Capítulo 28

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Un largo camino se mostraba frente a la carroza, los caballos galopando contra el viento, y el calor de la mañana abrazándolos. Estaban cerca ya de la casa Lee, ansiosos por ver a la pareja que la tarde siguiente uniría sus vidas. Baekhyun estaba dormido contra el pecho de Chanyeol, desde hace horas que se dejó llevar por el sueño siendo que su cuerpo, en su estado, era más propenso al cansancio. Una escolta de siete guardias los acompañaba, conociendo que esos caminos, por muy comerciales y transitados que fueran, eran igualmente peligrosos pues los bandidos en esa parte abundaban.

Del otro extremo del camino, en la casa de Taemin, los preparativos de la boda estaban listos, flores, decoraciones, telas y velas, todo para la ceremonia en el salón de la casa. Taemin estaba en su alcoba, sumergido en el agua tibia de la tina calmando sus nervios. Mientras que Minho, en el salón del té, conversaba con el padrastro de Taemin, Jungmo. Él era un hombre completamente distinto al padre biológico de Taemin, paciente, comprensivo y que apoyó totalmente la relación de su cuasi hijo, claro que para Jungmo, Taemin siempre sería su pequeño hijo.

- Después de la boda deberemos volver a Riad, mi deber está allá.

- Lo entiendo. Dime, ¿tienes casa allá?

- Sí, aunque no paso mucho tiempo ahí, en realidad. Dado que soy el Visir debo vivir dentro de palacio.

- El sultán tendrá problema en que Taemin...

- En absoluto. El Sultán estará encantado de tener a Taemin ahí. Aunque he de admitir que he pensado remodelar mi casa en Riad para que podemos vivir en ella más que en el palacio.

Posiblemente, pensó Minho, Chanyeol le dejaría utilizar tanto del castillo para hacer su hogar como quisiera. Aún así, Minho sabía que sería algo complicado dejar a Taemin todo el día en la casa mientras él se desarrollaba en palacio.

En tanto, Taemin revisaba los atuendos de ese día. Los nervios le invadieron al pensar que ese era su último día como un doncel soltero, no le molestaba la idea mas sí le ponía muy nervioso. Optó por un atuendo más conservador en color negro y dorado. Se lo vistió con unas sandalias negras. A veces llegaba a preguntarse porqué le gustaba el color negro. Bajó al salón donde se encontró con su padrastro y su prometido.

- ¿Han visto a mi madre? -preguntó dulce al interrumpir en la charla que los dos mayores entablaban.

- Está en el salón. Debe cerciorarse que todo quede en su lugar para mañana.

Y se podría pensar que era temprano para las decoraciones, pero en pocas horas llegaría el Sultán y querían dar una buena impresión, y en la mañana siguiente, todos estarían más preocupados por vestirse y embellecerse que de supervisar los preparativos.

- Estás muy enamorado de mi hijo -murmuró Jungmo enternecido de ver cómo Minho tímidamente le sonreía al castaño.

- Lo amo.

- Y por eso sé que lo cuidarás, no tengo duda de ello.

Minho esperaba poder cumplir aquello, y se esforzaría para que en la vida de Taemin no le faltasen sonrisas y llegase a extrañar las lágrimas. Entonces la tristeza sería un vago recuerdo que se quedaría en el pasado.





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El Amante del Rey (Chanbaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora