Capítulo XXIV

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Mientras el juez saludaba a los presentes, yo arreglaba todos los documentos de mi portafolio; mi día fue toda una odisea, estuve en trámites, acusaciones y procesos desde la mañana,  le encargue a Camile el poner en venta la mansión y hacerse res...

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Mientras el juez saludaba a los presentes, yo arreglaba todos los documentos de mi portafolio; mi día fue toda una odisea, estuve en trámites, acusaciones y procesos desde la mañana,  le encargue a Camile el poner en venta la mansión y hacerse responsable de ese trabajo; Antonelli estaba con los asuntos de su boda poco podía ayudarme y por supuesto Sebastián no era mi primera opción, él estaba pasando por mucho de la misma manera que su padre, hoy tendrían que enfrentarse a la mujer con la que compartieron su vida entera.

Los primeros pasos, eran las investigaciones criminales en contra de Víctor y Celina, los interrogatorios, el debate probatorio y todo el proceso de ellos fue cayendo por su propio peso; en este momento yo no tendría mayor relevancia, hasta que la fiscalía presentara una acusación formal contra las compañías Ricci y Sebastián.

Cuando el juez dictó la sentencia en la que condenaba a Celina y Víctor a casi 20 años de prisión con posibilidad de rebaja por su buen comportamiento, el mundo de Sebastián se derrumbó, su madre estaba inestable mentalmente y sería recluida en un centro psiquiátrico de alta seguridad, ella fue cruelmente manipulada por Víctor luego de una depresión post parto, causando trastornos de personalidad múltiple.

-Es nuestro turno- le dije a mi novio, él asintió levantándose y tratando de recomponerse, lo conocía, sabía lo mucho que le estaba costando estar en este lugar y ser cuestionado, pasamos al estrado de la defensa siguiendo el mismo procedimiento; sin embargo, no permití que mancharan el buen nombre de la familia Ricci por culpa de la madre de la familia y de un criminal de baja ralea como Víctor.

No permití que pusieran en duda la buena honra y el trabajo de mi novio; él orgulloso de mi, me sonrió, me sentía afortunada de tener la oportunidad de ser quien limpiara su nombre ante todos, nadie dudo de mi dureza, al final la última decisión la tenía el juez que empezó a relatar su sentencia final, estaba tan nerviosa que ni siquiera escuché todo el palabrerío que siempre dicen al final.

-Por lo tanto, se absuelven los cargos de las compañías Ricci, desmeritando la acusación de la fiscalía, no obstante, un asesor legal tendrá que auditar durante un año las revisiones correspondientes a sus ingresos, los cargos se notifican por estrados para alguna objeción o recurso- dijo el juez- ¿la defensa? - me pregunto.

-Sin recursos su señoría- dije con una gran sonrisa en mi rostro, quería gritar y saltar de la felicidad, esto era un gran logro para Sebastián y era un impulso para mi carrera profesional, la fiscalía tampoco presento ningún recurso y se dio por finalizado por fin este martirio, Sebastián estaría en paz y por fin su nombre no sería cuestionado.

-Felicitaciones abogada- dijo el fiscal estirando su mano, Sebastián entrelazo su mano con la mía, a pesar de eso pude responder el acto cordial del fiscal- para ser tan joven y ser mujer en este mundo- dijo él refiriéndose a lo machista que era el mundo legal- es todo un tiburón- dijo él con una sonrisa llena de hipocresía.

-Se lo agradezco, usted también hizo un gran trabajo- dije con una sonrisa profesional, recibir halagos de personas veteranas en este mundo me hacía sentir bien y que todo mi esfuerzo estaba recibiendo los frutos que sembré, mi vida estaba tomando el curso que tanto soñe.

Enamorada De Lo Prohibido ( #1 Saga Amor prohibido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora