32 - ACERCAMIENTO

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Draco

—¿Por qué has dejado que se marche? ¿Y si le vuelven a atacar?

—¿Me ha... me ha llamado mamá?

No puedo evitar que una risilla se me escape al ver a mi madre tan emocionada. En el fondo le entiendo. Seguro que no ha sido fácil para ella soportar los desplantes de mi hermana.

—Sí. Te ha llamado mamá —contesto cogiéndole de la mano —. Parece que, después de todo, aún hay esperanza con ella, ¿no?

—Me ha llamado mamá...

Una carcajada se me escapa. Está como ida y no le culpo. Vencer la cabezonería de mi hermana es casi tan imposible como hacer hablar a una rana.

—¿Por qué no lo dejas ya? —le pido divertido —. Sí. Te ha llamado mamá, pero me parece que aún tenéis mucho de que hablar.

—Es cierto, disculpa —reconoce sin dejar de sonreír —. Es que me ha impactado de verdad.

—Lo sé. ¡Si hasta a mí me ha impactado! —Los dos nos reímos. —Pero ahora explícame porqué has dejado que se metiera sola en el bosque. ¿Es que no te preocupa que vuelvan a atacarle?

—Tranquilo, Draco. Estoy segura de que hoy no volverán. Además, está Kael con ella. Si ocurre algo, me avisará.

Le miro escéptico. Puede que ella confíe mucho en el elfo ese, pero yo no las tengo todas conmigo.

Christen

No se está mal aquí, sentada en este tronco a la orilla del lago, pero soy incapaz de relajarme. Tendré que poner solución a eso.

—¿Por qué no te acercas?.

Enseguida aparece Kael de entre la espesura.

—¿Estáis segura? ¿No preferís estar sola?

—Algo complicado sabiendo que tú andas por ahí escondido. ¿No te parece?

Él me mira sorprendido, lo que me hace reír.

—Anda, siéntate aquí al lado —le indico con la mano —. Ya que, de todos modos, tenemos que estar juntos, tal vez deberíamos conocernos.

—Eso es algo que le agradezco en el alma, princesa —responde haciendo una reverencia. Yo clamo al cielo divertida.

—Si quieres que nos conozcamos vas a tener que dejar de hacer eso. 

—¿A qué os referís? —pregunta intrigado y sorprendido.

—Pues a eso. Nada de reverencias, nada de princesa y por favor, tutéame. Sólo eres un poco mayor que yo y me hace sentir incómoda.

—Si su madre no lo logró, ¿qué os hace pensar que podréis vos? —me indica con una pícara sonrisa.

—No sé... Déjame pensar... —contesto apoyando mi dedo en el mentón —. ¿Tal vez el hecho de que yo sea más cabezota que ella?

—Lo siento, pero no cuela —responde divertido.

—En ese caso... Si no cambias de actitud, no te dirigiré la palabra para nada. Y hablo en serio.

Tanto su boca como sus ojos se abren como platos haciendo que se me escape una risilla.

—De acuerdo, me rindo —dice abriendo los brazos —. Me has ganado, Christen.

—Así está mejor —contesto satisfecha.

Kael se sienta a mi lado y ambos nos quedamos un momento en silencio, mirando al agua del lago. Me vuelvo ligeramente y aprecio el perfil tan perfecto que tiene y su olor... Debo reconocer que es embriagador. Casi me entran ganas de intentar algo con él, pero no debo olvidar que es un lacayo de mi madre y que me han impuesto su presencia.

DC XI:UN MUNDO MEJOR √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora