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Le habían dado días de descanso a Aristóteles para que se recuperara.
El rizado estaba navegando por su celular mirando páginas al azar, por casualidad una de esas te invitaba a chats y a placer cibernético. Estuvo apunto de entrar pero se contuvo.

- Ni se te ocurra pedazo de idiota - se dijo a su mismo mientras soltaba su celular y con esfuerzo se ponía de pie.

Vio el libro en la mesa y lo tomó abriendo la hoja correspondiente al día en que estaba, en el 23: "Quita todos esos parásitos que te impidan demostrar tus verdaderos sentimientos y alejarte de tu pareja. Cualquier adicción que se adhiere a tu corazón y le chupa la sangre a tu matrimonio (drogas, alcohol, pornografía) te roba la lealtad a aquellos a los que te importan".

- Que coincidencia - susurro para si mismo.

Tomó de nuevo su celular y cerro cada página para no volver a acceder a ellas y también borró algunos videos que había guardado. Su celular quedó limpio, y se prometió a si mismo que no volvería a caer en aquella mala adicción, todo por Temo.

[*]

Temo llegó a casa tarde y no estaba Aristóteles, pero no le tomó importancia, vio que en la mesa había un gran jarrón con unas preciosas rosas rojas y en ellas había una carta, la tomó y leyó lo que ponía "Aún te amo, tahi".

Temo suspiro mirando de nuevo aquellas rosas.

Esta vez el regalo fue de corazón, a pesar de que el libro no dictaba las flores de nuevo, decidió dárselas teniendo en cuenta que su actitud ya había cambiado por completo; los primeros días lo hacia todo por compromiso, pero todo cambio, ahora estaba dispuesto a recuperar a Temo cueste lo que cueste.

30 Días [Aristemo] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora