CAPÍTULO DIECISÉIS

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++++ Casa de Silvia, 2:20am ++++

Silvia estaba angustiada por la llamada que le hizo Victoria, no le agradaba la idea de que esté aún en la calle manejando sola y en el estado de tristeza que se encontraba. Ella la estaba esperando porque le recomendó que se quedara con ella esa noche.
Victoria manejó un rato sin rumbo y decidió hacerle caso a Silvia, fue hasta su apartamento.
Silvia: (se dirigió a abrir la puerta)
Victoria: (estaba con el rostro cubierto de lágrimas negras por el rimel parada frente a ella completamente inmóvil)
Silvia: (se impactó al ver a su amiga así, la miró por un instante sin saber qué decir ni qué hacer)
Victoria: (se abalanzó inmediatamente sobre ella para terminar de llorar en sus brazos)
Silvia: (recibiéndola con compasión) shhh... (acariciando su cabello)... tranquila, vamos al cuarto. La llevó hasta su cuarto, la sentó en la cama, le buscó inmediatamente un pañuelo de papel y le sirvió un vaso con agua.
Silvia: me tranquiliza que estés aquí, estaba muy preocupada
Victoria: (apenas probó un poco de agua y le regresó el vaso) disculpa que te haya molestado pero... (nuevamente venía el llanto y guardó silencio para evitarlo)
Silvia: sabes que no me molestas, prefiero que hayas venido a que hayas ido a tu casa
Victoria: mi casa! Ay Silvia se me olvidó llamar (buscando su celular para llamar y prendiéndolo)
Silvia: tranquila, Omar me llamó para preguntar por ti porque tienes apagado el celular, le dije que estabas grabando y que te quedarías conmigo hoy.
Victoria: ah ok, está bien entonces (respondía parcamente)
Silvia: (estaba algo nerviosa buscando las frases adecuadas para hablar con Victoria) te buscaré una pijama y te preparé el baño, quieres ducharte?
Victoria: prefiero la tina, sino te molesta
Silvia: (sacó un camisón para Victoria) claro que no, te prepararé la tina entonces... (entró al baño)
Después de unos minutos Silvia salió del baño y le indicó que todo estaba listo y que podía pasar, Victoria no se había movido de la cama, ni siquiera había cambiado su postura.
Silvia: te haré una manzanilla... (iba saliendo del cuarto)
Victoria: Silvia
Silvia: (se detuvo justo en la puerta) dime?
Victoria: gracias.
Silvia: (sonriéndole) de nada.
Victoria entró al baño, se desnudó lentamente y entró a la tina que estaba con agua muy caliente. Empezó a soltarse y cerró sus ojos. Silvia trataba de imaginar lo que había pasado, había decidido no hacerle preguntas a Victoria porque sabía que ella se lo contaría en algún momento, regresó a la habitación con la taza de manzanilla en la mano y escuchó a Victoria llorar fuertemente en el baño.
No sabía si entrar a calmarla o dejar que llore todo lo que tiene que llorar.

++++ Paralelamente, casa de César ++++
Acaba de llegar y entró directo a su estudio, pasó el seguro en la puerta, puso música y se sirvió un trago; la mujer que lo espera todas las noches lo sintió llegar y sabe que cuando entra de frente al estudio es porque necesita estar a solas, por lo que prefiere no molestarlo y dejar que él mismo le cuente qué pasa al otro día.
Se sentaba en el sofá por rato, luego caminaba y se asomaba por la ventana, en un impulso tomó su celular y llamó a Victoria.
El bolso de Victoria estaba en la cama de Silvia y ella oyó que sonaba, decidió sacarlo para ver quién era, cuando se dio cuenta que era César no sabía si contestarle, apagarlo o avisarle a Victoria. Optó por lo primero.
Silvia: bueno?
César: dónde está Victoria?
Silvia: hola, es Silvia
César: lo sé, pásame con Victoria por favor
Silvia: ella no te puede atender ahora
César: no puede o no quiere?
Silvia: César ella está en el baño
César: pásamela!
Silvia: (no sabía qué hacer ni qué decir, se arrepintió de haber contestado el teléfono) escúchame, creo que lo mejor será que llames en otro momento
César: Silvia pásamela por favor! Necesito hablar con ella
Victoria salía del baño vestida con la pijama de Silvia y con su ropa en sus manos, Silvia con señas le indicó que César estaba al teléfono, ella con señas le indicó que no quería hablar con él, que le colgara, pero Silvia no le hizo caso.
Silvia: César ella acaba de entrar
César: Silvia por favor imagino que tú sabes lo que está pasando, ella tiene que escucharme
Victoria estaba pegada al auricular junto a Silvia tratando de oír lo que César decía y le hacía señas a Silvia para que le preguntara dónde estaba.
Silvia: César, dónde estás ahora?
César: (parecía no oír nada sólo quería hablar con Victoria) Silvia llama a Victoria dile que quiero hablar con ella
Silvia: te dije que ahorita no puede, dime dónde estás?
César: estoy en mi casa, sufriendo por ella, pásamela por favor
Silvia: en serio no puedo, si quieres yo le doy tu mensaje
César: (resignado) si, dile que la amo y que voy a seguir luchando por ella... (Victoria oía perfectamente lo que él decía y no pudo evitar lagrimear)... dile también que no estoy dispuesto a perderla, que haré hasta lo imposible por estar a su lado y por solucionar sus problemas, dícelo Silvia por favor!
Silvia: (que también se había emocionado con lo que dijo César) se lo diré tranquilo, que descanses
César: Silvia!
Silvia: (estaba a punto de colgar) dime
César: dile también que sé que me necesita...

Silvia cerró el celular y miró a Victoria que estaba secando sus lágrimas. Vicky se sentó en la cama subiendo sus piernas le indicó a Silvia que se sentara a su lado.
Victoria: él tiene razón Silvia... lo necesito... (mirando a su amiga)... ahora más que nunca
Silvia: lo sé... (tomando la mano de Victoria)... deduzco que ya hablaron no?
Victoria: (afirmando con la cabeza)... si y no fue fácil, todo fue terrible para mí
Silvia: lo imagino, quieres contarme?
Victoria: si, y quiero que sea la última vez que hablemos de César
Silvia: lo veo muy difícil chiquita, ya que hablar de él será lo único que te consuele
Victoria miraba tristemente a Silvia y le empezó a contar todo lo que habló con César esa noche, le contó las reacciones, las expresiones de dolor y las frases que se dijeron, le contó afectada cómo le había dolido la última palabra que le dijo.
Victoria: no sólo me dolió la palabra que me cayó perfectamente, sino el que él me lo dijera Silvia... (miraba a todos lados)... yo de César sólo he recibido halagos, él sólo sabe tratarme bien y no lo creí capaz de decirme una cosa así, me dolió muchísimo que ÉL me hablara así...
Silvia: no es para menos, está dolido también
Victoria: si lo sé, pero no más que yo créeme
Silvia: (dándole la manzanilla a Victoria) menos mal que no falta mucho para que terminen las grabaciones
Victoria: yo no sé con qué cara lo voy a ver mañana, no sé cómo voy a hacer para trabajar junto a él estos días
Silvia: pues antes que todo eres profesional y tienes que saber llevar la situación
Victoria: he ahí el problema Silvia, que con César yo no sé llevar ninguna situación...
Casi amanecieron hablando de César, hasta que Victoria por fin quiso dormir y Silvia que a duras penas se mantenía despierta le agradeció el que por fin se dignara a descansar.
César amaneció en el piso de su estudio, no bebió mucho, apenas un par de tragos pero su estado de desconsuelo era tal, que de tanto llorar se dejó caer al piso hasta conciliar el sueño, su esposa le tocó la puerta para avisarle que se le hacía tarde para ir al canal. Él le agradeció el aviso y le dijo que ya salía.
Salió directo su habitación donde para la sorpresa de su esposa, se había vuelto a encerrar. Cuando estuvo listo salió sin despedirse y sin desayunar.
Victoria, despertó también por el llamado de su amiga, su esposo le había pasado dejando una ropa que le solicitó por teléfono, pero ella no bajó, Silvia se la recibió alegando que Vicky estaba duchándose.
Camino al canal, Victoria estaba nerviosa, quería que el camino no acabara nunca para no llegar y no tener que ver a César.
El colmo de todo era que su primera escena del día la grabaría con él.

++++ Televisa, camerino de Victoria 8:00am ++++
Entró apresurada, para su suerte no se había topado con César en el estacionamiento ni en los pasillos, le parecía absurdo estarle huyendo sabiendo que en pocos minutos debe grabar con él.
Las maquilladoras llegaron y en una hora estuvo lista para ir a ensayar la escena.

++++ Set de grabación 9:00am ++++
A César le estaban desordenando el cabello para grabar una de sus últimas escenas tras las rejas, los técnicos le hacían bromas y él estaba completamente ido, rara vez respondía con una sonrisa fingida, pero su mente estaba en otro lugar y sólo cuando escuchó el "Buenos días" de Victoria, sintió que todo se le iluminaba.
Él movió a la maquilladora que lo asistía para que le permitiera ver directamente a Victoria, y ella no pudo evitar toparse con esa mirada, casi deja caer sus cosas al piso, empezó a temblar y se reprochaba a ella misma por esa reacción tan absurda.
César: (caminó hasta ella) Buenos días... (la abrazó fuertemente y le dio un beso en la mejilla)
Victoria: (estaba realmente nerviosa y no sabía qué hacer) qué tal... (César seguía sin soltarla)
Salvador Mejía, que en ese momento le hacía honor a su nombre, llegó para 'salvar' a Victoria de esa tensa situación.
Salvador: Buenos días, a ver si dejan los arrumacos para después y nos ponemos a trabajar de una vez no?
En otro momento César hubiera seguido el juego pero esta vez él lo último que quería era bromear. La concentración de la pareja era poca mientras leían sus guiones, él no disimulaba al mirarla con deseo y tristeza a la vez, ella sin embargo lo miraba de reojo sintiéndose bastante incómoda.
El productor notaba su poca concentración y les llamó la atención exigiéndoles leer varias veces los capítulos, cuando por fin empezaron a grabar la escena se equivocaron al menos cuatro veces y no precisamente por risas como en otras ocasiones, ellos debían abrazarse a través de las rejas y era ahí cuando echaban a perder la escena.
Salvador: Corte! (se acercó a los dos actores)... qué les pasa? Acabamos de leer el guión miles de veces no me digan que se les olvida la letra!
César: lo siento salvador, soy yo el que está distraído... (asumiendo la culpa de todo)
Salvador: pues a ver si pones de tu parte César! Llevamos más de una hora aquí y no ha salido nada! Ten consideración con los demás compañeros!
Victoria: Salvador, tranquilo también es culpa mía, lo siento.
Salvador: bueno vamos a grabar entonces y concéntrense!
Volvieron a sus lugares, empezaron a grabar y por fin quedó la escena que tanto les había costado, cuando terminaron ya habían llegado otros actores que grabarían con César; Victoria se disculpó con ellos por el retraso y se fue a grabar a otro estudio.

++++ Camerino de Victoria 3:00pm ++++
Ella mandó a buscar su almuerzo para encerrarse en su camerino sin tener que ver a César nuevamente, no sabía cómo trabajar con él bajo esta incómoda situación.
Pero él si sabe qué hacer, y fue a buscarla.
Cuando Victoria escuchó que tocaban la puerta pensó inmediatamente que era él y se asustó. Ni siquiera quería preguntar quién era, no quería hacer ruido para que la persona que estaba tocando se fuera pensando que ella no se encontraba.
HUIR DEL AMOR? Acaso Victoria cree que eso es posible? Que equivocada está!, no hay ser alguno que se vaya de este mundo sin vivir este sentimiento, todos somos capaces de amar y el amor carnal, el amor de pareja, ese amor que nos tumba a llorar a la cama por varias noches, ÉSE, es del que menos escapamos...
César: sé que estás ahí Victoria y no me moveré de aquí hasta que me abras
Victoria se puso aún más nerviosa cuando oyó su voz, pero respiró fuerte y tomó valor para abrirle la puerta.
César: (sonrió cuando vio a Victoria) gracias, podemos hablar?
Victoria: (lo miró por un momento) sólo un rato, tengo que grabar en un momento, pasa.
César: entonces espero que ese "rato" me baste para convencerte que no podemos estar separados (se sentó en el sofá)
Victoria: (sentándose en el brazo del mismo sofá) no hay nada que pueda convencerme de eso César y tampoco hay nada que me haga cambiar de decisión
César: (suspirando) si lo hay... (estaba sereno)... y es el amor que nos tenemos
Victoria: (dio una media sonrisa) ni siquiera eso César... (ya los nervios habían desaparecido)... ni siquiera eso es suficiente
César: Vicky, yo sé que vamos a encontrar una solución a todo esto si permanecemos juntos
Victoria: pero yo ya encontré la solución y tú no lo has entendido César
César: pero no puedes estar hablando en serio
Victoria: claro que estoy hablando en serio! (evitando exaltarse y tomando un suspiro) querías que habláramos? Pues vamos a hablar como personas adultas y espero que sepas entenderme
César: (se acomoda en el sofá y Victoria se sienta a su lado)
Victoria: sé que lo que vivimos fue... (hizo una pausa y lo miró a los ojos)... maravilloso, aunque traté de evitarlo y tal vez hubiese preferido que no pasara
César: (sabía que las palabras de Victoria eran definitivas)
Victoria: y no sé si te sirva de algo saberlo, pero te confieso que no me arrepiento de nada de lo que viví contigo
César: qué se supone que debo hacer? Agradecerte el comentario?
Victoria: haz lo que quieras, y si te hace bien descargarte conmigo pues hazlo
César: descargarme contigo?! (rió sarcásticamente) por qué habría de hacerlo Victoria, acaso tengo algún motivo para eso? Será porque nada más me destrozaste el alma?
Victoria: podrías dejar el sarcasmo y la ironía?! Qué crees que siento yo?! acaso piensas que lo estoy disfrutando?!
César: (inclinándose hacia delante, con los codos apoyados en sus rodillas y pasando una mano por su cabeza) no tienes idea de cómo me siento, tú no te imaginas el dolor que me produce todo esto
Victoria: (sólo lo miraba)
César: si tú supieras lo desesperado que estoy Victoria, yo ya no sé qué hacer o qué decir para que no me dejes así
Victoria: (miró a sus costados) no estoy mejor que tú César, y no me hagas ver como si fuera la mala del cuento porque no es así
César: es que no te estoy culpando, simplemente que de ti depende
Victoria: no me obligues a repetir todo lo que dije anoche por favor, entiende que para mí también es difícil y te suplico que no vayas en contra de mi decisión
César: pero no puedo aceptarla! Me niego completamente!
Victoria: (cerraba sus ojos ante cada impulso de César)
César: (se volvía a tranquilizar) yo estuve pensando y creo que hay otra solución para todo y es
Victoria: (se acercó a él y le tomó las manos) de qué manera te explico que no hay nada que hacer... (lo miraba tiernamente)... de qué manera te explico que ya todo terminó
César: (apretando las manos de ella) y de qué manera te explico yo que no quiero perderte
Vaya que resulta admirable la lucha de César, INCANSABLE LUCHA que sólo emprende un hombre desesperado y que sólo puede motivar una mujer apasionada. Pero contra quién lucha César? A quién se le puede culpar por su dolor? El esposo y la familia de Victoria no son los culpables, por el contrario, ni siquiera con lo que ella vivió hace dos días, ni siquiera con el dolor y la culpa que le causó lo que le dijeron...

Victoria: así no vamos a llegar a ningún lado César... (poniéndose de pie)... esta conversación es de nunca acabar
César: yo sólo te estoy pidiendo que no te separes de mí
Victoria: viste? No nos vamos a poner de acuerdo! (caminando de un lado a otro)... yo te estoy repitiendo que no se puede hacer nada, que lamentablemente todo acabó y tú me dices algo distinto!
César: y qué quieres que te diga?! Que lo acepte?! (poniéndose de pie)... yo no estoy de acuerdo contigo!
Victoria: y qué quieres entonces? Que siga contigo? Que le siga faltando a mi familia? Es eso lo que quieres?
César: quiero estar a tu lado! Quiero seas mi mujer! Quiero que seas mi esposa! (caminando desesperado)... Quiero ser el hombre que te acompañe a todos lados y que te proteja siempre! Es eso lo que quiero! (golpeando la pared y volteando a verla)
Victoria: (sorprendida, emocionada y muy asustada)
César: (tratando de calmarse) Victoria yo... he pensado en separarme... (mirándola fijamente)... quiero ofrecerte estabilidad y honestidad, hacer las cosas como tú lo mereces porque yo estoy dispuesto a todo por ti
Victoria: he ahí el problema César... (acercándose a él y tomándole el rostro)... que yo no estoy dispuesta a todo por ti...
De nuevo el incómodo silencio, que apenas dura milésimas de segundo pero para ellos parece una eternidad...

Victoria: porque simple y sencillamente mis hijos no están sometidos a elección
César: (tomando una de las manos de ella y besándola) y quién te ha dicho que quiero que elijas? jamás haría una cosa así
Victoria: lo sé, pero nada sería igual con ellos si me separo de Omar, además no es un sacrificio estar con él... (trató de soltar su mano)... porque yo lo quiero mucho... (seguía intentando soltarse)... y me siento bien con él, de hecho... (logró soltar su mano)... yo lo amo.
César: (mirándola fijamente y sonriendo) hasta en boca de un demente sonaría más creíble esa frase... (se acercó a ella y la tomó fuertemente por la cintura)... dime todos los motivos que quieras para seguir a su lado, menos el que lo amas porque sabes que es mentira!
Victoria: (sonriendo también e intentando mantenerse fuerte) mentira es lo que hay entre nosotros, mentira es lo que vivimos, mentira es todo lo que deseamos juntos alguna vez!
César: (apretándola más fuerte) eso crees? Crees que todo lo que vivimos fue una gran mentira?
Victoria: (dio una mirada desafiante como afirmando sus palabras)
César: entonces este beso es de mentira? (en un segundo atrajo su rostro al de él manteniéndolo firme y arrancándole los besos más apasionados y desesperados de su romance)
Victoria: (fue César quien le empujó el rostro a ella) no te comportes como un adolescente por favor... (quiso zafarse de sus brazos pero le era imposible)
César: respóndeme! Es mentira? (besándole el cuello con arrebato y manoseándola por todo el cuerpo) estas caricias son mentira? Tu reacción deseosa es mentira?
Victoria: suéltame! (en el fondo no entendía por qué es actitud agresiva de César le estaba gustando)
César: (lejos de hacerle caso la tumbó en el sofá con él encima) dime entonces si esto te parece una mentira...
César empezó a besarla por todo el rostro, deteniéndose por más tiempo en la boca que parecía querer arrancársela, Victoria en principio trataba de empujarlo pero la fuerza de él no se lo permitía además de su cuerpo no era indiferente a ese hombre.
Él no dejaba de pasear sus manos por todo el cuerpo de Victoria, le besaba el cuello y trataba de arrancar su saco de un tirón, Victoria cerró sus ojos y comenzó a apretarle los cabellos a César, sus bocas volvían a juntarse para besarse con mucha más pasión que el beso anterior.
Ninguno de los dos habría querido separarse, ninguno hubiese querido que eso terminara, y mucho menos hubiesen querido que alguien entrara con la mejor intención de saludar a Victoria y se topara con tal escena...
Cuando escucharon el saludo de esa persona, César se detuvo en sus caricias y cayó preso de un terrible susto, Victoria deseaba que no sea ESA persona quien los acaba de ver, pero lo que más deseaba era morir en ese instante...

Esto también es clásico en las historias de amor, y es que nunca pueden mantenerse ocultas. Siempre por algún motivo, algún descuido o algún inoportuno, terminan saliendo a la luz. Y si dicen que el amor es bello, que estar enamorado es maravilloso y que amar es lo más hermoso del planeta, por qué el empeño constante de esconderlo?
Victoria, aún bajo el cuerpo de César, comenzaba a ser invadida por la vergüenza, César por una rara sensación de incomodidad y la espectadora por una incontenible risa.
Y aunque la escena congelada no duró más de dos segundos fue exasperantemente eterna para los tres.
Silvia: (aún tratando de contener la risa) si me dicen que esto es el ensayo de una escena prometo creerles
Victoria: (empujó rápidamente a César y se puso de pie arreglándose desesperadamente) Silvia... (nerviosa a más no poder)... no creas que...
Silvia: disculpa por entrar así pero... (sonriéndole a César que estaba sonriendo detrás de Vicky)
Victoria: (hacía movimientos rápidos con su cabello) no me avisaste que venías y pues... claro que es un ensayo...
Silvia: no lo dudo, Hola César!
César: (se acerca a Silvia) Hola preciosa... (le da un beso en la mejilla, Silvia le sonríe a su amiga con suspicacia)
Victoria: (era tanta su vergüenza que hasta sentía deseos de llorar) César si no te importa podrías dejarnos solas?
César: sí me importa, pues me gustaría quedarme para hablar contigo
Silvia: yo creo que regreso en otro momento o mejor te llamo y cuadramos Vicky
Victoria: no Silvia! No te vayas ...(mirando a César) por favor hablaremos en otro momento si?
Silvia: tranquila Vicky, yo bajo más tarde, tengo una reunión con los directivos
Victoria: (sentía que ahora sí moriría por el bochorno, Silvia se acercaba a ella para despedirse y Vicky le dice al oído)... por favor no te vayas
Silvia: (le devuelve el susurro en medio del abrazo) creo que hay algo que debes arreglar primero... (pasó por el lado de César)... adiós galán.
César: (le mandó un beso)
Los besos y caricias de César le habían demostrado a Victoria que ella no sería capaz de sentirse así con nadie más, pero el pequeño incidente le acaba de demostrar que tampoco sería capaz de luchar por eso, que no sería capaz de enfrentarse a todo y a todos por defender lo que siente.
César tenía las manos en los bolsillos y miraba al suelo, Victoria le daba la espalda y tenía una mano sobando su frente.
Victoria: a eso quieres exponerme?
César: (sólo la miraba y esperaba a que voltease)
Victoria: (dio media vuelta) al ridículo? A la crítica mordaz, a que todo el mundo me juzgue?
César: oye yo no tuve la culpa de (la voz elevada de Victoria no lo dejó terminar)
Victoria: no tuviste la culpa de que Silvia entrara pero sí que nos encontrara en semejante situación!
César: no levantes la voz, si te tranquilizas podemos seguir hablando
Victoria: cómo quieres que me tranquilice?! Tienes idea cómo me siento?! Tienes idea lo terrible que es para mí que Silvia nos haya visto?
César: (caminando hasta el mueble) la verdad no creo que sea tan terrible, ya que por lo que pude ver ella lo sabe todo no es así?
Victoria: (bajó su mirada y volvió a darle la espalda)
César: (ya sentado) respóndeme, ella lo sabe verdad? Tú se lo contaste
Victoria: (sentía una rabia incontenible y no sabía si era por haber sido vista o por estar terminando con César) sí! lo sabe y porque yo se lo dije está bien!? (dio media vuelta)... te molesta que lo sepa? no sabía que tú también te avergonzabas
César: (parándose repentinamente del sofá) no pongas palabras en mi boca, yo no dije nada de eso! (moviendo bruscamente sus manos) jamás me avergonzaría de ti, lo sabes!
Victoria: entonces por qué te preocupa que Silvia lo sepa o no?!
César: no me preocupa créeme, sólo quería confirmarlo
Victoria: (mirándolo molesta y triste a la vez) pues ya te lo confirmé, lo sabe, lo sabe tooodo, sabe cómo empezó, cómo siguió y sobre todo... (estaba gritando y siendo sarcástica)... sabe cómo terminó esta fugaz y absurda relación!
César: (a pesar que su intención era reconciliarse con Victoria le molestó lo que dijo)
Victoria: y quieres saber algo más? (por la cara y gestos de ambos era evidente que se trataba de una fuerte discusión)... no es la única que lo sabe, porque Jacqueline hace tiempo que también está enterada! (no dejaba de verlo y de demostrarle su furia) pues cuando te fuiste de viaje con TU ESPOSA ella vino hasta aquí a decirme que lo sabía! (agitaba exageradamente sus brazos)... y fui YO la que tuvo que pasar por esa vergüenza! fui YO la que tuvo que poner una cara de estúpida seguramente ante lo que ella me decía y seré YO la que se siga avergonzando cada vez que tenga que enfrentarme con algo similar! (había terminado sus gritos con un fuerte golpe en su propio pecho). Ambos sabían a lo que se refería, Victoria estaba dispuesta a desahogar toda su ira que aún no se sabía contra quién la sentía y César seguía en silencio pensando en qué más podría hacer.
Victoria: y tal vez tengas razón con lo que me dijiste ayer, soy una cobarde, UNA GRAN COBARDE! (señaló a César sentado nuevamente) y óyeme bien... (estaba algo agitada)... ya varias personas saben sobre esto, porque estoy segura que tú has tenido que contárselo a alguien y no me interesa saber a quién!, pero si no quieres que también aparezca en los titulares de los diarios termina de dejarme en paz! (buscó sus ojos para clavar su mirada en ellos) Termina de salir de mi vida!. El silencio de César se debía tal vez a que prefería pensar mientras Victoria se desahogaba, tal vez a que cada palabra de ella lo dejaba mudo y dolido o tal vez a que preparaba su contraataque.
César: (apoyó sus codos en sus rodillas) o debo de amarte mucho o debo ser un gran idiota para que a pesar de todo lo que acabas de decirme, quiera seguir luchando por ti...
Victoria: (dejó caer sus brazos, no era la respuesta que esperaba)
César: acabas de demostrarme tus debilidades y sin embargo me sigues pareciendo una mujer fuerte... (se paró y puso sus manos en su cintura)... acabas de gritarme todo lo que jamás quise oír de ti y me sigues pareciendo encantadora... (caminó hasta ella)... acabas de exaltarte y enfurecerte como jamás quise verte y sin embargo, me sigues pareciendo la más hermosa de todas las mujeres... (la tomó fuerte por la cintura y ella nunca puso resistencia)... y es que entiéndelo de una vez Victoria, NADA hará que yo te deje.
Victoria: (puso sus manos en los brazos de César y le habló débilmente) es que tú no entiendes
César: qué es lo que debo entender?
Victoria: (lo miró a los ojos con dificultad por la corta distancia) que si yo te exijo que TÚ me dejes y que seas TÚ el que se aleje es porque yo no soy capaz de hacerlo...
César: no lo hagas entonces... (la apretó un poco más)... no nos separemos... (besó la lágrima que caía por el rostro de Victoria)... no dejemos de vernos sino queremos hacerlo... (le besaba el rostro mientras hablaba)... no nos alejemos porque entonces yo moriría de tristeza mi amor
Victoria: (separando un poco su rostro del de él) y qué hago con mi vida entonces? Qué hago con todo esto César, cómo crees que vamos a seguir?
César: (volviéndola a apretar un poco y pasando sus manos pos su espalda) mírame a los ojos... (ambos se estaban viendo fijamente)... y quiero que me perdones por lo que voy a decirte pero estoy desesperado... (ella tenía las manos sobre su pecho)... sabes que yo te ofrezco lo mejor de mí, que haría y daría lo que fuera necesario para verte feliz pero no contemplo mi vida sin ti... (él la miraba entristecido)... y te esperaría toda la eternidad y hasta estaría dispuesto a ser siempre tu amante porque prefiero tenerte a medias que no tenerte...

Definitivamente Dios estaba inspirado cuando creó el alma de César, sería posible que fuera tan perfecto? Sería posible que aún en la adversidad no dejara de demostrarle su amor a Victoria?
Victoria: (asombrada pero no menos triste que César) te estás oyendo?
César: (mantenía firme su mirada algo nublada por las traicioneras lágrimas)
Victoria: me estás pidiendo que... (se cayó de repente y pasó sus pulgares por las mejillas de César)... te has preguntado si podrías vivir con eso?
César: podría vivir con todo menos sin ti
Victoria: podrías vivir con la idea de que seré tu mujer sin dejar de ser la de él?
César: (bajó su mirada pero tenía a Victoria firme entre sus brazos)
Victoria: crees que yo podría vivir así?
César: dame una salida por favor... (dijo en tono suplicante)
Victoria: deja de pensar en ti nada más... (hizo que la mirara nuevamente)... además yo no quisiera compartirte, no soportaría la idea que después de estar conmigo tengas que ir a estar con ella
César: (entrelazó sus manos en la espalda de Victoria sorprendido por lo que dijo)
Victoria: te soy honesta César, acaso crees que en todo este tiempo no he sentido celos?
César: (la tristeza era notoria en su mirada)
Victoria: acaso crees que no me molestaba el despedirme de ti sabiendo que irías a tu casa y a tu cama al encuentro de otra persona... (debía confesarlo todo)... o cómo piensas que me sentí cuando viajaste con ella? Realmente creíste que no me desagradaba la idea?... (rió irónicamente)... eso pensaste? Pues no! Porque entérate que yo realmente me estaba muriendo por dentro! Se miraron un instante, y sin romper el contacto de sus ojos ni el gran abrazo en que estaban sumergidos, Victoria siguió con su confesión

Victoria: (frotaba suavemente los brazos de César) no soy quien crees, estoy muy lejos de ser la mujer perfecta, y no me quiero seguir atormentando más con la sombra de tu feliz esposa... (amenazaba con llorar)... no quiero compararme con esa mujer aparentemente perfecta para ti... (lo miraba con ojos cristalinos)... no quiero seguir luchando con ella... (lo alejó un poco)... no quiero seguir con la tortura de imaginarte junto a ella en la intimidad, porque no tienes idea cómo me molesta... (se separó completamente de él y empezó a retroceder)... me molesta su nombre, me molesta su cara, me molesta que sea tu esposa, me molesta que exista! (estaba ahora de espaldas, recargando su peso en sus manos apoyadas en su tocador)... y lo peor de todo es que la víctima es ella y que yo no tengo derecho a sentirme así.
César estaba más que sorprendido con las palabras de Victoria y sólo entonces empezó a entenderla, todo en su mente pasaba como un fugaz reflejo, viéndola suspirar de pesar y de cansancio comenzó a comprender el daño que le estaba haciendo la condición de ser infiel.
César: (caminó hacia ella) Perdóname Victoria, perdóname por haberte hecho tanto daño con sólo amarte... (se acercó y la abrazó por detrás)... pero sobre todo perdóname por no haberte encontrado antes.
Victoria: (se recostó en el cuerpo de César y se aferró a sus brazos) dónde estabas César? (suspiró y cerró sus ojos dejando caer unas lágrimas) por qué Dios nos hace esto? Qué nos está queriendo enseñar?. Se quedaron por unos minutos así, César recargó su mentón en el hombro de Victoria y ella echó para atrás su cabeza y frotaba las manos de él. Y sólo entonces sus mentes empezaron a aclarar sus pensamientos y a ponerse de acuerdo.

César: (hipnotizado por su aroma buscó la manera de tomar valor) con más de cuatro décadas en este planeta espero haber llegado a conocer a las mujeres y sobre todo a entenderlas
Victoria: (seguía en su postura atenta a lo que le decía y sintiendo su cálida voz en su oído)
César: y sé que sueñan con encontrar la felicidad formando una hermosa familia casándose para toda la vida con un gran hombre... (apretó a Victoria y le besó la mejilla desde atrás)... y eso tú ya lo encontraste... (Victoria empezó a lagrimear)... y creo que mereces vivirlo
Victoria: (estaba entendiendo: César se estaba despidiendo)
César: mereces luchar por tus sueños, por tus metas, por tus hijos...
Victoria: (una fría sensación recorría su cuerpo y apretó las manos de César)
César: ellos merecen una gran familia, ellos merecen a sus padres... (Victoria lloraba en silencio recostada en el pecho de ese hombre que también empezaba a llorar)... ellos merecen lo mejor de ti y debes luchar siempre por eso mi vida... (la besó nuevamente pero esta vez en el cuello)... tienes razón en querer hacerlo y no te lo voy a impedir más... (él la apretó más contra sí)... y honestamente Victoria deseo que lo logres porque estas lágrimas tienen que valer la pena

*Si la que escribe esta historia estuviese segura que este César existe, entonces dejaría este computador, renunciaría al periódico para el que trabaja y renunciaría a este país, tan sólo por ir en su búsqueda a cualquier parte del mundo...*

Victoria: (intentó hablar pero se dio cuenta que no sería capaz por el sollozo)
César: yo más que nadie quiero tu felicidad... (dejó de presionarla y empezó a sobarle desde los codos hasta los hombros oliendo sus cabellos).... y ojalá logres volver a amarlo... (se alejó un poco pero mantenía sus manos en sus hombros)... ojalá logres olvidar lo que pasó...
Victoria: (cerró sus ojos y se mantenía quieta de espaldas a él) tenemos que lograrlo... (dijo entre sollozos)
César: si... (parpadeaba rápidamente como queriendo evitar seguir lagrimeando)... sólo que ahorita no quiero pensar, ni entender, ni nada, sólo quiero salir de aquí y olvidarme de todo por un momento
Victoria: (no quería que se fuera pero no dijo nada)
César: necesito sólo un momento a solas para asimilarlo y te prometo que no insistiré más... (besó su cabeza y frotó sus hombros)... hasta luego.

El ocaso de un amor, significativa frase que una inolvidable película lleva por nombre y que ahora representaba al momento gris que acaba de vivir la pareja de los ojos bellos.
Victoria se recargó en su tocador a llorar apenas escuchó que la puerta se cerraba. Se criticaba el no haber tenido valor de darse vuelta y verlo a los ojos, el no haberle dicho que no la dejara o al menos haberle pedido un último beso...
Y entonces recordó que nunca se había sentido así al terminar alguna relación, y se prometió poner de su parte para sobrellevar todo lo que se venía.

Tomado del foro de la madrastraCréditos a su autorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora