* * *
(...) Fue mi sorpresa y mi improvisación, la excepción a toda regla. (...)
* * *
FLASHBACK
Tomó un gran sorbo de agua humedeciendo cada punto de su paladar. El fondo cristalino del vaso golpeó seco el vidrio de la mesada y el filo del cuchillo volvió a hacer su labor cuando el corazón de la fruta sobre el tablero fue cortado justo por la mitad. Otra vez el mismo ritual, necesitaba algo fresco y dulce en su boca para calmarse un poco las ansias y pensar con más claridad. Volvió su vista al reloj en la cocina, la figura laminada marcaba en números rojos las 4:15 de la tarde. Escuchó conmoción y risas a las afueras de la habitación, supuso que los demás deberían estar festejando un poco las vísperas al cumpleaños de Mónica, y aunque aún era de día, el alcohol nunca se echaba de menos en ese reformado monasterio.
Probó par de trozos del melocotón y se recostó a la loza en su espalda mientras mordía la fruta entre sus labios, le hubiese apetecido algo un poco más ácido y reaccionante, como una cereza quizás, pero no estaban en temporada y debía apañárselas con lo que encontrara en la nevera. Desde hace tiempo que se comportaba un poco distante con todos, más bien desde que había tenido esa discusión con Sergio, hace cinco días para ser más exactos. A pesar de haber tenido esa conmovedora charla con Nairobi aquella tarde, y de que lo tenía tan tentador a cada momento en el salón de las clases, las únicas palabras que compartían eran las que tenían que ver directamente con el plan del atraco u otra cosa necesaria que se les presentara, pero fuera de eso eran como dos desconocidos.
Por supuesto que lo peor de todo era cuando llegaba la noche, ya que él ni siquiera se había quedado en la habitación, sino que había preferido mudarse a otra antes que intentar solucionar el problema, y eso era algo que la enfadaba mucho más. Pues la culpa no era de ella, por lo que el peso de disculparse no recaía en sus hombros, pero aún así se guardaba diario rencor a sus propios sentidos por querer ir corriendo a sus brazos cada vez que lo veía y dejar todo mal en el pasado, porque eso ocasionaba él en ella, que siempre quisiera buscar un pretexto para inocentarlo. Pero no esta vez, se repetía en su subconsciente, debía ser él quien se acercase, o quizás el modo más sencillo estaba frente a sus ojos y aún no lo alcanzaba a ver, de cualquier forma había algo que estaba claro y era que necesitaba despejar un poco su mente, o al menos tomar aire fresco.
Salió al patio y masculló frotándose las manos al recibir las corrientes de aire frío en su cuerpo. Se abrazó a sí misma cuando se percató del abrumador frío que hacía para su top tan ligero. Hizo una mueca de decepción viendo todo el camino que necesitaba recorrer de vuelta para poder coger algún suéter o cover en su habitación, por lo que trató de convencerse que un poco de frialdad no la mataría. Rasgó un poco sus ojos contra la claridad del resplandor que bloqueaba su vista, y pudo divisar a duras penas la figura lejana de algunos de sus compañeros a la entrada del área disfrutando de risas y botellas pegadas a sus bocas mientras continuaban hablando eufóricamente. Debía caminar un poco de tramo, pero todo sea por despejar su mente.
La suela de sus plataformas negras en forma de bota hicieron un sonido seco contra el cemento del suelo cuando comenzó a caminar lentamente. Llevaba los brazos cruzados sobre su pecho y los ojos achinados mientras el viento movía su cabello hacia atrás. Lógicamente la línea del horizonte se volvía más visible, y el grupo de personas mucho más cercano, aunque cuando pudo acercarse mucho más de repente sintió una sensación que le hacía pensar en que quizás ya no deseaba tanto estar en ese sitio, sino que por todo lo contrario, solo pensaba en tenderse en una cama a leer un libro o a inflarse a helado de chocolate porque no se le ocurría un plan mejor para desahogarse. Quizás fue el hecho de no encontrar a Sergio disfrutando ahí con los demás, o de la algarabía que destilaba el ambiente, pero lo que veía claro en esos momentos era que una celebración se volvía cada vez más una idea menos placentera. No es que no le apeteciera entregarse un poco al alcohol, sino que para hacerlo debía mostrarse primero con ánimos y deseos de festejar, y la verdad era lo último que le apetecía.
ESTÁS LEYENDO
/ 'El Diario de Marquina' / Serquel_Au_Fanfiction / Sergio&Raquel_from_lcdp
Fanfiction❤ Serquel Fanfiction ❤ Sergio y Raquel_from_lcdp - ¿Estás celoso Ángel? Este bajó la mirada y respiró profundo. Sentía toda la sangre de su cuerpo concentrarse en sus puños y el pecho ardiéndole como llama. - Ese capullo amaba a Raquel, la amaba d...