Baekhyun, un joven doncel, acude al palacio del Sultán como candidato a desposar al Jeque Kim Tae Woo, sobrino del Sultán Park Chanyeol. Su belleza inigualable logró cautivar no sólo a su futuro esposo, si no también al rey de Arabia, y aquella atra...
La noche los cubrió con su manto, como una manta sobre la pareja recostada en la cama de Baek. Sólo besos suaves, inocentes y a veces torpes sumados a unas cuantas caricias los acompañaron en esa noche de confesión. Muy pocas palabras se mencionaron luego, sólo se dejaron llevar por el latir de sus corazones pero sí habían preguntas que querían salir, aunque quizás no era el momento. Dormir juntos por primera vez es un placer que no se lo perderían de ahora en más, al menos en lo posible.
"¿Cambiarán las cosas ahora?", se preguntó Baekhyun temeroso de pensar que al día siguiente seguiría siendo el prometido de Tae Woo.
Quizás no, pero la esperanza es lo último que se pierde.
"Mi corazón ahora te pertenece"
Recordó las palabras que le susurraba entre caricias.
Cuando rayó el alba y Baekhyun abrió los ojos reparó en la ausencia del Sultán, algo en su corazón dolió al pensar que todo fue un sueño o una sucia treta de Chanyeol. Cuando se levantó escuchó los toques en la puerta y pronto la voz de su doncella, Amber si mal no recordaba:
- Adelante –indicó.
- He venido a preparar su baño señor.
Baekhyun asintió con la cabeza. La mujer entró al cuarto de baño y preparó el agua caliente, ayudó al muchacho a desvestirse y entrar en la tina. Amber roció loción de jazmines sobre la piel del joven, una esencia que dejaba un grato aroma en su cuerpo mientras lavaba las suaves hebras castañas de Baekhyun.
- ¿El, el Sultán está ya en el comedor? –preguntó con cautela sin levantar sospechas de la mujer.
- A penas, se levantó hace poco.
Un silencio trémulo los inundó, nada fuera de lo normal ya que muy poco solía comunicarse con la doncella. Se vistió con un leotardo negro de encaje y una falda escalonada al frente de tul color azul. Bajó al comedor y tras saludar al mayor tomó asiento a su derecha.
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- ¡Sultán Chanyeol! –saludó Taemin, un joven de cabello rubio esbelto y hermoso, alguien que parecía muy cercano a Chanyeol.
- Taemin, buen día –saludó él con sonrisa al ver al joven entrar al salón siendo seguido por Minho.
- Buenos días –saludó el Visir tomando asiento junto a Taemin.
- ¿Pasaste buena noche, Tae?
- Sí, Yeol, aunque la tarde pudo ser más divertida si el Visir de la Diversión me hubiese permitido recorrer todo el bazar.
- Quizás puedas echar otro vistazo a la ciudad cuando arreglemos el tratado.
- Quizás en esta ocasión puedas acompañarme –sugirió con una radiante sonrisa en el rostro.
Oh, Baekhyun casi podía oler el coqueteo ahí, el doncel rubio parecía muy descarado al flirtear con su... El joven Byun suspiró, realmente no eran nada más que amigos que se daban besos. Era deprimente cuando quieres decir que algo es tuyo cuando en realidad nunca ha sido ni cercanamente de tu propiedad. Vaya que era posesivo, pero tal vez era la respuesta a sus celos. Y la respuesta que le dio Chanyeol le desagradó aún más.
