39 - TRABAJO

98 14 14
                                    

Christen

Tras avisar a Draco, me dirijo a la habitación de Lorie y llamo a la puerta. Enseguida me abre la puerta y me pone mala cara. Eso me duele.

—¿Qué quieres? —pregunta de mala manera.

—Sólo venía a buscar a Patty. Hemos quedado para hacer un trabajo. ¿No es por eso que le habías traído a la mansión?

—Es cierto. Se me había olvidado —se escucha desde dentro de la habitación. Enseguida aparece Patty. —Nos vemos luego, Lorie. Los estudios son lo primero.

—Está bien. Aquí te espero.

—Gracias.

Lorie le dedica una gran sonrisa a Patty antes de mirarme con odio y cerrar la puerta de golpe. Eso me deja muerta. ¿Qué es lo que le pasa a mi hermana?

Bajo hacia la biblioteca con Patty al lado, quien no deja de hablar. ¡Me pone enferma! No para de comentar cosas sobre cada cuadro, estatua o decoración que ve, lo que hace que cada vez me ponga más nerviosa.

Una vez en la biblioteca, le indico la mesa para que se siente y me dirijo a las estanterías a buscar algunos libros.

—¿Y Draco? —pregunta buscándole por todas partes.

—Vendrá ahora. Tenía cosas que hacer.

—Espero que no tarde. Tenemos mucho trabajo por delante —me indica —. Por cierto, tenéis una casa preciosa y una biblioteca enorme. Seguro que aquí encontramos mucha información.

—Tienes razón —contesto dejando caer delante de ella un montón de atlas muy gordos y haciéndole saltar en la silla.

Ella me mira asombrada mientras que yo sonrío para mis adentros. Por fin he conseguido callar a esa pesada.

En ese momento se abre la puerta y aparece Draco.

—Disculpad por el retraso. Vamos al trabajo —dice sentándose frente a mí.

Patty le dedica una cursi sonrisa que él le corresponde haciéndome volver la cara del asco que eso me da.

—¿Por dónde empezamos? —pregunta Patty.

—¿Qué tal si nos repartimos las islas? Una vez hecho el informe de todas ella podremos pasar a la maqueta.

—Sí. Buena idea.

Los dos se ponen a mirar los atlas y empiezan a escribir en sus cuadernos. Resignada, yo cojo uno también. No es que me apetezca demasiado, pero voy a tener que hacer el trabajo.

Se me cae el bolígrafo al suelo y, al ir a recogerlo, veo algo extraño. Hay un niño pequeño en las piernas de Draco. Le miro intrigada y él me sonríe.

—No te asustes, Christen —me dice.

Yo me doy tal susto que me pego un golpe con la cabeza en la mesa. Enseguida acude mi hermano en mi ayuda. Le miro asustada y él, al darse cuenta de lo que he visto, me hace una señal de silencio y me guiña un ojo. Yo le miro asombrada. ¿Qué significa esto?

Me vuelvo a sentar en mi silla y trato de aparentar normalidad, aunque todo esto me parece muy raro.

—Escucha, Christen —se oye a mi lado. Me vuelvo y ahí está de nuevo —. No te asustes, por favor. Y no hables. No queremos que ella me descubra.

Señala hacia donde está Patty, quien sigue metida en el libro sin enterarse de nada.

—No puede verme ni oírme —continúa el pequeño —. Sólo Draco y tú lo podéis hacer. Y no queremos usar la telepatía porque no sabemos si nos puede oír.

DC XI:UN MUNDO MEJOR √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora