Capítulo 22

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Ya arreglada, baje a tomar mi desayuno. Eran exactamente las 6:45am. Camine por el extenso pasillo hasta dar con las escaleras, bajé dando pequeños saltitos; lo sé, ahora mismo parezco una niña de 8 años. Cuando llegué al comedor, ya me esperaba un delicioso manjar, hecho por mi Bonita.

A noche había tomado la decisión de llamar a Manuel, espero que aún me recuerde, de no ser así...la verdad es que no sé que haría, lo principal es que no asistiría al baile de Navidad. Comí delicioso, si fuera por mi seguiría comiendo hasta más no poder, pero lamentablemente, se me hacía tarde y no podría llegar tarde a Biología.

-¿Has terminado? -preguntó mi mamá, sobresaltandome.

-Si, mamá...¿puedes llevarme? Por favor.

-Por supuesto que si, cariño -hizo una puausa, por un momento creí que ya había terminado nuestra pequeña conversación-. ¿Ya estas mejor?

-Si, ayer pensé con claridad las cosas...y llegué a la conclusión de que no puedo obligarlo a que me amé.

Y era verdad, más aparte de pensar en Manuel, había pensado en Thomas; no podía obligarlo a que me quisiera de la misma manera en la que yo le quiero a él, si él no me quiere, tengo que aceptarlo y seguir con mi vida, no puedo quedarme atascada para siempre en ello...

Varios minutos después ya me encontraba camino a la escuela; lo que me hizo pensar en Janeth, la necesito, necesito de sus consejos, de sus regaños, de su consuelo, simplemente necesito a mi mejor amiga a mi lado, la necesito.

-Llegamos -dijo mi madre una vez estacionó en carro en la vereda, enfrente de la escuela-. Ten un excelente día, Sia.

-Gracias por traerme -le dije, mientras salió de su carro que estaba impregnado de un olor a café de un Starbucks, si, mi madre se detuvo antes de llegar a comprar su café, a ella no le importaba si yo llegaba tarde, ese pensamiento me hizo reír-. Nos vemos al rato.

Y sólo observe como el carro de mamá se alejaba, directo a su trabajo.

Me adentré en la estúpida escuela, lo siento...pero ahora sin mi mejor amigo a mi lado como cada mañana lo estaba, ahora la escuela me parecía estúpida.

-¡Sia! -aparte de escuchar mi nombre, escuché risas venir de una maldita rubia, era la maldita de Jenny.

-¿Que quieres? -pregunté sin mostrar interés alguno.

-¿Es cierto que le declaraste todo tu amor a Thomas? Perdón, mi Thomas -enfatizó la palabra mi.

-¿Quién te lo dijo? -pregunté, esta vez exaltandome un poco.

-Él mismo me lo ha dicho, así que es obvio que es cierto...no lo hizo para ponerme celosa -y soltó una carcajada-. Como también es obvio que Thom jamás va a quererte como me quiere a mi, jamás va corresponderte como lo quisieras, no te va a besar con sus labios tan mágicos...

Y eso fue todo lo que alcanzó a decirme, porque le solte una bofetada que hizo que volteara la cara y se le pusiera roja la mejilla.

-¡Ers una maldita hija de...- y en ése momento llegó Thomas, y mi cuerpo se paralizó, mi corazón latía a mil por hora, mi estomago se revolvió, creo qu eran la típicas mariposa...

-¿Qué es lo que pasa aquí? -preguntó Thomas.

-Tu estúpida amiguita me ha golpeado...-y en ese momento Thom me miró, nuestras miradas chocaron, y me puse más nerviosa de lo que ya estaba. Jenn abrazo a Thomas, pero él no me quitaba la mirada de encima por lo que se la sostuve, hasta que me sentí algo incómoda al ver como Thomas abrazaba a Jenn, fué un doloroso golpe a mi corazón, di media vuelta y me alejé lo más posible de ahí; no quería estar cerca de un amor que jamás sera correspondido. Sin sentirlo, ya estaba en mi clase correspondiente, busque algún lugar vacío en el cual sentarme y pensar que estúpida vida llevó. Amando a lo imposible.

Saqué mi móvil y le mande un mensaje a Manuel.

Sia, 7:10am.
Hola, espero espero que tengas un excelente día y que aún me recuerdes
Quisiera pedirte un favor...

Y casi al instante, Manuel respondió.

Manuel, 7:12.
Hola Sia, ¿como crees que te voy a olvidar?
Claro, lo que me pidas.

Sia, 7:16.
¿Si tu quisiera acompañarme al baile de mi escuela?

Y no contestó, tal vez no quiera, pero al menos se hubiera tomado la molestia de decirme que no.

-Hola, Sia -y esa voz le hizo palidecer por completo, no recordaba que compartía esta clase con él. Y lo malo es que esta maestra te deja pasar tarde, así falten 5 minutos, ella te deja pasar.

-Thomas, no...-negué con la cabeza, estaba mirando en otra dirección-. Sólo aléjate, por favor.

-Eres mi amiga, y quiero hablar de lo que me dijiste ayer.
《Lo que me dijiste ayer》pensé, pero yo ya no quería hablar de eso, me dolía mucho el recordar cómo Thomas se había alejado, sin importarle nada.

Sin importarle yo.

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⏰ Última actualización: Jul 14, 2015 ⏰

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