🐱🐱🐱

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Nombre.

Se había levantado. No por su alarma, si no por tres cosas. La primera, unas terribles patadas que Valt le había soltado en el estómago. Si bien conocía a su amigo, sabía que era de esas personas que te muelen a golpes cuando duermen. La segunda, algo estaba enterrando sus uñas sobre su cabeza y dudaba que fueran las manos de Valt pues, principalmente, él las tenía retenidas con las suyas y segundo, eran mucho más ligeras que eso. Al ver al gato subido en su cama mirándolo desde la cabecera fijamente, lo asusto a tal punto que se levantó inmediatamente. Y por último pero más importante, un potente sonido que venía desde el living, sip, estoy hablando del teléfono.

Se paró con cuidado de no despertar a su amigo y en el camino tiro al minino de la cama, aunque esté volvió a subirse está vez para molestar a Valt, jugando con su cabeza y dando algunos mimos  en la cara del niño. Soltó un bufido y continúo su recorrido hasta la mesita dónde esperaba el aparato.

Atendió la llamada.

—¿Hola?— contesto somnoliento.

—¡Shu!— escucho un grito al otro lado que lo hizo apartar la bocina y le quitó el poco sueño que le quedaba. Cuando todo se calmó volvió a acercarse. Sin dudas Valt había heredado los pulmones de su madre.

¿Señora? Buenos días...— saludo cordialmente, para ese entonces no se había dado cuenta quien estaba en el umbral de la puerta de su habitación, con la bola de pelos en sus brazos y restregando una mano contra su ojo.

—lamento molestarte tan temprano— dijo dejando de lado el saludo —¿Valt está contigo? Ayer no llego a casa, estoy muy preocupada...

Al escuchar esto Shu dirigió una mirada fulminante al menor, quien sudo frío y alzó las manos en señal de paz.

Continúo con la llamada luego de soltar un suspiro —. Si, está conmigo ahora....

—muchas gracias, Shu —suspiro aliviada —ahora, ¿Puedes pasármelo? Necesito hablar con él — dijo lo más amable que pudo, tratando de reprender los gritos de frustración. Ese niño le sacaría canas.

El albino le hizo una señal para que se acercase, una vez listo, le entrego el teléfono y él camino a la cocina para preparar el desayuno, seguido del gato, quien a penas escucho el primer grito decidió irse de ahí.

—¡Valt Aoi ¿Puedes explicarme qué te he dicho sobre llamar?!— exclamó su madre muy enojada —, ¡Me preocupaste mucho! ¡Pensé que te habían secuestrado!

Shu soltó una risa.

—lo lamento... Ayer se hizo tarde y-

—esta bien, no importa. ¡La próxima vez llama! ¡Para eso tienes celular! ¿Está bien? ¡Casi me da un infarto cuando no te Vi llegar por esa puerta! — dramatizó la mujer claramente ofendida.

—lo siento, mamá.

—esta bien, disculpa aceptada— la mujer soltó un suspiro pesado.

—mamá... ¿Podría quedarme en la casa de Shu unos cuantos días...? — pregunto nervioso por la respuesta. Estaba casi seguro que después de lo que hizo le dirían que no.

Shu escucho la petición, después de todo, el departamento era suficientemente grande/pequeño podías, escuchar cualquier cosa. En el fondo el también quisiera que la respuesta a esa pregunta fuera un si.

—no...

—¡Pero-...!

—sin peros, estás castigado. La horrible sensación que me hiciste pasar ayer... ¿Enserio creíste que diría que si? Por supuesto que No , jovencito— respondió firmemente la mujer.

¡ᴍᴇᴏᴡ! [Shu/Valt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora