005: Pintura

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005: "Pintura"

Zhang Hao estaba muy molesto con Ricky. ¿Por qué? Este mismo le había confiado la palabra de que no iba a volver a vender sus pinturas en aquella página pirata.

Sin embargo, ¿Dónde creen que están ahora mismo?

En algún lugar fuera del centro de la ciudad, dónde no se hallaba luces ni nada por el estilo.

— Hao, ¡Mil dólares! Con eso podré solucionar mí vida económica. Pagaré las deudas que tengo con la vieja amargada del alquiler. — Dijo. — Además, por siempre acompañarme te comprare mucha comida, ¿Está bien?

Y ante eso, el castaño suspiró rendido.

¿Quién no cedería ante la comida?

— ¿Qué dibujaste para qué pagué tanto? — Preguntó un tanto ya más calmado.

— Al joven de dieciocho años. — Informó. — Vi la foto de cuando lo estaban fotografiando. Y..

— ¿Eso no es ilegal? — Se preocupó nuevamente.

— Lo vendí en una página pirata, no creo que lo sea. — Ricky respondió. — Y si lo es, no se lo digas a nadie. — Mantenía la mirada en el camino, que de cemento ya no era.  Era un camino de tierra con escenarios verdosos, ¿Y lo peor? Que ya se estaba haciendo de noche y no había postes de luces que alumbren el camino.

Parecía una película de terror.

— No le diré a nadie. Pero por favor deja de hacer eso. — El castaño verdaderamente pensaba de más sobre este tipo de asuntos. Y aún así acompañaba siempre a su amigo.

— Está bien, será la última vez.. — Siguió su camino, mientras veía unas rejas al final de este.

Parecía ser unas rejas que ya no aceptaban el pase de vehículos.

— ¿Estás seguro que es el lugar correcto? — Hao se bajó dudoso viendo a los alrededores. Realmente no había nadie.

— Es lo que me dijo la señora que compró la pintura.

— ¡¿Y si es una trampa para secuestrarnos?! — Caminó detrás de Ricky, pues al parecer acababa de encontrar un angosto camino para ingresar. — No por nada compró la pintura de aquel joven. — Se sujetó de la polera del mayor.

— Ya Hao, no seas así. Mira. — Mostró su celular dónde se veía en la pantalla que había señal, además de estar conversando con aquella persona que pidió la pintura. — Ya está cerca.

— Debe ser una psicópata que vive alejada de la ciudad, a parte de gustarle una pintura de un joven ya muerto. — Parecía pensarlo, no entendía porque el comprador quería aquella pintura de un joven antes de su muerte. ¿Sería un familiar? — Tu tienes la culpa por pintar algo así. ¿No te da vergüenza?

— ¿Vergüenza de qué?

— Vergüenza de no tener respeto por un finado.

Ricky rodó los ojos, era parte del arte. De hecho en la antigüedad solían pintar cosas que les llamaba la atención o que se hacian virales. Obviamente está pintura fue porque se hizo muy viral en Corea, cosa que no evito pintarlo.

Caminaron unos metros más, hasta llegar a un jardín espacioso, con el pasto podado, había un perro que al verlos no ladró, al contrario, parecía muy feliz con la presencia.

— Agarra el cuadro. — Dijo Ricky entregando su pintura a Hao, que lo tomo en sus manos temblando.

Después vio a una anciana salir de su casa, está parecía muy moribunda, sus ojos se veían cansados y su respiración entrecortada.

— Buenas tardes. — Saludó Ricky junto a Hao.

— Hola.. muchachos. — Respondió la señora, mostrando el dinero y pidiendo la pintura. Muy apresurada.

Zhang Hao estiró su brazo para darle el cuadro, sin embargo, al hacerlo vio como la tela que tapaba la pintura caía al suelo, dejando lo que Ricky había pintado al aire.

Y se asustó, retrocediendo para atrás.

— ¡Dibujaste un cadáver sin censura! — Exclamó molesto viendo a su amigo que nuevamente rodó los ojos. — ¿Por qué?

La anciana tomó en sus manos la pintura y después vio a Ricky que recibía gustoso el dinero.

— Encontré la foto original en la página pirata, y antes de que lo eliminen. Decidí pintarla.

— Es muy.. similar. — Habló la señora viendo maravillada la pintura que tenía en manos. — Muy igual al cadáver.

— No lo puedo creer. ¡Te espero en el auto! — Gritó Hao, a punto de irse. Sin embargo la mano arrugada de la señora, interrumpió su huida. — ¿Qué pasa?

— Todavía no se vayan. — Dijo lamentable. — Ayúdenme, por favor.

Ricky ante lo escuchado se preocupó un poco, y no por la presión que la señora ejercía en la muñeca de su amigo.

Si no, porque esta misma no poseía los mismos ojos moribundos de hace unos cuantos segundos.

— Señora.. — Ricky le trató de hablar. Y al hacerlo, esta misma la miró con sus ahora ojos blancos. Parecía muerta.

Obviamente Hao también se dio cuenta y se quitó de inmediato. La señora en cambio solo miró a su alrededor como si buscará algo, estaba ida de si.

— ¿Está bien? — Hao preguntó preocupado y la anciana no respondió.

Solo volteó y caminó a pasos lentos hacía su casa, con el cuadro y su perro siguiéndole por detrás.

— La..cabeza.. — Murmuró la señora. — Aplasta.. la.. cabeza.  — Y se fue sin siquiera decir más o aportar algo que quitará la preocupación de los jóvenes.

— Estoy preocupado por si le pasa algo. — Dijo el castaño sobándose su muñeca.

— Parece que es alguien de dinero. No te preocupes. — Ricky habló mientras lo tomaba de su hombro y dirigía a su auto.

Estaba contento, tenía su mil dólares en manos.

— Hao, te llevaré a comer.

Sonrió, esperando coincidir su sonrisa. Pero.. Hao seguía un poco perdido en sus pensamientos, esos ojos blancos que había visto le causaba tanta curiosidad y preocupación.

Después, cuando Ricky puso en marcha el auto. Un fuerte gruñido junto a un desgarrador ladrido de un perro que acababa de ser lastimado, se escuchó por todo el lugar ya desierto.





















Renacer De Los Muertos - ZB1/HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora