su boca y bajó hasta donde el corte del saco de Victoria se lo permitía, se detuvo ahí abrió el primer botón y siguió besando esa parte de su pecho. Con sus manos acariciaba sus piernas y glúteos sobre su falda, que hasta ese momento estorbaba porque intentó subirla de inmediato. Cuando ella iba a decirle algo para que se detuviera él besó sus labios impidiendo que lo haga.

Victoria estaba cada vez más consciente de su estado de excitación y sintió a César también estarlo así que decidió parar este juego sexual.
Victoria: (empujó la cara de César) detente, no sigas...
César: (sin soltarla) por qué? Acaso no quieres? (intentó besarla de nuevo)
Victoria: (esquivando el beso) no... aquí no... (tomó los brazos de César para intentar zafarse pero él no la dejó)... César... (entonces se dio media vuelta quedando frente al espejo)
César: (aprovechó para presionarla más contra sí con sus brazos y hablarle al oído) alguna vez haz hecho el amor en un camerino?
Victoria: (todo el tiempo trataba de abrir las manos entrelazadas de César, sonrió por lo que le dijo) no, tú si?
César: (besando su cuello) no, pero contigo lo haría donde sea y en este instante quiero hacerlo aquí... (César frotaba su cuerpo con el de ella)... siénteme, mira cómo me tienes...
Victoria: (cerraba sus ojos porque le gustaba lo que él hacía y decía)... César...
César: (metió sus manos por debajo de su falda subiéndola un poco)... de veras no quieres? (presionando su piel y paseando sus manos)
Victoria: (no pudo responder porque sintió una mano ajena acariciando su entrepierna)
César: (la seguía tocando mientras lamía su oreja)... hmm?... (a través del espejo la veía estremecerse)
Victoria: (la caricia que él le estaba propinando en aquella parte la tenía al borde del delirio)... si... (llevó hacia atrás uno de sus brazos tratando de acariciar el rostro de César)... tócame... (separó un poco sus piernas)

Fue entonces cuando César estaba completamente seguro que le haría el amor en ese instante, tomaba el rostro de Victoria girándolo un poco hacia él para poder besarla en la boca y con dificultad lo hacía. Las manos de él seguían perdidas bajo su falda
Ambos estaban concentrados y entregados al momento, hasta que tocaron la puerta del camerino, lo que hizo que desviaran un poco su atención algo asustados. La persona tras la puerta tocaba insistentemente y llamaba a César, adentro ellos se miraron a través del espejo, ella le expresaba con la mirada lo asustada que estaba y como preguntándole QUÉ HARÍAN AHORA?
Él le hizo un gesto indicándole que no dijera nada, y respondió afirmativamente a la persona que lo buscaba para visarle que en 20 minutos tenía llamado.

Luego rieron y se olvidaron de la idea de hacer el amor en el camerino mientras se acomodaban sus ropas, Victoria entró al baño.

Victoria: (saliendo del baño) se arrugó un poco
César: (sentado en el sofá ojeando su guión) no te preocupes, te la cambias y ya! Supongo que tienes otras iguales no?
Victoria: (sentándose a su lado) si, pero tendré que salir así, con la falda arrugada.
César: (abrazándola y dándole un beso en la mejilla) no te enrolles por eso, si quieres te la plancho yo mismo.
Victoria: pagaría por verte planchando! (riendo mientras se recostaba en el brazo del sofá y poniendo sus pies sobre las piernas de César)
César: (empezando a masajear los pies de ella) pues voy a ahorrarte ese dinero, si vives conmigo me verías planchando todos los días y gratis!

Era evidente que César quería retomar la conversación de la noche anterior, pero también era evidente que Victoria no quería hacerlo o mejor dicho, temía hacerlo.
Victoria: autch! Despacio! qué crees? que son tus pies?
César: pero si no te hice nada! Qué delicada eres!
Victoria: (recogiendo sus piernas) tú eres un brusco que es distinto!
César: (le toma nuevamente los pies) tú lee mientras te doy un masaje y quédate tranquila!
Victoria: (iba a responder el comentario pero quedó un rato en silencio sonriendo)
César: (acariciando sus pies) qué talla eres en zapato eh?
Victoria: (seguía en silencio y con una leve sonrisa)
César: juraría que eres 44... (riendo fuertemente)... y también juraría que debes usar un desodorante para los pies! (notó que Victoria no reaccionaba a sus bromas, salvo con sonrisas)... qué pasa?
Victoria: (recargó su cabeza en su propio brazo, miró a César fijamente a los ojos y le regaló una sonrisa acompañada de un suspiro)... nada, sólo estaba pensando que un día de estos saldré por las calles completamente desnuda y lanzándole piedras a los carros...
César: (riendo) por qué lo dices?
Victoria: que acaso no lo has notado César?!
César: (rió un poco y con una mirada confusa le preguntó a qué se refería)
Victoria: si está clarísimo! (acariciando su cabello y deseando fumarse un cigarrillo)... Definitivamente me estoy volviendo loca!... (no dejaba de mirarlo)... acaso crees que todo lo que he hecho es de una persona normal?
César: (sin tener ánimos de empezar una charla de culpabilidad) pues de todas las locas que he visto, al menos eres la más bonita, y créeme que yo sí pagaría por verte haciendo eso!!!
Victoria: (mirándolo y sonriendo con resignación) no hay duda! Me pegaste tu locura.

LOCURA, será entonces que debemos responsabilizar a la locura de todos nuestros impulsos? Puede ser la locura la causante de nuestros arrebatos y emociones? Si es así, qué se supone que el AMOR no hace cometer? A quién debemos culpar por lo que esta pareja hará dentro de dos semanas, a la locura o al amor?
O existe acaso la posibilidad de que podamos hablar de una locura de amor...

++++ Media hora después ++++

César y Victoria van saliendo del camerino de Victoria ya que fue a cambiarse de falda, se dirigen a grabar escenas de Esteban tras las rejas, por tanto César baja con una camisa manga corta.
Iban riendo, porque César le contaba unas cómicas historias.

Victoria: Ah! Se me olvidaba, calzo 37 y no necesito ningún desodorante para pies!
César: si tú lo dices... (riendo juntos)... te sigue molestando la garganta?
Victoria: no, pero por ratos me pongo muy ronca, debe ser una infección
César: contra los achaques de la vejez nadie puede
Victoria: debe ser que tú eres un quinceañero...
César: (riendo) TE AMO
Victoria: (entrando al ascensor con César y riendo también) Y YO A TI
César: (¿¿¿???¡¡¡!!!)

Habrá escuchado bien? Por qué Victoria da tantos rodeos para confesar que lo ama, por qué le cuesta tanto decírselo, ya le dijo "por qué tuve que enamorarme de ti" y ahora un "y yo a ti", qué acaso no piensa decirle la frase más corta que es "te amo"?!
César: (sonreía confundido) menos mal que no sufro del corazón porque ya me habrías ocasionado 2 infartos entre ayer y hoy!
Victoria: (sonriendo también y recostándose en los espejos del ascensor) qué exagerado!
César: y también creo estar perfecto de los oídos, habré escuchado bien lo que dijiste?
Victoria: espero que si, porque no todos los días acostumbro a hacer declaraciones de amor
César: (sentía su corazón golpear fuertemente en su pecho pero hizo un gran esfuerzo para hablar; sin embargo Victoria quería hacerlo primero)
Victoria: no digas nada (mirándolo a los ojos mientras seguía recostada en los espejos)... yo tengo que hablar porque siento que voy a estallar con todo esto que tengo dentro... (hizo un gesto de desespero llevando una de sus manos a su cuello)... yo TE AMO... (César le sonrió incrédulo)... si... (afirmaba con su cabeza varias veces)... te amo como no imaginé que llegaría a hacerlo y tampoco imaginé que llegaría a admitirlo, TE AMO César...

Eran apenas las 3:30 de la tarde, un día de semana con mucho agite de trabajo y estaban dentro de un ascensor que acababa de detenerse porque unas personas de dos pisos más abajo lo solicitó, acaban de reprimir el deseo de hacer el amor en el camerino por la presión y la angustia de estar siendo buscados, cada uno tiene un gran conflicto dentro pero es este día. este lugar y bajo estas condiciones que han decidido decirse que se aman...

Tuvieron que salir del ascensor fingiendo que nada importante había acontecido; sin embargo, ambos sabían que acaban de vivir los momentos más inolvidables de sus vidas.
Grabaron por separado todo el día, a Victoria la fueron a recoger por lo que no tuvo oportunidad de volver a estar a solas con César. Pero él le mandó un mensaje de texto cuando ella iba en el auto acompañada del hombre que le dio su apellido hace casi 5 años y que tuvo que borrar inmediatamente después de leerlo: "SI, DEFINITIVIMANETE SOY EL CONSENTIDO DE DIOS POR TENER EL PRIVILEGIO DE AMARTE Y LA BENDICIÓN DE SER CORRESPONDIDO"

Tomado del foro de la madrastraCréditos a su autorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora