Capítulo 8

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Para Zahara su hermano era como un padre para ella pues debido a que su verdadero padre se fue cuando ella tenía apenas 7 años y su hermano 22, él se prometió a sí mismo criar y protegerla como si fuese su propia hija porque siempre estaba junto a ella apoyándola y haciendo que ella se sintiera la niña más especial de todas.

–¿Qué pasa? ¿Qué haces aquí?

Zahara se acercó a él preocupada por su semblante, él se levantó del sillón y dijo...

–Zara, mamá y Olivia están de emergencia en el hospital– contestó él cabizbajo

–¡¿Qué?! Pero ¿Qué pasó?

–fue un accidente automovilístico, ellas regresaban del viaje y el otro conductor que venía a alta velocidad se les cruzó y, y ya no pudieron esquivarlo

Después de eso nadie dijo nada pues Zahara se había quedado sin palabras y sin saber cómo reaccionar y su hermano solo esperaba alguna reacción de ella, y Sebastián pues realmente no sabía qué hacer.

–todo esto es pura mierda– dijo Zahara fríamente – todo y todos son una mierda– agregó y una sola lágrima bajó por su mejilla

Ella corrió hacía su habitación y se encerró en ella colocando el seguro a la puerta. Entró en ella un sentimiento de desesperación, y comenzó a tirar todo lo que se encontraba cerca de ella, quebró todo las figuras y frascos de cristal que tenía en su habitación, ella se sentía fuera de sí en ese momento, de pronto dejó salir un gritó en el que se pudo notar todo ese dolor y desesperación que tenía en su alma, después de ese gritó se largó a llorar desconsoladamente.

Mientras tanto abajo. Sebastián quiso ir detrás de Zahara pero el hermano de ella lo detuvo

–deja que qué se desahogue primero– dijo poniendo una mano en el hombro de Sebastián para pararlo– mi nombre es Fabián soy el hermano mayor de Zahara, ¿Tú quién eres?– dijo volviendo a sentar en el sofá

–mucho gusto, yo soy Sebastián y soy el... Mejor amigo de su hermana–dijo con voz temerosa

–oh, recuerdo que mi hermana me habló un poco de ti. Gracias por apoyarla y hacerla feliz, porque te aseguro que ella es muy feliz contigo lo sé por cual no habla de ti

–para mi es un placer estar en la vida de Zahara y hacerla feliz es uno de mis propósitos diarios

–espero que así siga siendo, porque ella te quiere, de verdad lo hace

–lo sé

–y tú que sientes por ella , digo, se que son amigos pero en realidad ¿Qué es exactamente lo quiero en sientes por ella?– preguntó sacando su papel de hermano celoso y protector

–b-bueno... Yo...– Sebastián tenía los nervios a flor de piel, dejó salir un suspiro– sinceramente yo estoy perdidamente enamorado de Zahara

–felicidades, te has fijado en una gran mujer

–si y...– Sebastián no pudo seguir hablando pues fue interrumpido por un grito que obviamente era de Zahara

–ve, con ella. Has que se tranquilice y dile que yo la llevaré al hospital cuando esté lista, estaré en mi casa– dijo despidiéndose y salió de la casa para ir a la suya

Sebastián rápidamente se dirigió a la habitación de Zahara y pudo oír el llanto desconsolado de ella, quiso entrar pero la puerta estaba trabada con el seguro.

–Zara, cariño déjame entrar por favor

No hubo respuesta, solo llanto.

–linda yo solo quiero ayudarte quiero estar contigo en esto–dijo suspirando– yo sé que todo esto es muy difícil para ti pero yo te ayudare a superarlo. Me rompe el corazón oírte así– dijo soltando una sola lágrima– solo ábreme porfavor

Y al fin su petición se cumplió. Al entrar Sebastián pudo divisar el desastre y todos los pedacitos de cristal y vidrio regados por el piso y la alfombra. Zahara tenía sangre en sus manos y unas cuantas gotas en su ropa seguramente al quebrar todo se ha de haber hecho las cortadas.

Sebastián rápidamente la abrazó y ella nuevamente rompió en llanto.

–sshh, todo se solucionará pero te tienes que tranquilizar pequeña– dijo Sebastián acariciando su cabello

–mi vida es una desgracia, soy una miserable. Soy una mierda de persona, yo ya no quiero esto yo yo...–dijo ella entre el llanto

–claro que no, tú eres la persona más maravillosa del mundo, no digas tonterías. Eres la mejor persona, la más hermosa, la más importante, eres la reina de mi vida Zahara– explicó él aún abrazándola– siempre estaré contigo

–gracias, tú eres el único que tiene el poder de transmitir esa tranquilidad que tanto necesito–dijo disminuyendo su llanto– nunca me dejes porfavor– dijo levantando su mirada hacía los ojos de él

–nunca lo haré. Ahora te tranquilizaras por completo y después irás con tu hermano al hospital ¿Okay?

–okay, pero... Quiero que... Quiero que tú vengas conmigo porfavor

–Zara, no sé cómo reaccionaría tú familia y...

–no importa, lo que digan ellos no importa, yo solo quiero que tú me acompañes

–bueno, me arriesgaré a que me asesinen solo por ti– dijo dramatizando todo y ella soltó una risita, él sonrió al cumplir su objetivo

–ven, primero tengo que curarte esas cortadas– dijo llevándola al baño

–ay no, eso dolerá demasiado– protestó haciendo un puchero

–oh vamos, dolerá más cuando se te infecte  por no querer curarlo

–bueno, ya qué

Él lavo sus manos para quitar la sangre y cuando echó alcohol ella siseo del ardor. Sebastián colocó una venda alrededor de cada mano, de manera que le protegiera las heridas pero que le dejara movilidad en los dedos a ella.

–y... Listo– dijo Sebastián como si mostrando su obra de arte estuviera

–ahora hasta mi enfermero eres– dijo ella soltando un pequeña y tierna risa post-llanto

–sere de todo con tal de verte bien, ahora ¿Vamos?

–si

Salieron de casa y se dirigieron a la casa de Fabián, hermano de Zahara, para poder ir los tres al hospital. Tocaron el timbre y esperaron que Fabián saliera.

–ya podemos irnos– dijo débilmente Zahara

–pequeña ven aquí–dijo Fabián para abrazar a su hermana– todo estará bien te lo prometo. Ellas se saldrán bien de ese hospital y se recuperarán, y te prometo que cuando lo hagan iremos tú, ellas y yo a aquella casa de la playa que tanto te gusta y estaremos todo el tiempo que ustedes quieran– dijo él mientras Zahara sollozaba en su hombro– ahora vamos, tenemos que ir y mostrarles nuestro apoyo ¿Si?

Zahara se limitó a asentir y separarse de su hermano. Se limpió las lágrimas que tenía en sus mejillas y se colocó al lado de Sebastián.

–ire por el carro, ya regreso– dijo Fabián

....




 

Un Caótico AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora