Capítulo 3

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Thomas me esperaba afuera de mi salón, bajamos las escaleras y salimos de la escuela. Me tomo de la mano y me llevo a mi casa, de camino estubimos hablando sobre como nos habia ído en el día, yo le conte todo lo sucedido con la maestra de Física y el me contó sobre sus clases, las cuales me dijo que estuvieron super aburridas.

Estábamos en la entrada de mi casa, y yo estaba sacando las llaves.

-Bueno...hemos llegado -me dijo con una sonrisa.

-Si...

-Oye ¿Y si paso por ti mañana? Digo, para irnos juntos.

-Si quieres -le dije.

-No, es si quieres tú -me dijo, mirándome a los ojos.

-Si, si quiero.

Nos despedimos con un beso en la mejilla, después de eso entré a casa, y cómo siempre, no estaban mis papás, sólo mi hermano de 14 años el era todo un bipolar y eso se debía a su adolescencia.

-¡Sergio! ¡Ya llegue!

-Y luego -me contesto desde las escaleras.

-Uuy... perdón, pero ven, saludame -le dije a mi hermanito el bipo.

Bajó las escaleras y me saludo, le pregunté por Melissa, nuestra nana y me dijo que había salido a comprar un poco de verdura para la comida. Si, tenemos una Nana ya que mis papás trabajan tanto que no tienen tiempo para nosotros, por eso y mas estoy muy resentida con ellos, pero en fin, mi hermano esta a mi cargo, es como mi hijo yo le ayudo a las tareas al igual que Melissa, trató de estar con él el mayor tiempo posible, pero nada recompensara ese resentimiento que tenemos los dos. Se abrió la puerta y era ella, Melissa.

-Ya llegue chicos, vengan ayúdenme con estás bolsas -nos dijo, y claro que le ayudamos, porque apenas si podía con ellas.

Mi hermano subió a su recamara mientras yo le ayudaba a Melissa a acomodar la verdura, sólo deje afuera la que ocuparía, que eran pepinos, lechuga y limones.

Melissa, ya estaba un poco grande, tenia 56 años, el proximo Miércoles, 3 de Diciembre cumpliría 57 años y tenía el regalo perfecto para ella, un viaje a su bonito San Miguel de Allende, Gto. Su lugar de origen, sé que lo disfrutará demaciado.

-Bonita -así era como yo le llamaba. -¿Que tienes planeado para tu cumpleaños?

-La verdad es que nada Sia -me contesto con un tono un poco triste.

-Que te parece si nos vamos a comer, Sergio, tu y yo.

Le sugerí, pero mi plan era hacerle una maleta y esconderla en la cajuela de mi carro y llevarla al aeropuerto.

-Me parece una buena idea.

Termine también ayudándola a hacer la comida; estaba haciendo Pechuga empalizada con espagueti y una ensalada, la comida favorita de mi hermano.

-Iré a hablarle a Sergio -le dije a mi Bonita.

Subí las escaleras y toque a la puerta de mi hermano, le dije desde afura que ya bajará a comer, después fui a mi habitación, dejé mi celular, mi mochila y las llaves. Fui a mi propio baño que tenia en mi habitación, obvio no ahí conmigo estaba en otro cuarto, pero sólo había una puerta y estaba en mi habitación. Es lo único bueno que tengo, bueno, aparte de mi hermano y Melissa.

Bajé y mi hermano ya estaba sentado juntó con Melissa, me incorporé a ellos y comimos.

-Y bueno chicos ¿Como les fué en la escuela?

-Ami mal, la maestra de Historia nos hizo examen bimestral y estubo pesado. -dijo Sergio.

-Pues esperó y no repruebes eh jovensito...

-Claro que no va a reprobar ¿Verdad Sergio? -le preguntó Melissa.

-Obvio no, hermanita...

Cuando me dice hermanita, no sé, pero me agrada. Hacia mucho tiempo que no recibía alguna cariño ajeno, familiar. Yo era de ésas chicas que le gustaba que le prestarán atención, que su mamá le preguntará ¿Cómo te fué? ¿Cómo estás?. Por eso ahora soy un poco fria, excepto con la gente que me aprecia de verdad, con ésa gente soy cómo de verdad soy, una chava muy linda, divertida y carismática y eso es muy poco, porque de verdad soy una chava con buenos sentimientos.

Pero ahora con la ausencia de mis padres, la falta de cariño y la falta de atención, la vida me ha hecho ser cómo no soy, como alguien que sería en lo ultimo que pensara en ser si fuera una chava querida de verdad, pero no, soy una triste chava de 17 años que llora por las noches por la falta de amor.


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