Él y ella no podían estar juntos, pero el destino se empeñaba en unirlos.
Ella nunca debió querer conocerlo mejor, y él jamás debió desear ver lo que había bajo esa blusa.
Sara Lombardi, una joven italiana de 21 años, universitaria, a punto de gra...
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Podría decir que desde esa noche las cosas empezaron a mejorar en mi vida y estaría mintiendo, porque ese no era el caso; desde esa noche todo lo que durante meses oculte exploto, mi relación con Gemma se fue en picada y corte todo tipo de lazo que tenía con Bruno, no obstante, con Sebastián empecé a construir una sólida y particular amistad; mi rendimiento académico se estabilizo después de un trágico y muy desastroso inicio de semestre, por fin estaba en las ultimas semanas de clase a punto de graduarme.
Aunque todo parecía que retomara su curso como debía ser, algo en mi interior no me dejaba disfrutar de la calma y la rutina que nuevamente tenia en mi vida, sentía que mi pasado se acercaba y no iba tener otra alternativa que darle la cara; los sentimientos por Sebastián no los tenía claros, la relación con mi hermana era tensa e insoportable y Bruno no me dejaba tranquila desde el momento en que decidí alejarlo de mi vida.
-Señorita Lombardi ya que esta tan distraída- dijo el profesor mirándome con molestia- podría decirme por favor ¿Cuál es la principal ventaja del derecho comparado?, que mencionamos al inicio de la clase.
-Por supuesto señor- le dije enojada, odiaba que cuestionaran mi capacidad intelectual, mis compañeros me miraban sorprendidos, mientras relataba todo lo que se suponía que el maestro dijo al inicio de la clase.
-Muy bien- dijo enojado mirándome fijamente, con el transcurso de los años y en esta carrera aprendí a defenderme en este mundo, en Italia, era normal que la mayoría de carreras legales o no que generaban poder fueran reinadas por tendencias machistas en su mayoría. El resto de la clase continúe distraída tomando de vez en cuando nota, mi móvil vibro desconcentrándome tenía varias notificaciones de mensajes que ignore, uno de ellos era de un número desconocido y algunos de Sebastián.
Idiota
Sara debemos hablar seriamente tu y yo. 10: 54 am
¿Estás bien linda? 11:25 am
¿SARA? contéstame, por favor. 13:59 pm
Rodé los ojos ignorando sus mensajes y silenciando la conversación que tenía con él, abrí el mensaje del número desconocido y un escalofrío corrió por mi columna vertebral.
Desconocido
Conejita, debo verte en el bar que frecuentas, no faltes. 14:10 pm
Ese mensaje entro hace un par de minutos, revise la hora en mi móvil y sin esperar que la clase terminara, me levanté de mi asiento y salí corriendo de la facultad, sabía lo que ese mensaje significaba, hace unos años antes de la muerte de mis padres, tome la estúpida decisión de pertenecer a una de las mafias más poderosas y peligrosas de toda Europa y no conforme en convertirme en un sicaria profesional, me enamore del hijo del líder, futuro heredero de la Bratva.
