Capítulo 13

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Estube con Andrea toda la mañana y parte de la tarde, en el almuerzo, llegamos dónde estaban mi mejor amigo y Jenn, pero la muy maldita se fué, llevándose a Thomas. Lo bueno es que a la salida me llevará a mi casa.

Ya lo estaba esperando en la entrada diez minutos antes, pero pasaron 20 minutos, y el no llegaba, luego otros 10 minutos. No llegó. Camine a casa yo sola, estaba a mitad de camino, cuando alguien me llama.

-Sia -me saludo el estúpido de Ernesto.

-¿Que quieres?

-Que me digas que tal beso.

Le solté una bofetada en su maldito rostro y éste reaccionó muy mal, me aventó hasta chocar con una pared, después, puso sus malditos labios en los míos, trataba de aventarlo, pero era inútil, me sentía asqueada, luchaba en balde, mis esfuerzos por librarme de sus brazos era igual de inútil.

-¿Beso bien? -su maldita pregunta me hizo enfadar más de lo que ya estaba, del coraje, se me salio una lágrima.

-Eres un imbécil.

Mis única esperanza era que alguien apareciera y me quitará de encima a este estúpido. Siguió besándome, preguntándome que tal lo hacía. Una idea sacada de una película salió de mi mente: pateralo entre pierna. Era una idea absurda, pero la desesperación que sentía, el asco, terminé haciéndolo. Se dobló en dos y lo que hice también, fue patearlo una vez más, salí corriendo hacia mi casa que ya no estaba lejos. Abrí y entre, me sentía a salvo, la protección de mi casa, no lo pensé dos veces: tome mi celular y le marque a Thomas.

-Hola Sia, perdón por no pasar...

-¿Perdón? -estaba que echaba fuego, no le hable, le grite. - Por no pasar por mi, me encontré al imbécil de Ernesto, y éste me estampó contra una pared y me besó a la fuerza -salió la primera lágrima.

-...¡ese imbécil! Esto no se va a quedar así, Sia,  le voy a dar en la...

Esas fueron las últimas palabras que escuché, porque después colgó.

Estaba desesperada, no sabía si ir a buscar a Thomas o esperar. Mi única opción que tenía, era marcarle a Jenn. Y lo hice.

-Jenn ¿Está Thomas contigo?

-Mira, no quiero que me vuelvas a hablar, no pensé que fueras así Sia, pero no, no está conmigo, pensé que ya lo estabas convenciendo de alejarse de mi -eres una estúpida, pensé.

-Pues tu eres una maldita roba amigos.

-No te hagas, si bien que lo quieres como otra cosa, no como tu "amigo". No soy estúpida, me eh dado cuenta de cómo lo miras, como sólo quieres estar con él.

-Si, si eres estúpida. Maldita sea la hora en la que llegaste.

Le colgué y me dispuse a ir a su casa. Jenn, en tan poco tiempo se dio cuenta de lo que sentía yo por Thomas. Maldita. Tengo que ir a su casa y averiguar que ha pasado. Tome mi celular y salí de mi habitación, baje las escaleras y abrí la puerta de la entrada. Thomas se dejó caer, al parecer, estaba a punto de tocar, vi su rostro y estaba sangrando de una ceja, y aparte tenía el ojo morado.

-Lo eh puesto en su lugar.

-Thomas, no tenías por que hacerlo -lo ayude a levantarse. -Ven, te limpiare la cara.

Lo llevé a mi habitación, lo ayude a sentarse en mi cama y fui por un trapo, humedecido, fui de nuevo con Thomas y empecé a limpiarle toda la sangre que tenia, empecé por su ceja, se quejó varias veces, pero tenía que aguantar.

-Gracias. -le dije a mi mejor amigo.

-Para eso soy tú amigo, para defenderte de los demás.

Nos miramos a los ojos por unos segundos, después, sin pensarlo bien, me acerqué suavemente, y lo besé.

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