El alfa más codiciado y arrogante de Paradis cometió un pequeño desliz al verse involucrado con Eren un omega universitario que cambiará la vida de ambos tras una inesperada sorpresa que desata un caos en Levi ¿pero qué puedes esperar de un alfa que...
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{Eren}
Conforme los días pasaban terminé por olvidarme de Levi y lo que fuera que estuviese haciendo, su ausencia era lo que menos me preocupaba ahora estaba solo enfocado en mi bebé, en los tres meses de la ausencia de Levi el embarazo había avanzado bastante ahora mi vientre se encontraba algo abultado y me fascina hablarle al bebé incluso en las consultas con Hanji ella expresaba su emoción ante lo bueno que todo iba marchando.
-y bien Eren ¿ya pensaste un nombre parea el bebé? -preguntó Farlan sentándose junto a mi
-tengo muchos en mente pero esperaré hasta que nazca, decidí que fuera una sorpresa lo que fuera el bebé, solo Hanji sabe su sexo y no por mas que insistas no te dirá que es
-me alegro que todo esté marchando bien
De alguna manera Farlan y yo terminamos por encontrarnos en una de las veces que tuve que ir a la consulta así que de nueva cuenta le había vuelto a mentir diciendo que había regresado hace poco tiempo y el se ofreció a pasar tiempo conmigo para que Isabel estuviera al pendiente de la cafetería. Mi madre ya se había enterado pero por el momento no podía venir de visita.
-si, cuando nazca será un bebé lleno de amor -llevé mi mano hasta mi vientre y al sentir un movimiento proveniente de el tomé la mano de Farlan y la llevé hasta el lugar donde había sentido el movimiento- en todo este tiempo no había pateado cuando te encontrabas cerca
Al sentir otro movimiento, Farlan sonrío y comenzó a acariciar mi vientre, sus manos descendieron de manera lenta hasta mis caderas y su rostro se acercaba peligrosamente al mio, nuestros labios estaban a punto de rozarse cuando el inconfundible olor de las feromonas de Levi llegó a mi nariz dejándome asustado en mi lugar.
La puerta se abrió de una manera demasiado lenta, Farlan no le estaba tomando importancia y se empeñaba en quitar el espacio entre nuestros rostros, al ver el rostro de Levi del otro lado de la puerta me hizo palidecer nunca lo había visto tan molesto, al ver mi cara de susto enseguida miró en dirección a la puerta, tragó en seco ni el ni yo nos esperábamos la repentina llegada de Levi.
