🐱🐱🐱🐱🐱

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Esto va para todos los que se pregunten que hizo el gato toda la santa mañana.

—¡Adiós!—grito el chico saliendo del apartamento, junto con Shu quien le lanzó una mirada de advertencia si rompía algo.

Antes de irse Valt había preguntado si tenerlo solo en la casa del albino era buena idea; si, si lo era.

Para el gato al menos.

"La verdadera pregunta..." Pensó el felino "es si será seguro tener todas estas cosas encerradas conmigo" .

Un fuerte estruendo se escuchó en la habitación. Para cuándo ellos llegarán, el chico le daría veneno a comer seguramente.

Se bajó del mueble en un salto, cayendo sutilmente en el piso. Se movió en sus cuatro patas y le dió el décimo recorrido del día a toda la casa, parando de a ratos a la ventana, mirando, si de casualidad, ellos dos estaban cerca.

A veces, estar solo no es tan divertido. Extrañaba los comentarios que aunque estúpidos, divertidos del chico de la diadema, y los sermones que le daba el otro que por más que sonarán molestos... Tenían un toque de dulzura.

"Lo que el oído humano no puede hacer..." Pensó de repente recordando algo. "Bueno, seguro y se dan cuenta".

Entro a la habitación donde ambos habían dormido al rededor de dos noches y se subió en ella para dormir un rato. Sin embargo las fotografías cercanas al colchón, más exactamente, en la mesita de noche, lo hicieron detenerse.

Se mostraban ambos jóvenes desde niños, casi siguiendo una línea del tiempo. Primero un par de infantes que sonreían a la cámara con la inocencia propia de esa edad; luego ambos, sin embargo, uno de ellos tenía una mirada nerviosa; y así sucesivamente hasta nada más mostrar la vacía e inhóspita soledad del albino.

"Ah... Ya veo" pensó y se acurrucó para dormir, preguntándose, si debía o no preocuparse por ambos.

O nada más por uno de ellos.



La puerta sonó, seguidamente de los pasos de muchas personas entrando en el pequeño espacio. Alcanzó también a escuchar un suspiro pesado que muy conocido ya tenía.

Entonces salió de habitación para recibir a su dueño con un complejo de mimos hacia el. Pero una cara irreconocible hizo que detuviera sus pequeñas patas.

"¿Y este?" Frente a él un rubio de mirada zafiro tenía la vista fija en su delgado y pequeño cuerpo.

¡Shu!— escucho que decían y rápidamente paso su mirar rojizo a la personita que venía para abrazarle.

¿Shu?— pregunto el rubio mirando al albino que en la cocina ya preparaba la comida para invitar a los demás. El chico alzó los hombros y continúo lo suyo con resignación.

—es su nombre—explico Valt más calmado ya con el gato sobre sus brazos—. ¡Conozcan al nuevo integrante de la familia!—anuncio y alzó al gatito como se muestra en la película del rey León.

—¡Jajaja! ¡Si se parecen! —espeto audaz acercándose al minino—. Hola pequeño.

El gato le dedicó una mirada de aburrimiento y extrañes, una especie de combinación entre ambas emociones.

—reconocería esa cara dónde fuera—continuo Wakiya sonriendo.

—¿Ese es el gato que nos estabas ofreciendo?—interrogó Daigo con las manos en los bolsillos.

¡ᴍᴇᴏᴡ! [Shu/Valt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora