Capítulo 25: Cenizas

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El reloj de pulso holográfico vibra con delicadeza sobre la mesita de noche.

El cuarto estaba cubierto por paredes negras y unas cortinas de suelo a piso que hacían juego. La única luz que reflejaba la habitación era la del holograma; se había habilitado el espacio con el único objetivo de no permitir el paso de la luz por ningún motivo.

Porque dolía, dolía como la mierda.

Aquel rayo que él mismo había lanzado más un mes atrás le hirió parte de su pecho, de su cara y de su ojo. Ahora el cuenco onix estaba tintato por la mitad en un azul índigo casi blanquecino, dando la pequeña ilusión de que estaba ciego, y puede que no fuera así, pero si había afectado un treinta por ciento de su visibilidad. Kylo Ren apenas y había sobrevivido, no sólo a causa de la onda eléctrica, sino también por el disparo de blaster a manos del hijo de puta de la resistencia.

No solo se habían llevado parte de su vitalidad, también se habían llevado una parte de su corazón-De lo último que le quedaba.-haciendo que el afecto que le tenía a su alumna se fuera al fondo de la galaxia.
Todavía sentía ese pesar en su pecho, cada vez que recordaba a la chica, a pesar de que se había hecho a la idea de que no volvería y de que él jamás sería capaz de perdonarla. Rey había perdido la oportunidad de hacer una vida a su lado y puede que no fuese la mejor vida, él era Kylo Ren joder, no sabía lo que era el amor ni mucho menos el romance, pero estaba dispuesto a intentar esas tonterías sólo por ella. Por su chica del desierto. El rechazo había sido demasiado para Ren, él no estaba dispuesto a perder el orgullo por nadie y, sin embargo, se vió débil rogándole que se quedara, que formara una clase de extraña relación. Que imbécil había sido.

-Qué patético.-Dice con repulsión tintando su ronca voz. Está acostado en la enorme cama de sedas negras, con una mano sobre sus ojos, cuidando que no pasara el más mínimo vestigio de luz.

Kylo Ren había sido débil, pero ya no más. Ese era el cierre de una etapa, el renacer del mal y el único heredero natural de Darth Vader. Era el mata-jedi, un asesino implacable y sin corazón que podía asesinar sin distinción, no importaba que fueran niños, mujeres o ancianos, él no era blando.
Y ahora tenía algo a su favor, el lado oscuro de la fuerza lo había arropado por completo. El odio, la venganza, todo formaba un conglomerado de emociones negativas que avivaban su poder y su fuerza, era imparable. Por eso su casco clásico fue modificado en su letargo con detalles rojizos, las fieras grietas corrían de un lado al otro de la máscara dándole ese toque más oscuro y desequilibrado. También tenía ese sable doble de la carroñera y el suyo propio. Decir que no modificó el sable de su compañera sería una mentira; había presionado al cristal a un punto que el rojor era tan intenso, casi en color vino. Se había quedado muy satisfecho con el resultado porque ¿Era él el dueño, verdad? Él había recolectado ese valioso cristal gemelo en su adolescencia. Por derecho le pertenecía y no podía negar que tener una parte de Rey tan importante como su arma le causaba un bienestar tremendo, un gozo inexplicable al verla indefensa. Se lo merecía, por traidora.

El único problema en su vida actual era que al haber cerrado su vínculo, su desgaste era mayor. No podía dormir bien, las pesadillas lo atacaban todas las noches y el apetito se había escapado de sus manos. Le estaba afectando como la mierda; se sentía muy desbalanceado, oprimido, como si necesitara algo más para poder vivir en armonía consigo mismo. Ese maldito vínculo lo estaba matando, quería regresar al tiempo en el que no había despertado, en el que sólo era el maestro de los caballeros de Ren. Nunca pensó que aceptaría esa verdad con tanta facilidad, Kylo Ren necesitaba a Rey, pero no sabía si Rey necesitaba a Kylo. Suponía que jamás lo sabría.

••

-Líder supremo.-Habla Hux cuando Kylo se sitúa a su lado, justo en el ventanal del Supremacy.

𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐔𝐏𝐑𝐄𝐌𝐀𝐂𝐘 | 𝐑𝐄𝐘𝐋𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora